CAPITULO 5

Alfa Eros se acercó de inmediato a los cuerpos heridos al igual que los guardias que rápidamente brindan ayuda, pero es Emily la que observa todo a su alrededor y dicen que el que busca encuentra, la loba corre hasta algunos arbustos mientras llaman a la curandera de la Manada, no querían mover a los hermanos por temor a que la sangre brote de manera desmedida, Emily arranca las hierbas que ella conoce y va de inmediato hasta donde está el Alfa, cuando Eros siente que alguien pasa a gran velocidad a su lado presta atención y se encuentra a Emily, el Alfa arruga la frente no recuerda que el haya dado alguna orden para que ella abandone el calabozo, pero cuando ve que dirige sus manos hasta la herida el Alfa reacciona.

—¡No los toques! — expresa de manera dura el Alfa deteniendo las manos de Emily.

— Son hierbas curativas que van a detener el sangrado y evita coágulos, las dagas eran de platas y tenían veneno, primero debe de ser los miembros de su manada ya después su temor acerca de que yo represento una amenaza para su manada y su gente — Emily levanta la voz, logrando que Alfa Eros quede desconcertado por unos segundos mientras la Loba ya se agacha y procede a realizar aquellos que ella conoce.

Emily en su manada era una pequeña loba entrenada para defender y salvar, defender a los suyos y salvar a los que necesita, su madre le ha enseñado acerca de todas las hierbas buenas y malas, aquellas que pueden salvarte y las mismas que puede destruir, los Guardias fueron testigos de como aquella pequeña loba realizaba movimientos rápidos mientras Dahyan y Piero recuperan el color de sus rostros, Eros solo se mantuvo quieto en su lugar con el rostro comprimido en ira, sus ojos amarillos eran fuego puro, su Lobo se había vuelto sumiso ante aquella Loba que estaba trabajando arduamente, la curandera había llegado en ese momento.

— Alfa, me han informado de que tenemos heridos — dice la mujer de avanzada edad, pero con la sabiduría en aquella mirada.

— Quítate, Emily — espeta Alfa Eros, la curandera dirige sus ojos hasta donde el Alfa tiene puesta su mirada y arruga la frente al observar a la pequeña loba — deja que lo haga alguien que conoce de esto, Guardias lleven a la loba al calabozo nuevamente, después ajustaré cuentas con ella por salir de su detención.

Emily apretó los puños, pero ya Dahyan y Piero no tenían rastros de veneno en su herida, claro tendrán que reposar, pero eran Lobos la herida que no posee veneno se cicatriza, la curandera se sienta y Emily se levanta, pero la anciana la detuvo ambas mujeres se miran fijamente por escasos 5 segundos, la curandera asintió con la cabeza sin ni siquiera mirar la herida de los hermanos se ha puesto de pie y mira al Alfa, mientras los Guardias traen plata para que Emily vuelva al calabozo.

— Alfa, en modo de agradecimiento debería de dejar que vuelva a su cabaña, si no hubiera sido por esta cachorra, ellos hubieran muerto y estamos a tres días de la cúspide más alta de la luna, si los Guardias Principales de la Manada mueren en manos de seres desconocidos que nuestros Guardias no pudieron detectar mucho menos detener indica que pueden dejar correr la información que somos una manada débil y que en la cúspide más alta de la luna nos van a atacar, Dahyan y Piero están fuera de peligro gracias a ella, de lo contrario con mi llegada tardía ellos ya hubieran muerto — expresa de manera solemne la loba, dejando a Eros en total silencio, por supuesto que conoce aquello de la Luna en su cúspide más alta y el ataque a la manada — ella ha salvado a la manada de ser atacada por otros seres, mi Alfa.

— Vuelve a la cabaña — ordena Alfa Eros, y Emily obedece, en su corazón la loba le agradeció a la curandera que haya aclamado por ella, era la primera loba en defenderla y aquello llena de afecto a Emily por la curandera.

— Puede ordenar que Dahyan y Piero sean llevados hasta la casa de la manada Alfa, y que sus padres vayan a verlos allí, espero que su Beta tenga una buena razón para este acto, no olvide que somos una manada y usted sigue siendo un cachorro, no conoce de las turbulencias del barco en la tormenta, no conoce la tormenta, no conoce la ira de la naturaleza, entonces no conoce en su totalidad el mundo sobrenatural, usted es Alfa en tiempos de Paz, pero el Calendario Lunar nos indica que la paz está en el último escalón. No puede tener de enemigo y víctima a quien puede ser el capitán de este barco, denominado, Manada Eclipse, mi Alfa, le recomiendo que sus guardias hagan mejor el trabajo. Porque es nuestra Manada el que está en el ojo de la tormenta, debemos de salir a explorar y si muestra situación es insostenible debemos de recurrir al Alfa Rey, cuando se enteren de que los atacados no han muerto, volverán, debe de estar preparado de lo contrario aniquilarán la manada, usted es fuerte, lobo solitario y asesino, su manada es una manada de Lobos guiados por usted, pero debe de entender que hay pequeños allí, estas son pequeñas amenazas, pero el ataque puede ser tan fuerte, que incluso usted puede morir, iré a ver a los hermanos a la mañana, pero la Loba puede ver como continúa sus heridas, es muy capaz tiene conocimiento, le conviene tenerla de aliada y no de enemiga muchos menos como prisionera de su manada, cuide el territorio.

Con aquellas palabras la curandera se alejó, Eros se mantuvo en total silencio.

— Lleven a Dahyan y a Piero hasta la casa de la manada indiquen a sus padres que allí pueden ir a verlos — con aquella orden Alfa Eros se alejó por supuesto que antes de irse a donde tenía pensado, él mismo había iniciado el recorrido ya ninguna amenaza era palpable, así que Alfa Eros se dirige hasta las cabañas deteniéndose por delante de la cabaña que ocupa Emily.

La Loba, por su parte, se encontraba derramando agua por el cuerpo cansado que cargaba, había dejado escapar una pequeña sonrisa —¡Mami! Desde dónde estés, espero que te sientas orgullosa de mí, las clases de hierbas medicinales ha dado fruto, hoy salve a dos Lobos que considero mis amigos, aunque el misterio me da un poco de temor, es como si la vida solo estuviera por un hilo y…

Antes de que Emily continúe hablando alguien la estaba observando fijamente, ella se había asustado no había cerrado la puerta del baño y todo el cuerpo desnudo de ella había quedado a la vista de la persona que ha llegado, la puerta principal se cierra lentamente mientras ella se recuesta por la pared, con su corazón latiendo frenéticamente y las gotas de agua recorriendo su cuerpo.

Mientras que los ojos amarillos se vuelen más intensos, era como si la cabaña ardiera en llamas, la fragancia del Alfa había llegado hasta Emily, cada curva, cada línea, es una obra de arte que cautiva al Alfa, Eros no realizó ningún intento de apartar su vista de la loba, es como si ella lo incitara a mirarla, a contemplar y a beber de ella, de su cuerpo desnudo de Diosa.

Sus ojos, como luceros brillantes, reflejan la pasión que arde en su interior, los lobos eran seres apasionados esclavos de sus deseos dulce y salvaje a la vez, su piel suave y sedosa es como un lienzo en blanco, esperando ser explorado, Alfa Eros da otro paso y Emily traga saliva ya con manos temblorosas, la cabaña se vuelve pequeña ante la presencia de aquel macho cuyos ojos derrochan deseo y lujuria, Emily sabe que esto era una señal, ningún lobo había despertado su deseo tan intensamente con tan solo una mirada, porque el deseo de que Eros la toque era una necesidad cruda que encendía su piel despertando todos sus sentidos.

—¡Emily!— su voz ronca estremece el cuerpo de la loba, pero antes de que Alfa Eros de un paso más, las velas de la cabaña se apagan y el piso es golpeado por un viejo cristal que se hace añicos, el frío penetra el cuerpo de Emily y el calor que sentía al ser observada por el Alfa se disipa y es gobernada por el Frío, las centellas iluminan el cielo que hace minutos estaba brillando con estrellas, la Luna se oculta y la tormenta acecha.

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