16. Corazones rotos

...⚠️ Se les recuerda a los lectores que esta historia corresponden a los hechos que llevaron a la princesa de Susumira (Majic) a estar encerrada en una torre....

...Se publicó como pedido de aquellos que querían conocer esta parte con mayor detalle....

...El contenido puede ser sensible.⚠️...

Carpio camina molesto por los pasillos, la actitud de Karoly había llegado al límite de su paciencia, empezó a detestar que él siempre tuviera que estar cediendo; el hechizo de Ivetee más el brebaje de Kuolema, no solo servía para que él se sintiera atraído por Tiurname, sino también tenía el objeto de que él no tuviera interés en cualquier otra; sin embargo, lo que no advirtieron las hechiceras es que el sincero amor del rey de Susumira a la reina, le creara conflictos constantemente ante esos deseos desbordados, de no ser por eso, hubiese abordado a Tiurname muchísimo antes.

Cuando Carpio salió de la habitación de la reina, fue al salón del mayordomo, quien inmediatamente se puso de pie, hizo una reverencia al rey y el saludo protocolar.

- “¿En qué le puedo servir?, Su Majestad", preguntó el mayordomo con solemnidad.

- “Avísale a la dama principal de la corte, que se ha de llamar a Lady Tiurname a mi habitación mañana en la noche, que le escojan ropa blanca hermosa para la ocasión”, respondió Carpio con una sonrisa coqueta.

El mayordomo lo quedó mirando, casi podía ver el rostro que tenía cuando el monarca era príncipe y salía tras una conquista desesperadamente; estaba confundido con el sorpresivo requerimiento del gobernante de Susumira.

- “¿No me escuchaste?, ¿desde cuándo tengo que repetir las cosas en este castillo”, expresó Carpio con molestia.

- “Lo siento, Su Majestad, me sorprendió su requerimiento, no lo había pedido antes; ni con la reina, ella va a su habitación sin…”, dijo el mayordomo nervioso, pero fue interrumpido.

- “Desde ahora, mis dos esposas solo podrán entrar a mi habitación cuando yo las mande llamar, la reina sigue siendo la soberana de esta nación y está sobre todos los habitantes, pero yo soy el rey de Susumira de sangre real y ella no puede mandar sobre mí; creo que se les ha olvidado quien soy y de lo que soy capaz, lo dejaré pasar en esta ocasión, pero más vale que recuerden que mi voluntad es ley, yo no doy explicaciones ni me gusta repetir las cosas, hago lo que quiero, cuando quiero y como quiero; yo soy Susumira, asegúrate que todo se haga como lo ordené”, dispuso Carpio con altanería y se retiró.

El mayordomo bajó la mirada y se arrodilló pidiendo perdón mientras veía al monarca irse, definitivamente parecía el de antes de conocer a la reina Karoly pensó, cuando era príncipe podía hacer temblar a todo el castillo, y ahora ya no estaba su madre para frenarlo, él era quien ahora llevaba la corona; así que el mayordomo se apresuró en hablar con la dama principal de la corte, los comentarios corrían entre los empleados del castillo.

El día siguiente, el adusto rostro del rey había desaparecido, jugaba con sus pequeños hijos, que corrían hacia él para que los subiera sobre sus brazos y los hiciera volar como un juego, hasta que los poni que había pedido llegaron al prado. Las madres veían a sus hijos desde extremos diferentes, y ambas se preocuparon cuando vieron que llegaron los pequeños caballos.

Aunque ambas se iban acercar, Tiurname fue detenida por su supuesta hermana, diciéndole al oído “debes cuidar tus peleas, sabes muy bien que un príncipe de Susumira tiene que ser un guerrero mortal desde pequeño, si cuestionas al rey podría creer que no entiendes la prominencia de la sangre real de la familia Maruztba”; así que Tiurname se frenó aun con angustia en el corazón.

- “Carpio, son muy pequeños para los caballos, tienen tres años”, dijo Karoly acercándose.

- “Suban a los príncipes a los ponis y empiecen el entrenamiento”, expresó Carpio disimulando una sonrisa para que los niños no se asustaran.

- “Sí, Su Majestad”, respondieron los instructores.

- “Carpio, me llevaré a Kuzelny”, dijo Karoly queriendo avanzar, solo que Carpio hizo un gesto a los instructores y ellos avanzaron con los niños, mientras el rey sujetaba del brazo a la reina, y luego la abrazaba desde atrás.

- “Es mejor que te controles, esto es Susumira y príncipes blandengues no formamos; es más retrasé esto demasiado; se te olvida que tú montaste un caballo a los cinco años, no pareces para nada la mujer guerrera que conocí hace años”, le susurró Carpio al oído, manteniéndola sujeta tratando de disimular que solo era una muestra de cariño; su interior ahora parecía hervir cada vez que ella retaba su autoridad.

- “Tal vez deba traer mi espada y demostrarte que aún soy buena con ella, suéltame o quieres que haga un escándalo”, comentó Karoly.

- “¿Vas hacerlo delante de la niña?, ¿Crees que soy tu súbdito?, Kuzelny será la próxima reina de Susumira y debe aprender a serlo, tal vez no entiendas nuestra costumbre por ser de Fontana, pero ella es de Susumira y si no aprende a defenderse será pisoteada fácilmente, no puedes borrar lo que ella es, debe convertirse en alguien que Susumira admire y respete. Si quieres pelear hazlo, pero espero que sepas las consecuencias que tendrá, ella es la heredera a la corona de Susumira y tú la reina, deberías saber muy bien lo que tienes que hacer, tal vez no quisiste casarte con alguien como yo, pero lo terminaste haciendo, tal vez no quisiste ser una reina, pero lo eres ahora, tal vez quisiste siempre libertad absoluta, pero cariño tú escogiste esta vida que te obliga a compartir y transar, no te llevé a rastras, no amenacé a las personas que amabas, y no te compré con oro y plata; te ofrecí amor y te di amor; te ofrecí estar en las buenas y en las malas, y ahí estuve siempre; jamás fuiste una niña miedosa y cambiaste, nunca te gustaron las mentiras y mentisteis; yo siempre fui el mismo contigo; pero tú cambiaste, no esperes que yo siga manteniéndome igual. Lo nuestro pudo ser lo más hermoso del mundo, pero me dejaste a mitad de camino, cambiaron a mi Karoly, cambiaron su esencia, su temple, su coraje, su arrolladora personalidad; fuiste mi mundo entero, pero cuando los problemas realmente grandes aparecieron me dejaste de lado, me convertí en un estorbo para tus planes; lo siento mi reina, pero voy a tomar el control de mi nación, de mis hijos y de su futuro. Si quieres pelear hazlo, pero no me voy a quedar con los brazos cruzados”, dijo Carpio solo para que ella escuchara; en el fondo de su corazón parecía despedirse de alguna manera del fervoroso amor que siempre le tuvo a Karoly, como si quisiera ser libre para ser nuevamente el hombre de antes, aquel a quien no le podían romper el corazón, como se había sentido desde que Karoly fue a Rojo inventando toda estrategia secreta y mentirosa.

Luego el rey le dio un beso a la reina en la mejilla, y avanzó para ver el entrenamiento de sus hijos; mientras que Karoly se quedó estática, sentía su corazón pesado las palabras de Carpio resonaban sobre su cabeza, el tono de voz, la forma en que lo hizo, sentía como si le advirtiera que las cosas entre ellos iban a cambiar drásticamente, siempre había sentido el amor de Carpio completamente seguro, pese a todo, solo que ahora empezaba a dudar de ello.

La escena para el resto podía parecer romántica, sin escuchar lo que sucedía entre ellos, solo podía significar una muestra de amor. Tiurname volvió a sentarse, aunque sentía que esa visita de anoche del rey solo había sido un exabrupto y que el amor por la reina seguía intacto; pasaban muchos pensamientos en su cabeza, sobre cómo podía haber siquiera osado pensar en que el rey Carpio podría quererla aunque sea un poquito, se obligó a calmar su propio corazón que se sintió dolido.

Por los acontecimientos de la mañana, cuando con la llegada de la noche, la dama principal de la corte fue a ver a Lady Tiurname porque fue llamada a la habitación del rey quedó completamente sorprendida, y aún cuando recibió todo el tratamiento de preparación, que incluía el baño con esencia florales, la ropa blanca de tela fina y coqueto aspecto, el maquillaje y el perfume exquisito; para luego ser revestida con la bata de terciopelo, seguía sin poder creer lo que estaba sucediendo. Mientras era llevada por la comitiva a la habitación del rey, le temblaron las piernas, se puso aún más nerviosa cuando la puerta fue tocada con ligeros golpecitos y la voz profunda del rey desde adentro resonó con un “pasa Tiurname te estoy esperando.

Mientras tanto, las manos de Karoly temblaron cuando sus damas le daban la noticia que el rey Carpio había llamado a Lady Tiurname a su habitación; se negaba a creerlo eso no podía ser cierto, aún cuando él estuviera molesto con ella, estaba segura que él sabía que algo así no se lo iba a perdonar; se puso su bata, y caminaba con desesperación por los pasillos que llevaban a la habitación del rey, mientras apretaba los puños y se decía a sí misma que eso no podía ser cierto.

Cuando estaba por voltear el último tramo los oficiales que custodiaban el paso, cruzaron las lanzas y le impidieron el paso.

- “¿Qué significa esto?, soy la reina, ¿cómo osan impedir mi paso?”, inquirió Karoly.

- “Lo siento, Su Majestad, tenemos orden del rey, que nadie puede entrar a su habitación, sin que él haga el llamado”, respondió uno de los oficiales.

Karoly se volteó dio unos pasos como regresando, pero luego volvió a regresar sorprendió a los oficiales, quitándole una de sus espadas, tuvo algunas dificultades la falta de práctica había dejado estragos en su habilidad, pero pronto el ánimo combativo de Karoly la hizo abrirse el paso; pero cuando estuvo cerca, vio ingresar a Tiurname a la habitación del rey, y toda la comitiva de llamamiento matrimonial estaba afuera; el corazón de Karoly parecía salirse de ella; y aunque por un momento quiso avanzar y detener todo, sintió que eso no borraba la intención del hombre que amaba, había llamado a otra mujer y eso ya se sintió como una horrible traición, soltó la espada, y regresó como una fiera herida a su habitación.

Tras cerrar las puertas, empezó a tirar todo lo que había al piso, apretaba los dientes con furia, su cuerpo temblaba de la rabia, las llamas de las velas brillaban más incandescentes que nunca, ella se negó a llorar, quería sacarse el corazón para no sentir la angustia, y se decía una y otra vez que el amor por Carpio debía morir; ella se resistía en convertirse en una esposa engañada que lloraba de dolor; se obligó a mantener la calma y a pensar.

Luego de mucho meditar y de decirse a sí misma que ella era Karoly de Fontana y se cobraba caro las ofensas, sacó un pergamino, pluma y tinta, empezó a escribir, más tarde ordenó que llevaran su carta a Fontana, si intentaba irse abiertamente con su hija de Susumira, Carpio se lo iba a impedir así que se dijo que tenía que hilar fino su partida.

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