Perversión II

Hilt, jamás tocó de manera impropia a la niña, aunque sí fantaseaba con ella demasiado a menudo. Pero algo en su actuar hizo que Kira comprendiera que tenía cierto poder sobre este hombre. Cuando creció ella comprendió la manera morbosa en la que la observaba y, conocedora de las pasiones bajas a través de lo que vio en su corta vida en las calles, ella comenzó a dejarse seducir.

Un día, como si no se diera cuenta, dejaba que el hombre observara un poco sus senos; otro, se dejó acariciar por debajo de la falda cuando estaba sentada a su lado, muy cerca, leyéndole su última composición poética escrita especialmente para él. Para ese entonces ya Kira tenía 15 años y el Rey había tenido que recurrir a muchas jovencitas del poblado buscando una que se pareciera a su hermosa hija adoptiva.

Un día más había transcurrido y Kira se había sentado en sus piernas y dado un sutil beso en la mejilla para agradecer un costoso regalo. Sus ya crecientes senos quedaron cerca de la cara del asqueroso hombre, que en respuesta metió la mano bajo la falda de ella y tocó sus partes íntimas. Ella permaneció quieta en el lugar sintiendo la creciente erección, mientras disfrutaba morbosamente de esas caricias, pero fueron interrumpidos. La Reyna ingresó en la sala y ambos supieron disimular, pero ese acto hizo que el malvado Rey comprendiera que tenía que deshacerse de su esposa y pronto.

De esa manera la reina comenzó a enfermar y antes de morir ocurrió lo que Lina contó entre lágrimas a Ares.

En definitiva, la perversión de ese mundo era inaudita e increíble, había llegado a límites insospechados y la podredumbre de los corazones azotaba los cimientos mismos de la humanidad.

El mismo Rey había planeado falsear la marca para hacer pasar a su amada por la heredera de los brujos blancos. Kira siempre estuvo de acuerdo en todo, incluso cuando su Rey le dijo que tenía que comprometerse con su mejor socio Fiodor Kox. Por supuesto que para ella eso fue muy grato, el joven era verdaderamente hermoso, a sus ojos, y de esa manera ella podría disfrutar de las dádivas de ambos hombres.

Era claro que la mente de estas personas estaba trastornada completamente. Ellos eran hijos de ese tiempo de perversión que estaba profetizado que vendría, ellos encarnaban en su ser todos los males de la era y esa era la razón fundamental por la que eliminándolos todo terminaría por fin.

En la isla habían quedado el Capitán Mirco y Lina. El jovencito estaba un poco inquieto al tener a esa hermosa princesa cerca de él. Se había comprometido a protegerla, después de todo él era un capitán de la marina de Merlán y ella la primera princesa. El problema es la fuerte atracción que sentía hacia ella, pero él estaba comprometido y no podía fallarle de esa manera a su prometida.

Princesa, creo oportuno que mantengamos la distancia… él comenzó a decirle a la linda Lina que estaba sentada a su lado y lo miraba con ojitos de cierva encandilada yo…estoy comprometido y esto que ha pasado es un error agregó el joven y es que acababan de darse un apasionado beso con algún otro rose incluido.

¡Oh!...yo…creo que… Lina ni siquiera terminó de hablar. Solo se puso de pie y se fue llorando hacia el castillo. Ella estaba muy decepcionada, si él estaba comprometido jamás debió de acercarse de esa manera, después de todo él fue quien dio ese primer paso.

“Debí dejar que Ares lo matara” pensó en un momento de dolor y enojo.

La princesa se encerró en la habitación que le habían otorgado y lloró amarga y desconsoladamente. Nunca imaginó que su primer amor fuese a ser uno tan trágico. Si, al parecer la exageración era una de las virtudes de la primera princesa.

Entretanto Marcus preparaba el barco para zarpar hacia Merlán, debían de ir en ayuda de Ares y Malika, habían recibido el informe de que el Rey de Antares estaba llegando a Merlán, era la oportunidad perfecta, tenían a todos sus enemigos juntos.

Mirco ayudaba a preparar todo, él combatiría junto a los piratas por liberar a su reino. Se sentía frustrado y hasta sofocado. Era el deber sobre el querer lo que lo tenía en un remolino de emociones y sentía que moría en vida al ver las lágrimas de Lina salir de esos hermosos ojos que lo habían cautivado desde el primer instante en que la vio.

¡Mirco! gritó alguien a su lado.

¡EH! Lo habían agarrado muy distraído, tanto que no tenía ni idea de quien le hablaba.

Mirco, creo que tienes un gran problema amigo… dijo el pirata riendo del sombrío semblante del pobre capitán _ parece que la primera princesa te tiene embobado.

No es eso, es que…yo tengo una prometida… dijo un bastante decaído. Él sentía que estaba enamorado de Lina desde que era León, a pesar de que pensara que era un hombre _ y creo que siento algo por la Princesa.

¿Crees o estás seguro? Porque yo los vi muy apegados, y ella casi muere por salvarte contestó el otro haciendo que Mirco se sintiera aún peor.

Estoy seguro…yo no amo a mi prometida, pero es una chica linda, y mi padre quería que me casara con ella… él había comenzado a desnudar su corazón _ yo no sé qué sea lo correcto.

Bueno…si es una cuestión de estatus, es mejor una princesa que otra noble dijo de manera desinteresada Marcus pero si el problema es perder la cara delante de tu familia y la de tu prometida, no hay manera de salir de eso, romper el compromiso la dejaría a ella en un muy mal lugar, siempre son las mujeres las que sufren cuando esas cosas pasan las palabras del pirata dejaron al pobre capitán mudo y desconcertado.

Es que Marcus era el hijo ilegítimo de un noble de alto rango. Su madre había estado comprometida con un joven noble, era ya un matrimonio seguro, el compromiso había sido aprobado por el rey y noticiado al mundo entero. Faltaban solo meses para la boda cuando al reino llegó una jovencita que dejó embobado al prometido de su madre. Este no dudó en romper el compromiso dejando en un muy mal lugar a su madre que quedó como una mujer inservible y muy mal vista ya que fue rechazada a poco tiempo de casarse. Nadie quiso verla nuevamente como posible esposa condenándola a la soledad.

La mujer se convirtió de esa manera en amante de un noble de alto rango, ya que hasta su propia familia le había dado la espalda y solo encontró esa opción para vivir. Ser la amante de un hombre rico que la mantenga, el problema es que en un descuido se quedó embarazada y este, por supuesto, no lo reconoció, por el contrario lo negó siempre, aunque sí continuó disfrutando del delicado cuerpo de su madre, que se fue desgastando y muriendo poco a poco de tristeza y dolor por todo lo malo que tuvo que vivir.

Sí, lo sé…no puedo hacerle eso, ella no tiene la culpa. Debo hacerme responsable de mis decisiones fueron las palabras del joven que continuó preparando el barco en el que en breve debían partir.

Lina, que permaneció un tiempo largo en su habitación, volvió a convertirse en León para poder subir al barco, ella se iría de ese lugar como había llegado, estaba decidida a luchar para acabar con esa mala mujer, y también para proteger a su hermanita, a quien aún no había podido ver.

Es que Lina no tenía ni idea del gran poder de Malika, pero pronto lo descubriría.

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