14 Yo, se quien eres...

(Dary)

Me desperté desde muy temprano, la verdad es que mi vida es totalmente diferente, tengo tanta energía, que quiero comerme al mundo.

Mi universidad va viento en popa, aunque es apenas el primer siclo, todo va muy bien.

Y el lunes me presento a trabajar.

Resivi un corazón nuevo, es un Corazón Ajeno, pero es un corazón perfecto y sano.

La verdad, claro que siento la diferencia, toda mi niñez crecí creyendo que eran normales todos los síntomas que mi cuerpo sentía; pero ahora me doy cuenta que no es así.

Jamás me cansaré de dar gracias.

Lo que no puedo hacer es sacarme de la mente a Camila y quitarme esta triateza que me da al saber que fue ella, la que se fue.

Es un honor para mi llevar su corazon.

Esa hermosa mujer que conocí y que trate por unos pocos dias y en esos días bastaron, para ganarce mi admiración y mi cariño.

A veces no se entiende por qué pasan las cosas así, pero el regalo que ella me ha dado es algo invaluable.

Jamás dejaré de agradecer; a Camila haya en el cielo y a Bernardo aquí en la tierra.

Camila era tan buena, como lo es su Padre y por cierto es hora de irnos.

El día que nos conocimos, nos invito a la Rojita y a mí a pasar el día en su casa, cosa que haremos con entusiasmo.

Justo ahora está sonando el teléfono, y es El pingüino, que viene a recogernos y nos está esperando afuera.

Salimos con la Rojis, y allí está Erick, pero ya no está vestido con traje negro.

—Hola Erick como estás.—Le digo dándole una sonrisa y extendiendo mi mano.

Erick se queda viendo mi mano, dudoso de que hacer.

—Señorita Dara, que gusto verla y verla así de bien.— me dice aun viendo mi mano.

—¿Vas a saludarme o no?.—Le digo y Él con un poco de reserva me extiende su mano, creo que es parte de su disciplina, al servicio de sus jefes, pero yo no soy su jefe así que sigo con mi mano extendida y no le queda mas remedio que tomarla, con una amplia sonrisa.

—Gracias Señorita Dara.—me dice.

—Mírate, sin uniforme de pingüino hasta pareces un humano.—Erick se ríe y me dice.

—Pues gracias a usted, la señora camila me dijo que ya no me exigiría usar trajes de pingüino, negro y blanco, y que usará la ropa que más cómodo me hicieran sentir, así que le debo una, porque de verdad ese traje me hacía ver un poco raro, —me dice.

—Pues me alegra mucho, Erick; ahora te quiero presentar a mi hermana Natasha.—Le presento a la Rojis y Erick le sonríe, ella como siempre efusiva le da un beso en la mejilla.

—Mucho gusto Señorita.—Le dice Erick muy sonriente y un poco nervioso.

—Ay no, ya deja de llamarnos señoritas, a mí dime Dara y ella Naty, somos amigos y los amigos, se tratan con confianza.

Erick solo sonríe y nos dice que ya es hora de irnos, abre la puerta del vehiculo, con mucha formalidad, tal parece que no entendió, que no nos debe tratar, como a trata a sus jefes sino como amigas.

Pero pronto se acostumbrará.

Después de varios minutos de camino, llegamos a un hermoso residencial muy exclusivo, con unas hermosas residencias en medio de una vegetación bellísima.

La casa es inmensa y hermosa...

Al llegar y bajarnos del vehículo, lo primero que veo es a Bernardo y una señora un poco mayor.

Bernardo viene a nuestro encuentro con una sonrisa enorme.

Es raro, pero esté sentimiento que tengo al ver al Padre de Camila es nuevo en mi.

—Dara, bienvenida, me da tanta alegría que estés aquí, quiero que te sientas como en tu casa.— Me dice Bernardo, luego se dirige a la Pekis y le dice bienvenida Natasha tu igual siéntete como en tu casa.

—Muchas gracias.— le digo y caminamos a la sala de jardín.

Veo a la Señora que está con Bernardo ponerse de pie, El Padre de Camila, le dice.

—Marinita, Ella es Daranna Engel, y ella es su hermana Natasha.—La Señora se queda viéndome fijamente, con una mirada tan afectuosa y una dulce sonrisa.

—Me da mucho gusto conocerla Marinita —Le digo acercándome a ella para saludarla con un beso en su mejilla.

Ella recibe mi saludo, con tanta calidez que me sorprende.

—El gusto es mío, Señorita Daranna, perdone que me ponga así, pero el Señor Bernardo ya me contó toda su historia, es algo increíble y conmovedor.—me dice con sus ojos brillantes.

—Si Marinita, yo de verdad aún no puedo creer que esto haya ocurrido, no entiendo ese accidente que tuvo Camila y créame que jamás en mi vida hubiera querido eso.

Yo sabía que obtener un corazón nuevo significaba que alguien había muerto, pero saber que ese alguien fue una mujer tan extraordinaria como Camila me afecta mucho.—Le digo con lágrimas en mis ojos.

Marinita también está conmovida y saca unos klinex y me está alcanzando uno cuando escucho la voz más dulce qué haya escuchado jamás.

No sé dé donde y mi reacción es rara, llevo mis manos al pecho dando un profundo suspiro y giro para ver de donde viene esa voz tan única.

Al girar me quedo viendo a la puerta y allí está, la personita más hermosa que he visto en mi vida, sus ojitos azules como el cielo, están clavados en mí.

Mi corazón ajeno salta en mi pecho y algo difícil de ocultar, la niña sigue mirándome y Yo, Yo no puedo describir la emoción que siento, tengo ganas de correr hasta ella, tengo ganas de abrazarla y llenarla de besos.

Ella, camina despacio, pero no ve a nadie más que a mí.

Son los corazones que se reconocen; porque estoy segura, que es hija de Camila.

y lo más increíble yo siento que la amo...

Yo también doy unos pasos a encontrarla.

Marinita, Naty, Bernardo y Erick observan con expectativa.

La preciosa niña sigue caminando y cuando estamos muy cerca, yo me inclino hasta quedar a su nivel.

Ella pone sus dos manitas tan suaves en mi cara y me dice.

—Ya sé quien eres.—Al oír la dulce voz en tono seguro afirmando, saber quien soy, todos nos sorprendemos.

—Hola, preciosa...¿de verdad, si sabes quien soy?.—le digo creyendo que alguien ya le ha explicado todo lo sucedido.

—Si, Yo soñé contigo, mi Mami te traía tomada de la mano, hasta donde estábamos Papá, Deemarito y Yo, y te dejo con nosotros, entonces, Mamá me dijo que tú nos cuidarías y nos amarías como ella, Yo soñé contigo, tú te llamas algo así como Ángel

Es porque eres nuestro Ángel verdad.

Te mandaron a cuidarnos, Mamá lo hizo, Yo lo soñé... Yo le conté a papá y me dijo que mamá, es el Ángel que nos cuida desde el cielo, pero yo sabía que no, yo sabía que, quien nos amaría mucho no es mamá, eres tu qué es otro ángel, o sea que eres tú.—Todos nos quedamos sorprendidos, mí corazón no deja de palpitar, estoy como anonadada con lo que está Princesa me dice.

Yo estoy allí viéndola y ella se abalanza a mí, sus brazos pequeños, abarcan mí cuello y es el abrazo más tierno, más sincero que he recibido jamás.

—Como te llamas hermosa.—Le digo.

—me llamo Daisy y mi Papi se llama Deemar y mi Hermanito se llama Deemarito, que acaso no te lo dijo mi Mamá.—me dice.

—No, no me lo dijo.—Le digo y Ella niega con la cabeza muy graciosa

—Bueno menos mal, te dijo que vinieras ahora, así nos encontrabas aquí, ven vamos para que veas a mi hermanito, está adentro con la niñera; pero Él seguro que prefiere estár contigo.—Daisy me toma de la mano y Yo volteo a Bernardo y a Marinita, ellos están llorando, pero me sonríen y me miran con admiración.

El nudo que tengo en la garganta es muy grande, voy caminando con la preciosa, volteo a ver y todos vienen detrás como en una fila, la primera es la Pekis, quien viene llorando a mares después Bernardo y Marinita y por último Erick.

Dios de mi vida y de mi corazón, menos mal no es el antiguo, porque ya me hubiera dado el mimisky de tanta emoción.

Es un bebe, yo creí que tenía un par de años menos que Daisy, pero es un bebe y es precioso...es adorable, que cosas tan bella.

Me acerco a Él, le extiendo mis brazos y el bebé prácticamente, se me lanzó en sima, esto es algo sobrenatural, esto es algo que asusta, pero a la vez encanta.

—Te lo dije, Deemarito, te prefiere a ti y eso que a él le gusta la niñera, pero yo lo sabía, claro que lo sabía...—Daisy se ríe lleva sus manos a la boca de forma graciosa y Él bebe me mira la cara, agarra mi nariz y luego con su dedito me quiere pinchar mi ojo, al reaccionar para defenderme, del pinchazo, muevo mis pestañas y Él preciosísimo bebe, se lanza una enorme y graciosa carcajada; es increíble mis movimientos de cara le parecen graciosos.

Todos lo oímos y nos dio tanta gracia, que igual nos reímos, tal parece que Él piensa que puede pinchar mi ojo y lo intenta una vez más, pero esta vez trata de agarrar mis pestañas, con sus deditos, cuando mis pestañas se mueven empieza a carcajearse de nuevo.

Esto es increíble.

El resto del día fue lo más hermoso que he vivido.

Deemarito, está feliz en mis brazos, ya nadie lo pudo separar de mí, ni siquiera la niñera, que de todos los presentes es la única que me ve con seriedad, Daysi, también está pegada a mi, platicando como si me conociera de toda la vida...

Y mi corazon Ajeno está simplemente imundado de felicidad.

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Gracias por su voto.

Les mando un abrazo con cariño.

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