HEMORRAGIA

Marcela lo agarro de la mano y lo llevó a su habitación, Felipe comenzó a besarla y acariciarla, de un momento a otro los dos estaban completamente desnudos, Felipe probó la vag* na de Maricela y ella a él, Felipe después la tomo de las piernas, y comenzó a entrar en ella, comenzó a moverse una y otra vez, ambos gemi*n del placer, lo hicieron varias veces, la última Felipe estaba terminando dentro de Maricela cuando escucharon que tocaban la puerta desesperadamente.

Era Daifer para pedir ayuda a su tía porque Dainis estaba con dolores de parto, Maricela se pudo una bata y salio mientras Felipe se vestía, ella abrió e inmediatamente Daifer le dijo lo que sucedía, Felipe escuchó y salió inmediatamente corriendo para el apartamento de su hija, a los 3 minutos llegó Maricela.

DAINIS: ya va a nacer mi hijo papá.

FELIPE: si mi reina, vamos a la clínica

Eran las 9 de la noche cuando llegaron, la subieron a una silla de ruedas y la llevaron a una sala para revisarla, una doctora revisó su dilatación y le hizo algunas preguntas sobre su embarazo. Daifer estaba pendiente de todo lo que la doctora hacía o decía, la vio como enfundaba sus manos en unos guantes de látex y luego empezaba el examen.

Dainis ha tenido un embarazo tranquilo y eso jugaba positivamente en ese momento, la doctora se quitó los guantes y dijo que regresaría en media hora a ver cómo seguia el proceso porque aún faltaba, Dainis deseaba que todo fuera rápido, los dolores la tenían desesperada.

  Daifer estaba nervioso, pero no quería que Dainis lo notará, a ella también la vio un poco nerviosa y se acercó a ella para darle ánimo, porque estaba nervioso el que se podía esperar de ella quien era la que tenía los dolores y la obligación de traer a su hijo al mundo.

DAIFER: No te preocupes por nada mi amor, sé fuerte por darle vida a ese pequeñito, el fruto de nuestro amor.

DAINIS: Me duele horrible Daifer.

 Después de media hora volvió la doctora a revisarla, le dijo que ya estaba lista, Daifer entró con ella a la sala de parto después de ponerse ropa adecuada, Dainis lloraba por el dolor mientras la doctora le gritaba para que pujara, pero nada importaba, ni el dolor, ni el ardor en su ingle, nada, porque era la vida de su hijo la que dependía de ella, y ahí junto a ella estaba su amor sujetando sus manos mientras le susurraba cosas que a ella le daban calma y seguridad.

Dainis estaba quedando sin fuerzas, la doctora se dio cuenta que ya estaba muy débil y dijo.

— ¡Una vez más Dainis, una vez más…!

DAIFER: Tú puedes preciosa, tu eres fuerte mi amor.

Dainis respiró fuerte y pujó con toda la fuerza que le quedaba, de pronto escuchó el llanto de su hijo, después sintió como fue colocado en su pecho, ella besó su cabecita sin importar lo pegajoso que estaba, se dio cuenta que su dolor valio la pena, de repente se sintió cansada, como si toda su fuerza se hubiese escapado en ese último pujo, y fue lo que en realidad hizo, ella lucho por mantener los ojos abiertos, pero seguía sintiendo el tibio cuerpo de su bebé, y por más que quería detallarlo completamente no podía, sus ojos se estaban cerrando, ella aferró sus brazos a su pequeño hijo que estaba sobre ella, se sentía tan agotada, miro a Daifer y le sonrió, y lo último que escuchó fue a la doctora gritar:

— Necesitamos controlar la hemorragia

A Dainis todo se le volvió confuso y luego oscuridad, Daifer al ver a la doctora nerviosa y los demás correr de un lado para el otro comenzó a llorar y a intentar despertar a su mujer, un médico lo sacó porque podía interferir en el trabajo que ellos iban a realizar.

Felipe y Marícela al ver salir a Daifer llorando se imaginaron lo peor, ambos corrieron a su encuentro.

FELIPE: ¿Qué le pasó a mi hija y mi nieto?

DAIFER: El niño está bien, pero.... Dainis se desmayó están controlando la hemorragia que tiene.

MARÍCELA: con el favor de Dios todo va a estar bien, ella es una mujer fuerte.

Después de una hora salió la doctora y les informó que todo salió bien y solo un familiar podía estar junto a ella en la habitación asignada.

Dainis abrió los ojos observando a su alrededor y gritó.

DAINIS: mi bebé, mi bebé.

Daifer se acercó a ella para tranquilizarla y le dijo.

DAIFER: Tranquila mi amor, tranquila, el bebé está bien.

El se lo dijo mientras acariciaba su rostro, ella se tranquilizó porque confiaba plenamente en él, sabía que no le estaba mintiendo.

DAINIS: ¿Dónde lo tienen?

DAIFER: Le están poniendo una vacuna, mi tía y tu papá están con él ¿cómo te sientes?

DAINIS: Estoy bien, cansada, pero bien ¿Qué pasó?

DAIFER: Hubieron complicaciones, pero ya pasaron,eres muy fuerte mi reina, creo que debes dormir un poco más. Yo estaré pendiente de los tres.

Ella movió la cabeza aceptando la sugerencia de su amado.

Después de media hora Dainis escuchó susurros y abrió los ojos para ver quienes eran, vio a Daifer a un costado de la habitación con un bultito de color azul en sus brazos, de de inmediato una lágrima corrió por su mejilla. Daifer lo puso en los brazos de su mujer, ella lo miró a su bebé y dijo.

DAINIS: Mi bebe, verte por primera vez ha sido el momento más maravilloso y mágico de toda mi vida, has cambiado todo de mí.

 Ella amaba a Daifer tanto como amaba al pequeño cuerpecito que se removía en su pecho, Dainis dejó que las lágrimas corrieran con libertad por sus mejillas, porque nunca pensó que podría tenerlo todo, y en ese momento lo tenía. Pensaba que después de la decepción con Ever no iba a poder amar, confiar y formar una familia.

Al día siguiente estaba Felipe y Marícela que no cabían de la dicha por su nieto, se dieron cuenta de que Dios los premio con Dainis y Daifer porque les regalaron un hermoso nieto, Marícela al igual que Felipe no pueden tener hijos, pero ambos se habían hecho cargo de las personas que los estaban llenando de felicidad, Marícela de Daifer y Felipe de Dainis.

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