Mil preguntas

No podía superar el ver que mi rostro ya era una pintura. Era algo hermoso pero a la vez algo espeluznante, por eso querían cambiarme antes de llegar aquí, querían que esa fuera yo o que yo me viese como antes…

Me desperté lentamente, me senté y sentí como la cabeza me daba vueltas pero la viejecita me tomo las manos para tranquilizarme.

- Mija estás bien?

• bueno, tan bien que digamos no, quién es esa….?

Pero vi que la pintura era otra, ahora solo había una chica dando un paseo por el bosque de noche, ya no era yo sino ella. Continuamos una vez que me sentí mejor y llegamos a la habitación en la que me esperaba él; era oscura pero luego prendieron la luz y enfrente había un sillón y una voz que decía:

- Ay querida, hace tiempo que ya no nos vemos, no sabes lo feliz que me pone el que ahora esté a mi lado de nuevo, espero puedas recordarme…

Levante la mirada para poder verlo y me comenzó a doler el corazón, es como si mis recuerdos volvieran para una vez más hacercarme a él ya no como un desconocido sino como alguien que me amo.

No podía creerlo, él se acercó para abrazarme y yo caí rendida en sus brazos. De manera muy reconfortante, me miro y acaricio mis manos, no dejaba de mirarme completa.

-Pero si eres tú!

• ¿Eres el chico del bosque cierto?

- Si, aún lo recuerdas?

Al decir esas palabras mi corazón comenzó a latir muy rápido, mis manos se hicieron frías como el hielo, retro seco unos pasos y me desvanecí en el suelo.

Entre mi colapso, podía verlo preocuparse por lo que me pasaba y como gritaba para que vinieran a ayudarme a sentirme mejor, después me paso lo mismo pero ahora iba en una camilla y él regañaba a un doctor por las secuelas que estaba sufriendo, luego solo vi como lloraba desconsoladamente.

Abrí de nuevo lo ojos y el cielo era negro, hacía frío pero al sentarme solo era como estar en un cuarto de cuatro paredes, mi voz hacía eco pero esta vez era diferente, estaba sola. Mientras observaba mi alrededor oscuro, una puerta apareció como por arte de magia, yo solo le di vuelta a la perilla y vi una luz, luego todo comenzó a caerse en pedazos mientras seguía ahí, así que solo salté al vacío que existía al entrar a la puerta. Ahora desperté y estaba en un cuarto rústico muy bien equipado con instrumental médico, quise mover mi mano pero estaba bien agarrada de la mano de él. Parecía estar cansado y tenía los ojos hinchados como si uniera estado llorando, una parte de mi quiso hablarle como si lo conociera, me era muy familiar pero no quise ser tan aprontona así que solo lo mire y suavemente con mi mano derecha le acaricié el cabello.

Era muy suave, negro como mi mente en estos momentos; tenía unos ojos azules y su mirada era muy profunda como el Mar Caribe; mus manos más grandes que las mías pero muy cálidas; su abrazo era muy reconfortante pero te hacía sentir como si nada más faltara en ese momento…. Comenzó a moverse y yo me hice la dormida, pero pude sentir como besó mi mano, luego mi frente y después solo me dijo que me extraña, que haría cualquier cosa para que yo recordara cada momento y persona en mi vida, para que lo recordara a él.

La viejecita me se quedó conmigo en la noche para que él pudiera descansar y repusiera energía, entonces opté por hablar con ella un rato…

- La del cuadro era yo verdad?

• Por dios, ¡ya despertaste! ¿cómo te sientes?

- Bien creo, pero dime si era esa yo no? Me veo igual que ella, no me lo ocultes más…

• (suspiró profundamente) Si eras tú, acaso no recuerdas cuándo te tomaron esa foto?

- Solo un poco, de hecho traía el anillo que traes y los pendientes de Sonia también, ese día estaba muy feliz pero eso es todo…

• Esa pintura es del día en que desapareciste, todos estábamos admirando la obra de arte que había pintado Paco cuando unos agentes entraron sin motivo y sin razón a la mansión de tus padres, iban directamente por ti. Nadie pudo con ellos, es como si su entrenamiento fuera muy diferente al nuestro y solo utilizaran técnicas, ese día mientras me desangraba en el sillón, vi como te llevaban a la fuerza.

- Por eso el día que te atendí en el hospital, tenías una marca en el abdomen y no me dejaste verla hasta que viste mi marca cierto?

• No sabía si eras tú y tenía que asegurarme de no cometer ningún error en tu rescate.

- Creo que… el anillo me hizo recordar a un hombre alto y de barba, al estar en el sueño solo veía un techo negro y…

• Mija, ya le diste las gracias al Joven?

- No, me es familiar pero quién es él y para qué me quiere?

• No sabes cierto?

- Saber qué?

• El fue el que te rescato y puso tu vida antes que la de el.

- Pero ¿porqué? , ¿acaso me conoce?

• Creo que necesitas hablar con él sobre eso, con el tiempo comenzarás a tener como visiones que te parecerán muy reales, estas son tus recuerdos así que no te espantes y solo acepta tu pasado como algo más.

- Es alguien bueno, ¿no?

• Por supuesto.

- Ahora si puedes decirme, ¿quién eres tú?

• Creo que si, de todas formas es algo muy importante, ¿confías en mí?

- Claro, me has ayudado y regañado como mamá durante todo el viaje, creo que te quiero jajaja

• Bueno, antes de que pasara todo eso yo era tu sirvienta, alguien de prestigio, más que como una sirvienta era tu asesora principal y todo lo que ocupabas me lo decías a mi. Yo me encargaba de tu bienestar, estaba contratada por tu padre y luego sería contratada por tu querido esposo, el cuadro era un regalo que le darías a tu preciado esposo, pero con lo qué pasó ni siquiera hubo un matrimonio, una familia de influencia mundial ni siquiera una novia a quien entregarle un final feliz…

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Comments

Elizabeth Yepez

Elizabeth Yepez

muy interesante

2022-08-06

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