Capítulo 6. Como dos gotas de agua

Capítulo 6

Como dos gotas de agua

El comisario Rodríguez creía que por tener el control de la unidad policial podía mandar sobre todas estas personas a su antojo, aun así nunca podía hacerlo con Laura y eso le parecía molesto, la deseaba, pero sabía que ella nunca se fijaría en él.... Aún así la imaginaba sumisa ante él, pero ella en cada oportunidad le dejaba claro que no iba a seguir sus órdenes y esta no sería la excepción

—¿Si ha visto la hora, señor comisario? Casi van a ser las nueve de la noche y yo estoy en proceso de una autopsia muy importante también, no puedo dejar un cadáver abierto a la mitad para salir corriendo a atender otro solo porque usted me lo esté pidiendo. Es irrespetuoso tanto para el occiso como para mi persona —respondió enojada— Este es mi trabajo y debe saber que el orden de esta sala no lo estipula usted.

—Lo necesito —insiste el comisario con voz de mando— Es solo un maldito favor, no se le va a ir la vida en ello

—El doctor Meier está de salida. ¿Por qué no se lo pide a él? —lo mira desafiante— ¿Usted cree que el caso que estoy estudiando no es importante también? Si le parece tan insignificante ¿por qué no viene usted a hacerlo por mí?

El comisario la miró fijamente y rodó sus ojos, estaba desesperado y molesto, en el fondo sabía que no debía decirle una sola palabra más o corría el riesgo de que la familia Sylver le hiciera perder su trabajo y por otra parte la veía con deseo, anhelaba tanto su cuerpo que le parecía molesto esperar tanto

Sin más salió del laboratorio forense azotando la puerta y unos cinco minutos más tarde entra el doctor Francisco Meier en absoluto silencio y con cara de obstinado, se coloca su bata médica, guantes de látex, mascarilla y una malla en la cabeza, saca el cadáver del cubículo ocho, es una mujer en sus veinte y la mira sorprendido por la forma en la que el cuerpo se ha quedado rígido. El hombre era muy espiritual, antes de comenzar a abrir un cuerpo le dedicaba una pequeña oración seguida de un minuto de silencio, momento en que Laura no podía evitar burlarse de él así que suelta su estruendosa carcajada característica de ella misma y Frank trata se ignorarla

Para Laura, Frank era un charlatán fiel creyente de la estupidez espiritual que se inventaron los humanos para poder estar en paz consigo mismo, era uno más del montón sin chiste alguno ante sus ojos, el ser mas simple y aburrido que ella pudo conocer, mientras que para él, ella lo era todo, en pocas palabras era el motivo por el cual soportaba ese terrible trabajo

Al escuchar su burla se le quedó mirando fijamente a modo serio, rodó sus ojos con rabia y suspiró profundo restándole importancia a sus risitas burlonas.

Tomó una fuerte bocanada de aire y ahora si se dedicó a estudiar el cadáver de la mujer que se veía sucio y en un estado de descuido increíble.

El hombre era fiel creyente de que los difuntos conservaban la expresión del estado de ánimo que mantuvieron en su último momento de vida, unos transmitían tristeza, otros soledad, y como esta muchacha había muchos que al igual que ella demostraban un terrible miedo y depresión. Tomó sus manos con suavidad mientras le hablaba con mucho respeto y sutileza indicándole que ya no estaba sola, que estuviera tranquila y que ya podía descansar en paz, pues su asesino estaba a punto de pagar por todo el daño que le causó en vida y en medio de tantas palabras estiró por completo el cuerpo de la joven que había endurecido en posición fetal. Era increíble el poder que tenían sus palabras ante los difuntos, como le hacía para que unos huesos que habían estado casi congelados en una posición, pudiera moverlos de manera natural y sin tanto trabajo.

Comenzó a cortar su ropa con unas tijeras, que no era más que un viejo vestido de novia que daba la impresión de que lo llevaba puesto desde hace mucho tiempo, pues estaba muy sucio, roto y mohoso, el hedor a humedad que sobresalía de él era muy desagradable

Luego de descontaminar el cuerpo y lavarlo, se dispuso a despegar el cabello de la cara de la occisa y limpiar a fondo su piel, al encontrarse de frente con el rostro de la muchacha se quedó perplejo y volteó a mirar fijamente a su colega, la doctora Sylver, quien ya se encontraba concentrada de nuevo en su trabajo

—O... Oye La... Laura —tartamudea aterrado— Pu... ¿Puedes venir?

—¿Necesitas ayuda? ¿A caso no sabes como utilizar un bisturí? Por Dios Frank, es una muerta que no te de miedo cortarle una arteria —se burla de él, pero de igual forma se acerca a ayudarle

—Ella... Esta... Mujer S. se parece a ti

—¿Qué estás diciendo idiota? Nadie, escúchame bien, nadie es igu. al... A... Mi... E. Ella es...

La miró fijamente y se dio cuenta de que esa mujer era una réplica de ella, era como si se estuviera mirando en un espejo, con la única diferencia que ella era rubia y la occisa llevaba su cabello negro natural y su tono de piel era un poco más oscuro a pesar de que ya poseía una palidez cadavérica en su rostro

"Esto no, no puede ser"

Ambos doctores se alejan desconcertados del cadáver de la joven, en eso Frank se mete por un rato en su celular. Mientras que Laura se tira en un sillón reclinable mirando al techo en silencio

Muchas cosas llegaban a su cabeza. Una de esas cosas era la historia que le comentó su madre hace ya casi cinco años. No quería hacerlo, pero la evidencia ponía en tela de juicio aquella historia que inocentemente había creído

Laura seguía callada, su sonrisa se apaga poco a poco, en su rostro se notaba una mezcla de tristeza y desilusión.

¿Con quienes estuvo viviendo todos estos años?

Era la pregunta que más rondaba en su cabeza

Iban a dar las doce de la noche cuando Frank se levanta bruscamente de su asiento y camina hacia la doctora Sylver que ahora mismo se encontraba reclinada en la silla de descanso cubriendo sus ojos con el antebrazo

—Encontré un artículo que había leído hace un buen tiempo, se trata de un sosía.

—¿Y que con eso? ¿A caso no tienes un cuerpo que destripar? —respondió desinteresada— Ve a hacer tu trabajo

—Un sosía es una persona que tiene un parecido con otra al punto de ser confundido con ella. Se dice que todos tenemos un sosía al otro lado del mundo... Quien diría que te topases con el tuyo

Laura destapó su cara de un tirón y lo miró enojada virando sus ojos antes de pedirle que la dejara en paz

—Deja de decir estupideces. No pretendas que voy a confiar en tu sarta de disparates. Soy médico no fiel creyente de que las maravillas divinas existen. Ahora mismo me encargaré de ese caso, quiero saber de que se trata todo esto

—¡Es cierto! Puedes leerlo por ti misma —le acercó su celular y la mujer apenas lo mira de reojo—. No es una maravilla divina como dices. Es real. ¿Qué planeas hacer ahora? —indagó un muy confundido Frank— Te ayudaré en lo que necesites

—Una prueba de ADN. Eso resolverá este misterio, ocúpate del cubículo dos, ahora mismo me haré cargo del caso de mi socia —dice con burla—

—Sosía, no socia. Socias son las personas que comparten una agrupación con algún fin o interés lucrativo

—Como sea —viró sus ojos

Laura toma un mechón de cabello de la víctima y uno de ella, los coloca en bolsas de muestras individuales y luego le pide a Frank que lo lleve a laboratorio a analizar

Al abrir el cuerpo se dio cuenta rápidamente que la mujer llevaba un embarazo de al menos unas siete semanas de gestación. Y sin dudas la causa de la muerte había sido por desangrarse al cortarse las venas de su brazo izquierdo con un objeto poco filoso, consiguiendo varios cortes en el reverso de la muñeca dejando escorias de metal oxidado debajo de la piel. Así como también la falta de alimentación adecuada, deshidratación y la evidencia de maltrato físico que también se hacía presente.

Señales de un forcejeo continuo, asalto sexual y algunas costillas rotas, heridas que nunca fueron clínicamente tratadas y una evidente marca de estrangulamiento que se visualizaba ligeramente en su cuello. Lo que la llevó a investigar más respecto al caso

—Oye Frank, acércate —interrumpió el silencio en el salón y el hombre que ya se encontraba cosiendo el abdomen del otro cuerpo en seguida se dirigió a ella

—¿Qué sucede?

—¿Qué crees? Mira al rededor de su cuello, Esto no parece un suicidio, la mataron

El doctor Meier se acerca a la víctima con una linterna de luz UV y estudia por un par de minutos al rededor del cuello de la muchacha hasta que se da cuenta de que no fue como Laura especulaba, la medida de los moretones coincidían exactos con las manos de la víctima, por lo que su teoría indica que en su desesperación trató de arrebatarse la vida a como diera lugar

—Si ves las marcas de los dedos en su cuello están volteadas al revés, generalmente se visualizan en forma de A cuando la lesión la genera otra persona, debido a que el agresor aprieta ejerciendo fuerza de esta manera —toma a Laura por su cuello haciendo el simulacro de como lo habría ejecutado—. si el asesino fuera el responsable le sería imposible el colocar sus manos de esa manera, además la fuerza que ejercería le causaría una obstrucción en la carotida axial, lo que le ocasionaría un accidente cerebro vascular debido a la falta del fluido de sangre en el cerebro... No hay dudas que lo hizo ella

—Buen trabajo, inspector Meier —se burla y él sonríe y vuelve a su oficio

Finalizó el análisis de la autopsia y se quedó a chequearlo mas de tres veces para no cometer errores, pero lo que la mantenía indecisa era el parentesco que tenía la víctima con su persona. Cubrió las partes íntimas de su cuerpo y le tomó un par de fotos desde su celular. Estaba ansiosa, en el fondo guardaba la esperanza de que lo que investigó Frank sea cierto y que no hayan lazos de sangre que las una, pero al mirarla de nuevo daba por sentado que ella era su hermana, que no murió como les hicieron creer a sus padres

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