Capitulo 1 Bienvenidos a Eteria

- ¿Dónde estoy?

Me despierto en una cama de madera cubierta con una piel de un animal parecido a un lobo, me siento totalmente desorientado, miro a mi alrededor en lo que parece ser una cabaña de madera.

Mi cabeza palpita causando mucho dolor, tengo la sensación de tener mi cerebro devorado por miles de hormigas, escucho pasos que se acercan lentamente a la puerta, al abrirse observo a una linda chica que me observa con un rostro sonriente aunque no puede ocultar su preocupación, haciendo lucir su sonrisa forzada.

En el momento que observo sus ojos siento un rayo que recorre todo mi cuerpo y hace que mi cerebro se sienta como si estuviera a punto de explotar.

-Aghh...!!

Grito con todas mis fuerzas mientras sostengo mi cabeza con mis dos manos, mis ojos se sienten como si estuvieran siendo arrancados, miles de recuerdos bombardean mi mente sin detenerse.

Mi nombre es Sebastián del clan Thunderstorm, tengo 5 años y soy el hijo menor del jefe del clan ayer mientras exploraba la parte trasera del clan fui emboscado y golpeado hasta que estuve a punto de morir, mis recuerdos son borrosos y no logro recordar como me trajeron a este lugar.

Mis recuerdos se entrelazan poco a poco y obtengo un poco de claridad hay más recuerdos que bombardean mi mente, también soy Sebastián Larsen un biólogo y antropólogo que viajo a las amazonas en búsqueda del origen de un collar muy extraño...

- Mi collar...!!

Instintivamente muevo mi mano a mi cuello y agarro el collar, cuando lo veo quedo en shock.

– No puede ser, esto no es posible...

Veo el mismo collar que está en mis recuerdos.

¿Entonces Quien soy...?

Durante unos minutos que parecen eternos miles de recuerdos se entrelazan en mi mente y poco a poco empiezo a tener claridad.

-Yo he transmigrado a este mundo...

No logro creer lo que me esta pasando, a lo largo de mi vida he leído muchas novelas sobre este tema, pero... son novelas solamente, no pueden ser reales.

Cuando por fin logro abrir mis ojos veo a la joven doncella a mi lado sosteniéndome y gritando desesperadamente

- ¿Qué está pasando?

Escucho un grito de un hombre que se acerca corriendo, empujando a la doncella la avienta contra el piso y se acerca agarrando mis hombros revisando mi cuerpo herido.

- ¿Estás bien Sebastián? ¿Alguien te ha hecho daño?

Pregunta esta persona misteriosa, poco a poco empiezo a desenterrar más recuerdos y logro recordar que él es mi padre, León Thunderstorm el actual líder del clan, luce muy agitado y desesperado, quito sus manos de mis hombros y logro responder con una voz muy baja.

-Estoy bien solo ha sido una pesadilla –

Trato de mantener la calma, he leído muchas historias para saber que nadie quisiera que le robaran el cuerpo a su hijo aún si ese hijo ya hubiera muerto, trato de pensar rápidamente, revivo los recuerdos una y otra vez buscando la personalidad y la forma de actuar del dueño original de este cuerpo, cuando por fin estoy listo para hablar mi padre se da la vuelta y se despide.

-Nos vemos hijo, descansa un poco mas todo estará bien.

No menciona el tema del intento de asesinato, solo luce enojada puedo observar cómo sus manos están apretadas y sus venas sobresalen como serpientes en su rostro, veo a la joven doncella tirada en el suelo temblando de miedo con una expresión de terror, me levanto rápidamente de la cama y aunque tropiezo un par de veces logro llegar hasta ella para ayudarla a levantarse.

-No mi señor, no puede levantarse aún, necesita reposar más.

Ella trata desesperadamente de regresarme a la cama, no puedo evitar tener una cara sorprendida por su reacción, pero rápidamente recuerdo que este no es mi mundo y aquí los sirvientes son menos que animales, también que dentro de mis recuerdos el Sebastián original había tratado muy mal a la sirvienta inclusive llegando a golpearla por no traer rápido un vaso de agua.

Permito que ella me lleve a la cama y me ayude a recostarme, aun con mucho dolor en todo el cuerpo especialmente en la cabeza.

-Tráeme un vaso de agua y un poco de comida por favor.

No puedo evitar sonreír ante su mirada de incredulidad, antes que pueda pronunciar otra palabra sale corriendo de la habitación y después de unos minutos entra con una bandeja con un pequeño plato de sopa y un poco de agua en un vaso, lo primero que llama mi atención es que ambos parecen estar hechos de barro cocido.

Siento mi estomago rugir, dejo de observar la artesanía y como desesperadamente la sopa, de reojo observo que la doncella no deja de mirarme, me hace sentir un poco incomodo así que le pregunto.

-¿Quieres comer conmigo?

Ella sobresaltada responde rápidamente agitando exageradamente sus manos.

-No mi señor no me atrevo, no me atrevo.

Sus expresiones son bastante graciosas para mí, pero cuando recuerdo que ella actúa así por el bastardo que solía ser el dueño de este cuerpo no puedo evitar enfurecerme.

- ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?

Pregunto rápidamente ya que observo sus gestos y es claro que esta a punto de llorar.

-3 días mi señor, el doctor dijo que era probable que no despertara, pero su padre no se detuvo y trajo muchos doctores diferentes para cuidar de usted.

- ¿Ya han descubierto quien fue la persona que me ataco?

-No señor, nadie ha hablado de eso y nos prohibieron a los sirvientes hacer cualquier comentario al respecto.

Las palabras de la sirvienta prenden una alarma en mi cerebro, he visto demasiadas películas y series sobre esto, quien sea que haya tratado de matarme es alguien que puede controlar la seguridad del clan, acabo de llegar a este mundo y ya tengo un objetivo sobre mi espalda.

Un golpe de somnolencia azota mi cuerpo, extiendo la bandeja hacia la doncella y le digo.

-Gracias por la comida, seguiré durmiendo si no hay nada más puedes retirarte.

Me recuesto y no logro evitar sonreír, la cara de la doncella es demasiado linda de ver, no puedo ni imaginar que clase de tratos reciben para tener esa cara de incredulidad solo por haber agradecido, no puedo evitar maldecir al dueño original de este cuerpo, poco a poco no puedo mantener mis parpados abiertos y me quedo profundamente dormido.