II - PLANEACIÓN

El domingo mi hermano Izan, paso a la casa por lo que aproveche su visita, él tiene un apartamento en la ciudad y tal vez pueda ayudarme a ubicarme allá.

- ¿Entonces?- pregunté cuando caí sobre él\, mi hermano es muy alto\, por lo cual tuve que prácticamente saltarle sobre su espalda para agarrarme de su cuello- ¿Puedo quedarme un tiempo contigo?

- Ya te dije que ahora tengo un roomie ya no hay más habitaciones disponibles- contestó con cansancio. De todos mis hermanos y hermanas\, él es con quien más tengo confianza.

- Izan\, por favor no tengo donde más quedarme\, préstame tu estudio unas semanas\, no molestaré mucho.

- Jade- dijo con fastidio- Un mes- declaró.

- ¡Sí!- lo solté y le di un abrazo.

- ¿A todas estás -pregunto- Cuando vas a acabar con ese “trabajo”?

- Ya lo había dejado\, esto lo hago solo porque Andrea me lo pidió\, si no\, no lo  haría y lo sabes- solo por mi hermana rompería mi promesa de no volver a “mi trabajo”

- Si claro que ya lo habías dejado\, te creí.

Iba a refutar cuando el llanto de una niña me interrumpió, nos encontrábamos en la parte trasera de la “Mansión” forma cariñosa que teníamos para referirnos a nuestra casa, el día ya casi acababa, pronto empezaría a serenar y tendríamos que entrar, busque entre los juegos infantiles esparcidos por el lugar, ubicándome con el sonido del llanto hasta que llegue con Millie.

- Hola mi bebe hermosa - me agache y la acune- ¿que te paso amor?- limpie las lágrimas de su carita redonda\, mi pequeña Millie; sé que como hermana mayor no debería tener preferidos\, pero ella es mi bebe especial\, sus bellos ojos azules y sus rizos me tienen encantada

- Fue Fernanda -señaló con su pequeño índice\, mientras la susodicha se escondía tras un arbusto.

- Fer\, ven para acá- ordene\, eso de ser la hermana mayor a veces implica ser resolutora de conflictos infantiles.

- Jade\, fue sin intención. Además\, Millie no quería devolverme mi muñeca\, así que cuando se la quité ella se cayó.

- Entiendo Fer\, pero tú tienes ocho años y Millie cinco\, tú eres más grande y más fuerte que ella.

- Entiendo - dijo la pelinegra con voz de derrota.

- Y tu señorita -dije llamando a Millie quien se creía triunfante unos segundos atrás- Debes tener respeto por las cosas de los demás…

- Es que mi muñeca se dañó y…

- No me interrumpas señorita\, si tu muñeca se dañó podemos buscar una solución que no sea quitarle los juguetes a tu hermana\, así que ahora las dos se van a disculpar porque no vamos a permitir que conflictos tan sencillos como este alteren la paz familiar ¿o sí? -ambas negaron moviendo sus cabecitas y se disculparon\, una vez hecho eso salieron corriendo y riendo juntas\, ojalá los adultos reconociéramos nuestros errores\, nos disculpáramos y perdonaremos así de fácil.

La noche cayó y estaba en mi habitación organizando mis cosas para ir mañana al apartamento de mi hermano, estaba terminando de organizar cuando una cabecita rizada se asomó por mi puerta.

-¿No deberías estar durmiendo ya? Mañana tienes clase.

- ¿Cuándo vas a volver? -pregunto mi pequeña con voz  tierna.

- Estaré visitándolos pronto y si te portas bien puede que traiga un regalo único y especial -susurré junto a su oído para darle más dramatismo de secreto a mi promesa.

- ¿Una muñeca nueva?-alce los hombros fingiendo inocencia\, su mirada se iluminó y me abrazo las piernas\, por lo que me agache para quedar a su altura- Te extraño mucho -su tono de voz de bebe consentida me derrite el corazón.

- Yo también te extraño mucho bebe\, pero sabes que debo trabajar\, aunque tengo una idea\, ¿quieres quedarte conmigo esta noche?\, veremos una peli en mi celular y tengo un par de golosinas guardadas.

- Sus bellos ojos verdes me miraron con gran emoción\, entró corriendo y se lanzó en mi cama\, tirando la ropa que aún no guardaba.

- Perdón- dijo con una sonrisa pícara- Tienes que avisarle a Madre para que me deje quedar.

- Tranquila\, yo me encargo.

- Salí de la habitación y organice todo con Madre y me quede con mi bebe especial; ella cayó dormida a la mitad de la película\, la acomode con unas almohadas a su costado para que no se cayera y dormí plácidamente junto a ella. Llegó la mañana\, así que me despedí de la familia luego de tomar el desayuno; caminé hasta la estación del tren y me dirigí al apartamento de mi hermano\, debía dejar mis cosas para ir a reunirme con mi hermana Andrea y su amiga.

- Es que no puedo creer que él me haya hecho esto.

- Se quejaba Teresa\, la amiga de mi hermana mientras lloraba. Llevaba hora y media hablando\, no sé cómo no se cansaba\, mi hermana sostenía su mano mientras le pasaba otra servilleta. En resumen\, ella tenía un novio\, el cual la dejó por una mujer\, y antes de eso le fue infiel con ella. No me pareció un plan complicado\, si el implicado cambiaba tan fácil de mujer hacerlo caer no sería difícil.

- Cambiarme a mi Teresa Real por una cualquiera\, una pobretona aparecida es un insulto terrible -seguía lloriqueando

- Pues la verdad -intervine- No suelo tomar este tipo de trabajos. Eso fue una gran mentira\, es por mucho un trabajo muy sencillo\, solo que no logro fiarme de Teresa\, su forma de ser es muy contrario a su narrativa\, es como si hablara de la historia de otra persona\, no de la suya.

Mi hermana le lanzó una mirada que no alcance a entender.

- Yo lo amaba\, nos íbamos a casar y el solo juego conmigo\, con mis sentimientos y mis sueños. Él solo me utilizó para sacarme dinero.

- ¿A qué te refieres? -aquello sí me interesó.

-  Teresa es hija de un comerciante local, del mejor en realidad -corrigió tras una mirada mortal de la implicada-  Víctor tiene un negocio el cual estaba en aprietos, por lo que contrataron a Teresa como publicista, lastimosamente las cosas no mejoraron por; cuando empezaron a salir ella le dio un dinero, una suma considerable a decir verdad y después que le entregó el dinero el cambio con ella, le terminó y apareció con su nueva novia.

- Víctor -  susurré\, ese nombre me persigue incluso en el día.

- Te pagaré lo que pidas.

- Aun así no estoy segura- dije y me levanté del lugar\, no tengo suficiente información.

- Veinte mil dólares- sentenció tomándome por la muñeca y devolviéndome hacia ella.

Me quedé mirándola directo a los ojos, su iris verde me miraba con intensidad, con determinación, incluso como si me retara. Teresa sin duda alguna es una mujer que no pasa desapercibida, es muy hermosa, alta, voluptuosa, su cabello color borgoña y su tez trigueña, la hacen destacar de la multitud, ello abonado a sus ojos grandes, ojos verdes como los de un animal salvaje. Su manera de vestir no es de mi agrado, considero que no hay que enseñar tanto para seducir, hoy viste una blusa azul con un profundo escote, la blusa es muy linda, le queda muy bien, y luciría perfecta si no la hubiera combinado con esa falda corta de jean, un pantalón la habría hecho lucir sexy y sofisticada, en fin no es que sea experta en moda para andar criticando. El hecho de que provenga de una familia adinerada la convierte en el deseo de cualquier hombre, entonces ¿por qué se encontraba ella así el día de hoy? ¿Por qué estaba frente a mí casi rogando por qué aceptará el trabajo? ¿Por qué si es seguro que cualquier hombre que quisiera estaría a sus pies en un segundo?  ¿Por qué ese tal Víctor es tan especial? ¿Realmente ella lo ama tanto? ¿Realmente le hizo tanto daño? ¿Realmente la engaño?

La oferta es más que tentadora, nunca me han pagado tanto por un trabajo, tengo algunas deudas que podría pagar fácilmente de aceptar su ofrecimiento, la individualización de las alcobas en el orfanato me costó un buen dinero que aún debo al banco, incluso podría asegurar las festividades venideras de los pequeños. Al ver mi indecisión pregunto:

- ¿Lo tomas o lo dejas?- ¿Lo tomo o lo dejo? Me repetía\, sentí su agarre aflojar\, iba a perder mi oportunidad.

Mire a mi hermana, sus ojos parecían prontos a salir de su lugar, como dos balas que me atravesarían en un santiamén; antes de llegar con su amiga me pidió que aceptara el trabajo, me pidió, casi rogó que lo hiciera, esta mujer Teresa es su única amiga y no quiere decepcionarla, al parecer le contó de mis anteriores trabajo y pese a mi estatus de “retirada” la convenció de que hablara conmigo sobre “una última vez”.

Antes de que su mano dejara la mía, la apriete con firmeza, mirando directamente a sus ojos;  verde versus café  y dije las palabras que ella tanto deseaba escuchar.

- Lo tomó -dije con firmeza. No sabía cuánto me arrepentiría de aquellas palabras.

Pase el resto de la tarde con mi hermana y Teresa, al parecer el tal Víctor no es más que un mujeriego, como hombre no se sale del estándar, le gustan las mujeres con grandes atributos y curvas pronunciadas, no es de extrañar que se viera atraído por Teresa; tiene un negocio familiar en el que ella invirtió, por lo demás la historia entre ellos fue lo más feliz del mundo hasta que una chica se atravesó en medio, sin importarle que ambos estaban comprometidos. Si bien la historia no me convenció mucho, ya había aceptado el trabajo y no había vuelta atrás.

Me fui directo al apartamento de Izan, en la mañana había dejado mis cosas en el estudio de mi hermano, su roomie seguía dormido por lo que no me demore y salí rápido, ahora si tenía el tiempo de organizar mis cosas.. Cuando ingrese fui azotada por el bullicio de una voz gritando, el roomie de mi hermano estaba en la sala jugando no sé qué juego de guerra en una consola de videojuegos, conectado a la pantalla plana que cubría gran parte de la pared, tenía puestos unos audífonos sobre la cabeza, de estos salía un micrófono por el cual gritaba sin parar; a su alrededor había botellas vacías de gaseosa esparcidas por el lugar, empaques de comida chatarra,  en conclusión la sala era un desorden total . El apartamento no era muy grande, tenía tres habitaciones, dos baños, solo la principal tenía su baño privado, el cual era de mi hermano, el otro era el baño social, que compartiría, tenía un espacio de sala-comedor y una cocina pequeña, él espacio era realmente reducido, pero podía sobrevivir ahí sin problema.

Intenté saludar, el compañero no volteo a verme ni un momento, por lo que seguí hacia mi nueva habitación.  La habitación tiene el espacio justo para una cama sencilla, una mesa de noche, hay una ventana amplia que debe permitir buena luz en el día y un closet aunque no es que necesitara más que eso, no me quedaría mucho, el trabajo no será largo y prometí visitar a mi familia a menudo así que el lugar estaba bien para mí. Escuché a mi hermano llegar, por lo que salí a saludarlo.

- Ros - Intentaba llamar a la tierra mi hermano\, aun asi\, su amigo no volvía.

- Hola chiqui -me saludo mi hermano mientras negaba con la cabeza- Este nuevo juego lo tiene perdido\, es posible que ni siquiera se diera cuenta de que el día ya acabo.

- ¡Tierra llamando a Rosendo! -Mi hermano le quitó la diadema de la cabeza\, lo que hizo que su exportador se reintegrará al planeta tierra.

- Pero qué demo… -empezó a decir\, se detuvo cuando me vio\, miro hacia mi hermano desconcertado - ¿Llegó hoy? -preguntó con asombro.

-Te pedí que tuvieras el lugar organizado para recibir a mi hermana.

- Me dijiste que llegaría el lunes.

- ¡Hoy es lunes! Son las ocho de la noche\, estuviste todo el fin de semana jugando y todo el día de hoy.

Su compañero lo miró con vergüenza y luego a mí.

- Ros\, esto no está bien -dijo mi hermano con tristeza\, negando con la cabeza- Hablaremos después\, ella es mi hermana Jade\, que quedara unas semanas con nosotros mientras que ubica un mejor lugar.

- Hola - saludé cortes\, mientras extendía mi mano para saludarlo. Extendió con torpeza su mano hacia la mía.

- Mi nombre es  Rosendo\, pero todos me dicen Ros\, tú también puedes hacerlo -asentí\, su mano estaba caliente\, mojada y pegajosa\, viéndolo bien\, tiene un aspecto desastroso\, claramente es más bajo que mi hermano\, él mide como un metro setenta y ocho y Ros le queda al menos una cabeza más abajo\, unos doce centímetros menos\, su contextura es gruesa\, se nota que no cuida bien su salud física y sus ojos cafés se encuentran tras unas gafas pequeñas\, que reposan en la punta de su nariz\, su cabello negro no es muy  largo\, puede que con un poco de esmero luzca mejor\, a mis ojos no es nada agradable\, según lo que me dijo mi hermano es dos años mayor que él por lo que debe tener unos treinta y cinco\, la verdad se ve incluso mayor.

Con la excusa de seguir ordenando mi habitación logré escaparme del lugar, dicen que la primera impresión es la más importante y hoy sí que entiendo ese refrán, lo tendré muy en cuenta el día de mañana.

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