Secreto de una noche

POV Jacob

Desperté con un dolor de cabeza punzante, sintiendo la resaca pesando sobre mí como una losa. Con los ojos entrecerrados, me tomo un momento para orientarme en la habitación, que parece dar vueltas a mi alrededor.

La luz matutina se cuela por la venta entreabierta, filtrándose suavemente a través de las cortinas y añadiendo un matiz dorado a la habitación. Al levantar la mirada, mi visión se enfocó en la figura de Edric, que emergía desnuda del baño, su piel aún húmeda por la ducha. El sonido de la toalla frotando con su cabello resuena en la habitación, interrumpiendo el silencio de la mañana.

Una sensación de confusión se apoderó de mí, mezclada con un leve toque de ansiedad mientras me esforzaba por reconstruir los fragmentos de la noche pasada en mi mente borrosa.

Me removí incómodo en la cama, sintiendo una punzada aguda en mi espalda baja al incorporarme. Con una mueca de dolor, me quede recostado mientras mis pensamientos giraban en torno a la confusión que me envolvía. Con la voz ronca por la sequedad de mi garganta, me aventuré a romper el silencio pesado que llenaba la habitación.

-¿Qué… qué paso?- Murmuré, mi voz apenas un susurro audible en el tranquilo amanecer. Edric, que emergía del baño, despreocupado, como si la situación fuera completamente normal. Con una sonrisa ligera se acercó a mí y me saludó como si nada hubiera ocurrido.

-Buenos días, Jacob.- Su actitud desinhibida choca con mi confusión y malestar, dejándome aún más desconcertado.-

Ignorando a Edric y luchando con el dolor en mi espalda baja, me apresuré a levantarme y reunir mis cosas, vistiéndome con prisa mientras sentía una urgencia por abandonar el lugar.

Mientras me vestía, la imagen de Edric saliendo desnudo del baño se grabó en mi mente, revolviendo mis pensamientos con confusión y ansiedad. Me preguntaba qué paso, pero Edric respondía con naturalidad, como si nada hubiera ocurrido. La falta de explicaciones solo aumentaba mi frustración e incomodidad, que me hacia sentir que necesitaba salir de ahí lo antes posible.

Finalmente, con un suspiro de alivio al haber logrado vestirme, me puse de pie, decidido a marcharme.

Mientras esperaba el taxi, me vi asaltado por recuerdos fugaces de la noche anterior, flashes de piel y sensaciones que hicieron que mi corazón latiera con rapidez. Me sonrojé al recordar los momentos intimidad compartidos con Edric, una mezcla de excitación y confusión que me dejaba abrumado.

En medio de la agitación de mis pensamientos, me preguntaba si estaba perdiendo la cabeza por lo que sucedió. La idea de haberme dejado llevar por el impulso y haber compartido ese momento íntimo con Edric me parecía surrealista y, al mismo tiempo, emocionante. Me preguntaba si estaba loco por haber disfrutado esa experiencia.

Mientras subía la taxi, me prometía a mí mismo que mantendría ese encuentro en secreto, guardándolo en lo más profundo de mi mente.

A medida que el taxi se alejaba del hotel, intentaba alejar los pensamientos intrusivos de mi mente, enfocándome en el presente y en las calles que pasaban rápidamente frente a mí.

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