Casi descubierto

Despues del desagradable encuentro con su prima y su ex prometido. Annia continuó su primer día de trabajo con entusiasmo, demostrando su disposición y profesionalismo. Se movía por la oficina con confianza, ansiosa por dejar una buena impresión y sumergirse en su nuevo rol. Mientras tanto, en otro lugar de la misma empresa, Kyle se encontraba en una reunión con James, quien le estaba informando sobre la llegada del nuevo personal.

-Ya tenemos nuevo personal en la empresa- informó James, revisando su tablet.

-¿De verdad? Bueno, tal vez debería presentarme y darles la bienvenida- sugirió Kyle, levantándose de su silla.

James levantó la mirada rápidamente, con una expresión preocupada.

-Espera, Kyle. El nuevo personal está trabajando en la misma área que Marcos y Elena- advirtió.

Kyle se detuvo y frunció el ceño, evaluando la situación.

-En ese caso, dejaré las presentaciones para otro momento- dijo, regresando a su silla.

Pasaron un par de horas y Kyle decidió que quería conocer a los nuevos empleados de todos modos, pero de una manera más discreta. Llamó a su secretaria.

-Por favor, manda a llamar a los nuevos empleados para que pasen por mi oficina. Quiero conocerlos personalmente, que vengan de a uno por favor- le pidió Kyle.

Mientras Kyle revisaba unos papeles importantes, James entró de repente en la oficina sin tocar, luciendo casi espantado.

-¿Qué ocurre, James?- preguntó Kyle, sorprendido.

-Debes esconderte ya - le ijo James, casi sin aliento.

Kyle lo miró sin comprender.

-¿Esconderme? ¿De qué estás hablando?- se quejó Kyle.

-¿Pediste que vengan los nuevos empleados a tu oficina? - le preguntó.

-Sí, sé que no es costumbre pero quiero que a partir de ahora sea asi- respondió Kyle con serenidad.

James escuchó unos murmullos en el pasillo y, sin más explicación, llevó a Kyle a empujones hasta el baño privado de la oficina.

-Confía en mí. Quédate aquí - le dijo James, cerrando la puerta del baño tras de sí.

Kyle estaba desconcertado, pero no tuvo tiempo de protestar. Desde el baño, escuchó a James tomar asiento en su silla. Tocaron la puerta y James dio permiso para que pasaran.

- Buenas tardes- dijo la muchacha entrando con una sonrisa amable y cordial.

-Señorita Black- saludó James, con una voz controlada.

Dentro del baño, Kyle sintió un sobresalto al oír el nombre de su esposa. Se dio cuenta de que estuvo a punto de ser descubierto.

Annia entró en la oficina, luciendo profesional y elegante en su nuevo puesto. Miró a James, pensando que quien mandaba al verlo en la silla del jefe.

-Buenos días. Me llamaron para presentarme- dijo Annia, con una sonrisa educada.

-Sí, señorita Black. Soy el asistente personal del señor Williams. Él tuvo que atender un asunto urgente, pero aunque quería asegurarse de conocer personalmente a los nuevos empleados. Lamentablemente, no pudo quedarse, así que me pidió que le diera la bienvenida en su lugar —explicó James, manteniendo la calma.

Annia asintió, aunque un poco decepcionada por no poder conocer a su jefe directamente.

-Gracias, señor. Es un placer estar aquí. Estoy muy emocionada de empezar en esta empresa- respondió Annia.

-Nos alegra tenerla con nosotros. Sabemos que hará un gran trabajo. ¿Cómo ha sido su primer día hasta ahora?- preguntó James, tratando de mantener la conversación ligera.

-Ha sido muy bueno. Todos han sido muy amables y estoy ansiosa por contribuir de la mejor manera posible- respondió Annia, con entusiasmo.

Desde el baño, Kyle escuchaba cada palabra, sintiendo una mezcla de alivio y ansiedad. Estaba a punto de salir de su escondite cuando recordó la advertencia de James y decidió quedarse quieto.

-Eso es maravilloso, señorita Black. Si necesita algo, no dude en preguntar. Estamos aquí para ayudarla en todo lo que necesite- le dijo James, sonriendo.

-Lo haré. Gracias, señor. ¿Hay algo más que deba saber? ¿o usted necesite? - preguntó Annia.

James pensó rápidamente, buscando una excusa para terminar la conversación sin levantar sospechas.

-De momento, no. Solo quería asegurarme de que se sintiera bienvenida. El señor Williams seguramente estará disponible para conocerla en persona muy pronto - dijo James.

Annia sonrió y asintió.

-Perfecto. Muchas gracias por su tiempo. Nos vemos luego- dijo, dándose la vuelta para salir de la oficina.

James esperó a que Annia saliera completamente antes de levantarse y abrir la puerta del baño. Kyle salió, con una expresión de mezcla de alivio y preocupación.

-Eso estuvo cerca- dijo Kyle, exhalando profundamente.

-Demasiado cerca. Necesitas ser más cuidadoso, Kyle. No podemos arriesgarnos a que Annia descubra la verdad en este momento- advirtió James.

Kyle asintió, sintiendo la tensión en el aire.

-Lo sé, lo sé. Gracias por salvarme esta vez- dijo, dándole una palmada en el hombro a James.

James sonrió levemente.

-Para eso estoy aquí. Pero debemos ser más cuidadosos. La próxima vez podría no ser tan afortunado- respondió.

Kyle asintió de nuevo, comprendiendo la gravedad de la situación.

-Tienes razón. Seré más cauteloso. No puedo permitir que nada ponga en peligro lo que estamos tratando de construir- dijo Kyle, más para sí mismo que para James.

- Pero... Si me permites un consejo- le dijo James antes de retirarse de la oficina.

-Dispara- respondió Kyle.

-Me parece que deberías decirle la verdad, sobre todo ahora, ya que en cualquier momento va a cruzarse con esos dos- sugirió, Kyle asintió con la cabeza.

-Tendré en cuenta tu consejo- le respondió y luego James salió dejándolo solo.

Con el incidente resuelto, Kyle se sentó en su escritorio, tratando de calmar sus pensamientos. Sabía que tenía que ser más cuidadoso en el futuro para proteger su secreto y la relación que estaba construyendo con Annia. Pero también era consciente de que tal vez James tenía razón y debía decirle la verdad a su esposa.

Mientras tanto, Annia volvía a su trabajo, sin sospechar nada de lo ocurrido, Kyle se centró en sus papeles, decidido a no dejar que nada ni nadie interfiriera en su plan.

Unos toques en la puerta de la oficina de Annia la distrajeron de su concentración, cuando alzó la vista vio asomada en la puerta entre abierta a una mujer madura, elegante que le sonreía de manera muy amigable.

-Hola- saludó la mujer- Soy Ana, Ana Rivera, tu supervisora- se presentó.

-Oh, Hola. Buenos días - saludó Annia poniéndose de pie- Soy Annia Black, es un placer conocerla, señora.

-El placer es mío- replicó la mujer- Y por favor no me llames señora, solamente Ana

-Ok, es un placer conocerte, Ana- dijo la muchacha; mientras veía a Ana acercarse a su escritorio para ojear la carpeta de sus bocetos que se hallaba sobre su escritorio- Tienes un gran talento.

-Gracias- dijo la muchacha- Espero ser útil y cumplir las expectativas puestas en mí.

-Que no te quepa duda de que así será- comentó la mujer- Bueno, Annia. Te dejo que sigas trabajando y cualquier cosa que necesites no dudes en buscarme, mi oficina está frente a la del señor Smith, el asistente del jefe.

-Bien, así lo haré, gracias- dijo la muchacha, viendo como Ana se retiraba de su oficina dedicándole una sonrisa amable y cordial.

Luego de la presentación, Annia volvió a su trabajo, cuando llegó la hora de salida caminó por los pasillos admirando el lugar y las decoraciones del mismo. Se hallaba precisamente llegando al ascensor cuando una mano la tomó bruscamente de su brazo derecho, llevándola hacia el pasillo que daba a las escaleras.

-¿De verdad crees que vas a poder ganar? - espeto Marcos con voz dura y mucho enojo.

- ¡Suéltame, Marcos! ¿Qué crees que haces? - le dijo la muchacha sobresaltada, sintiendo los latidos de su corazón acelerarse producto del susto.

-¡Quiero que entiendas, Annia; no vas a ganar! - le dijo él en tono amenazante sin soltar su brazo.

-¡Te dije que me sueltes! - espeto ella sacudiéndose, sintiendo dolor por el agarre de Marcos.

-Te dijo que la sueltes- se oyó una voz enfadada a las espaldas de Marcos y minutos después, el mismo Marcos sentía como era golpeado con brusquedad haciendo que soltara a la muchacha.

-¿Y tú, quién carajos eres? - espeto mientras pasaba la mano sobre su barbilla- ¿Por qué te metes en lo que no te importa?

-¡Me meto, porque es mi esposa! - respondió Kyle enojado- Y mejor te vas si no quieres que te dé en la otra mejilla- le advirtió.

La mirada de Marcos pasó varias veces de Annia a Kyle, mientras su mente asimilando la situación.

-¡Te dije que te vayas! - insistió Kyle- Y que no te vuelva a ver cerca de ella, mucho menos te atrevas a ponerle nuevamente tus manos encima, porque vas a arrepentirte de hacerlo- lo amenazó y finalmente Marcos se marchó.

-¿Estás bien? - preguntó Kyle a Annia mientras la tomaba entre sus brazos sintiendo como ella temblaba, ella solamente asintió con un movimiento de su cabeza y salieron del edificio.

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