20. Princesas de Susumira

Ivetee, princesa de los Senmorta, con la identidad de la hija del ministro de Hacienda está parada observando con detenimiento a los reyes de Susumira que están en el campo disfrutando de un día en contacto con la naturaleza, aunque lo que realmente quiere es lastimar a la hija de Bosszú, a través de Majic, conquistando al rey Josag, reconoce que le gusta ese hombre y hará lo necesario para que se fije en ella.

Las princesas Alykas y Tarjous, hijas de Carpio y Tiurname, se están acercando.

- "¿Hay miel por estos lugares?, porque veo una mosca rondando", dijo la princesa Alykas, la más seria de las princesas.

Ivetee se sobresaltó, no pensó que alguien se fuera a dar cuenta que ella estaba espiando.

- "Alteza Alykas y Alteza Tarjous, muestro mi saludo con mi más absoluto respeto", manifestó Ivette haciendo una reverencia.

Alykas solo hizo un gesto incómodo, la princesa Tarjous un poco más calmada, respondió amable el saludo de Ivetee.

Las princesas Alykas y Tarjous tienen dos temperamentos muy diferentes, una es en demasía un calco perfecto de su padre, mientras que la otra es la amabilidad personificada; sin embargo, esos son los papeles que interpretan en una simbiosis especial que logra que sean dueñas de una perspicacia increíble y de una valentía arrolladora; después de todo pertenecen a la familia real Marutzba de Susumira y son hijas de dos semidioses; así que son peligrosas pese a tener solo dieciséis años.

...Princesas Alykas y Tarjous...

Ambas princesas quedan mirando detenidamente a esa mujer, hay algo que no les termina de convencer, talvez por lo altanera que se comporta con el personal, por lo coqueta que se comporta o por como observa al esposo de su hermana Majic, con una mirada que no podría decirse es de respeto.

- "¿Qué hace por estos lugares?, los reyes están teniendo un paseo personal", preguntó con amabilidad la princesa Tarjous.

- "Su Alteza, quería adelantar algo del trabajo y pasé por estos lugares, ya me estoy retirando del castillo", respondió Ivetee tratando de aparentar calma.

La princesa Alykas la miró con detenimiento, de arriba a abajo.

- "Adelantar el trabajo con un vestido, al que parece ir a una fiesta de disfraces y sin comitiva que le corresponde por su posición es algo absurdo; debería ser más prudente en vestirse y comportarse, va a trabajar con el rey no en un cabaret, le recuerdo que Su Majestad está casado con la reina legítima de Susumira y no va a fijarse en una mujer que parece lucir como una ramera", expresó Alykas sin importar que podría importunar a la hija del ministro.

- "Alteza, ¿cómo...?", dijo Ivetee.

- "Me atrevo porque soy la hija del rey Carpio, una princesa de Susumira, la sangre real Marutzba corre por mis venas y solo le debo respecto absoluto a los reyes de Susumira. Busque otra ropa para venir a este lugar, respete la corona", expresó Alykas con la misma mirada altiva que mostraba Carpio en su juventud.

- "Tranquila Alykas, así Lady Kacer viniera desnuda, el rey Josag ni le prestaría atención, solo tiene ojos para la reina Majic, la mujer más poderosa y hermosa de todo Susumira, quizás de todo Hurmaya, quien se atreva a interponerse solo busca su muerte, y estoy segura que usted es inteligente, ¿verdad?", consultó Tarjous con voz serena y dulce, pero una mirada tan fría como el invierno más desolador.

- "Por supuesto, Su Alteza, jamás me atrevería. Con permiso, ya debo retirarme", dijo Ivetee y se apresuró en irse, pero pensó que debía idear algo para deshacerse de esas princesas engreídas, especialmente de Alykas, piensa torturarla hasta verla suplicar a sus pies.

Las princesas observan hasta que Ivetee se ha alejado de aquel lugar, hay algo extraño en esa mujer, pero no pueden identificar de qué se trata; sin embargo, están seguras de que deben mantenerse alerta.

- “Sé que hay algo extraño, pero fuiste bastante ruda”, manifestó Tarjous.

- “Hermanita, hay personas con las cuales no puedes ser amable todo el tiempo, a veces necesitas mantener la distancia desde siempre, esa mujer, parece tener otras intenciones y como nos dijo nuestro padre, debemos mantenernos alertas, no podemos saber desde donde puede venir un ataque”, expresó Alykas.

- “Aly, a veces tienes que ser diplomática, puedes conseguir más con miel que con hiel, mantenerse alerta es bueno, hacer que ellos bajen la guarda es mucho mejor. Seamos listas, mañana empezaremos ayudar en el trabajo a Majic, nos está dando la oportunidad, debemos demostrar que estamos a la altura, no vayas a mandar a todos a las mazmorras”, dijo Tarjous con una sonrisa.

- “Tar, sigue usando la diplomacia, yo seguirá usando la confrontación; el objetivo es uno, proteger a Susumira de cualquier traidor”, afirmó la princesa Alykas.

Ambas hermanas tenían en claro su responsabilidad, su madre las había preparado para cumplir su labor de apoyar a la reina de Susumira; y su padre les advirtió de los Senmorta, además también están enteradas del plan del rey Josag para mantener las fronteras alertas; sin embargo, son jóvenes y sus emociones podrían influir mucho en sus decisiones.

Por otro lado, Khwan se acercó a Huimang y la abrazó, lo que menos quería es mantener por una discusión, habían pasado ya por mucho y habían tenido que estar separados suponiendo que quizás no iban a volver a estar juntos.

- “Te amo, Huimang. Te entiendo perfectamente, no dejemos que esto nos separe; solo quiero proteger a Hurmaya”, dijo Khwan sin soltarla.

- “Khwan, es ella o nosotros, no puedo confiar en alguien, cuyas decisiones terminaron matando a mis padres. Khwan el destino no debe depender de ella, Josag tiene un plan, nosotros debemos analizar las cosas y plantear un ataque, tenemos un hijo pequeño, quiero que disfrute de sus padres, ninguno de nosotros pudo hacerlo realmente, por favor mi rey, escúchame y entienda mi posición”, manifestó Huimang, mirando directamente a su esposo.

- “Mi reina, solo te pido que escuches lo que ella dijo, luego lo analices, y respecto a eso, aceptaré la decisión que tomes. Eres una mujer inteligente y sabes que respeto lo que piensas, solo dame eso, solo escucha y analiza”, dijo Khwan, tratando de conversar a la reina de Pallango.

- “Voy a escucharte, y voy analizar, pero quiere que quede claro que lo que opine, no lo voy a cambiar, así tú me lo pides. Me he ganado el lugar en el trono, más allá de ser tu esposa, he derramado mi sangre por Pallango, y no es echarlo en la cara, es definir mi posición desde un inicio”, manifestó Huimang con determinación.

- “Sé muy bien que tienes más derecho que yo, de estar sentada en ese trono, sé todo lo que has sacrificado, tienes la palabra del rey de Pallango que se hará lo que la reina disponga, porque confío en tu criterio y por que amo tu corazón”, expresó Khwan.

Huimang mira a su esposo, cuando se casó con él jamás creyó escucharlo hablar así, sabe que ese hombre la ama, pero ha pasado, por tanto, que no puede ser confiada y mucho menos de la mujer que con su imprudencia, desató algo que después no pudo controlar. Se dispuso a escuchar lo que Khwan tenía que decirle; prestando atención a cada detalle.

Lo que no sabe Huimang, es que Karoly espera que sea exactamente como su madre, la reina Krasa, cuando la sabía leer perfectamente, y que sea la hija de su mejor amiga quien detenga el plan en Reviere para justificar ante Asasen la falla que se debe cometer en el proceso.

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