Perversión

Esas palabras produjeron un gran cortocircuito cerebral en el pobre pirata que se quedó helado y sin poder entender muy bien a lo que se refría. Ella tomó la mano de él y la colocó en su vientre.

Pronto un pequeño piratita estará entre nosotros dijo Malika con una gran sonrisa.

Él la miró asombrado y embobado de amor.

¿Eso es verdad? ¿Seremos padres? Ares estaba emocionado hasta las lágrimas, cuando se dio cuenta de un detalle no será un pequeño piratita, sino una hermosa brujita comentó con el ceño fruncido y un poco de molestia.

Él quería una hermosa niña igual que su madre. Que fuera tierna, inocente, divertida, pero también muy fuerte como lo había sido Malika hasta el momento.

Lo siento mi endemoniado Dark, pero es un pequeño pirata ella hablaba con absoluta seguridad, pues ya había conocido a sus hijos y sabía muy bien que este sería un hermoso varoncito de cabello blanco.

Bueno, pero seguiremos practicando hasta tener nuestra linda princesita bruja contestó ya resignado a que lidiaría con un mocoso que le robaría toda la atención de su madre y lo desafiaría todo el tiempo.

Algo de repente ensombreció el rostro del pirata. Ella estaba embarazada, ahora eran dos y tenía terror de que algo les pudiera ocurrir. No sabía cómo enfrentaría esta nueva situación, lo que se sabía era que tenía que terminar de una vez por todas con esos dos seres despreciables.

Ares Malika sabía muy bien que era eso que atormentaba a su amado podremos con ellos, tenemos que hacerlo, pero juntos. Por separado no será posible, recuerda que Lizander murió por la traición a su amor, de otra manera jamás lo hubieran podido derrotar ella hizo un minuto de silencio y miró un momento a los ojos a su hermoso pirata ¿Tú me amas? Esa pregunta le costó un mundo hacerla, aunque él ya se lo había dicho infinidad de veces.

Claro que te amo, más que a mi vida, a ti y a mi pequeño pirata él se aferró a la cintura de ella y acercó su cara al aún plano vientre para dejar un dulce beso.

Entonces debes confiar en mí. En nosotros, lo lograremos ella lo besó con un poco de lujuria incluida y es que habían pasado ya muchos días sin estar juntos.

Una cosa llevó a la otra y poco a poco, la ropa fue quitada. La atracción física era algo que siempre estuvo entre ellos. Era increíble saber que estaban destinados realmente y esa era la razón por la que ninguno de los dos había experimentado en el plano íntimo. Ella no había estado con un hombre en ninguna de sus dos vidas, y él había tenido infinidad de mujeres buscándolo y, sin embargo, nunca tuvo interés en ninguna de ellas. Solo una logró animarlo y esa fue una hermosa princesa de cabellos rojos a la que debía matar.

Ese encargo fue lo único bueno que había hecho Kira. Ese pensamiento le dio una idea, algo que no era tan descabellado. Todo lo que había vivido lo había llevado a ese momento en el que conoció a su destinada. Si nunca hubiera defendido a esa niña, si nunca la hubiera cuidado, si nunca hubiera decidido acabar con Malika para poder protegerla, no la hubiera conocido y nada de esto estaría pasando.

“Definitivamente, todo pasa por una razón” pensó Ares para luego hundirse en el delicioso interior de su brujita.

Ese glorioso momento fue demasiado corto para los dos, porque un golpe en la puerta los interrumpió de manera molesta. Pero el estómago de la embarazada le recordó que debía alimentarse.

Un momento dijo Ares para poder acomodarla en la cama y cubrirla con la manta. Él se vistió de manera apresurada para poder recibir la bandeja con comida y algunos regaños también.

Ares, debes dejarla alimentarse como corresponde, lleva días sin comer le dijo Teresa que había escuchado un poco del bullicio que hicieron momentos antes, al igual que todos los demás. Ares paseó la vista por los presentes en esa pequeña sala, todos disimulaban y miraban para otro lado, pero estaban bastante ruborizados.

Lejos de incomodarse él solo sonrió burlón y cerró nuevamente la puerta. Malika se tapó la cara con la manta, ella sí, estaba muy avergonzada.

Tranquila…no te avergüences dijo acariciando su cabello pero creo que debemos buscar un lugar más amplio comentó luego, era claro que con todos ellos compartiendo esa pequeña cabañita no podían demostrarse su amor como les gustaba.

¿Qué te parece un castillo? contestó ella con la mirada llena de malicia y una sonrisa macabra en el rostro. Ella era una bruja blanca, era buena, pero a la hora de terminar con sus enemigos podía ser el ser más malvado del mundo.

“—“

En el castillo Kira, estaba gritando como desquiciada. Había terminado con todo a su alrededor, incluso había arrojado adornos a sus sirviente, y algunos de ellos estaban con sus cabezas sangrando por el impacto.

¡Maldita! ¿Dónde se metió esa otra mustia? gritaba furiosa porque ahora había desaparecido la otra princesa.

Kira acababa de darse cuenta de que Lina había desaparecido y eso la perjudicaba en gran manera. Ella sentía que todo se le estaba saliendo de las manos y eso es algo que no podía tolerar.

No lo sé, preciosa dijo el Rey quien estaba a su lado con poca ropa La verdad es que poco me ha importado lo que ocurra con ellas, solo me importas tú mi vida dijo el asqueroso hombre. Al ver que los sirvientes ya se habían marchado.

El Rey Hilt de Merlán era un hombre robusto, bastante desagradable a la vista. Él había obtenido el trono al casarse con la legítima reina, ya que era la madre de Lina y Malika la que lo había heredado realmente. Ella amaba profundamente a su marido, tanto así que jamás vio sus verdaderos colores. Ese hombre era realmente un ser nefasto y un degenerado de primera.

En uno de sus paseos por los lugares más pobres de la sociedad, buscando víctimas de su crueldad y su enfermizo gusto,  vio una niña pequeña, de unos 8 años, ella estaba con la mirada perdida en dirección al palacio que se dejaba ver por una de las rendijas entre los derruidos edificios. Un suspiro salió de los labios de la niña y eso al enfermo Hilt le supo a gloria. Iba a acercarse a ella cuando vio que un jovencito llegaba y la tomaba de la mano. Resolvió seguirlos, tenía que saber dónde vivía esa hermosa niñita. Y grata fue su sorpresa al saber que era un orfanato.

De inmediato el Rey Hilt decidió que adoptaría a una preciosa huerfanita, era un acto caritativo que sería muy bien visto por todos y así fue. Su enferma obsesión sobre Kira fue aprovechada muy bien por la niña y luego por la adolescente y más tarde potenciada por la joven.

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