Capitulo#II

Había despertado en una habitación elegante y antigua y no entendía donde estaba se suponía que tenía que estar muerta o acaso este lugar era donde iba las personas que morían hasta que de pronto la puerta se abrió y una chica de cabello negro entro a la habitación, ella al verme sonrió y luego hablo

– Que bueno que ya está despierta princesa

Cuando escuché la palabra princesa la mire con el ceño fruncido y cuando estaba por contestarle sentí un dolor agudo en la cabeza así que me la tomé con ambas manos

Y muchos recuerdos se me vinieron a la cabeza en dónde algunos eran felices al lado de lo que al parecer era mi familia y en otros estaba llorando por los continuos abusos que recibía por parte de una mujer de cabello castaño y de otras personas aunque la persona de mi recuerdo no era yo sino otra chica de cabello rojo, pero todo eso se vio interrumpido cuando la chica que había entrado antes volvió hablar y la cual se llamaba Estefanía eso lo supe por los recuerdos que ví

– Princesa Cathaleya su baño ya está listo

Cuando escuché como me llamo puse los ojos grandes ya que ese nombre solo habia visto cuando leí el libro El gran imperio Majestic así que decidí hablar para confirmar si era cierto lo que escuche

– ¿Cómo fue que me llamaste?

– La llamé por su título y su nombre princesa Cathaleya

– Esto no me puede estar pasando a mi, ¿Por qué yo? Tantas personas que mueren a diario y tuve que ser yo la persona que ocupará este cuerpo

– Princesa ¿se encuentra bien?

– ¿Eh?

– Desde que entre a su habitación la veo distraída y luego dijo unas cuantas cosas que no entendí ¿acaso se siente mal?,¿necesita un médico?

– No, no estoy bien

– Bueno entonces es hora de que se levanté alteza antes de que venga la emperatriz y nos regañe a ambas

Yo asentí, y luego entre al baño me quite la ropa y entre a la bañera y cuando estaba por bañarme la chica entro a la habitación y se acerco a mi

–¿Que haces?

– La voy a bañar alteza como siempre lo hago

Bueno si a si van hacer las cosas entonces no me quejo, la chica se acerco a mi y me ayudó a bañarme luego de eso salimos del baño y ella ya me habia elegido un vestido sencillo pero hermoso por lo menos Cathaleya no tenía mal gusto

Después de vestirme y que ella me arreglará fui con ella al comedor y ahí me encontré con diez pares de ojos yo hice una reverencia y después tome asiento donde la chica me indico

Luego de un minuto ví como colocaban comida frente a mi y sin pensarlo mucho comencé a comer hasta que escuche una voz gruesa así que levanté mi mirada y vi a un par de ojos color miel mirándome con curiosidad así que deje lo que estaba haciendo para poder detallar bien a la persona que me había hablado

La persona que me había hablado era un hombre ya mayor como de unos 40 años aunque se veia que hacía mucho ejercicio, cabello castaño, piel blanca, labios rosados y carnosos y por último tiene pecas debajo de sus ojos y cuando pensé que podría detallarlo bien el volvió hablar

– ¿Cathaleya que tienes? Desde que entraste al comedor estás muy callada y hace rato que te e hablado solo te me has quedado mirando un buen tiempo

Mierda y ahora que le voy a decir a este hombre ¿y si se da cuenta que no soy su hija?, antes de responderle trague saliva y luego lo mire a la cara

– Estoy bien padre no hay nada de que preocuparse solo que tuve una pesadilla que dejo un tanto abrumada eso es todo

– Espero que sea eso y no que los hijos de otros nobles te siguen molestando

– Claro padre

Después de eso no dije nada más hasta que el desayuno termino y tuve que retirarme ya que tenía clase de etiquetas

Al llegar al lugar ví a una mujer de cabello rojo sentada en un sofá la cual se llama Bárbara Moner, ella al verme frunció el ceño y luego se levantó con una vara en la mano

– Se le está haciendo costumbre princesa llegar tarde a mi clase de etiquetas

– Lo siento, pero es que estaba desayunando con mi familia y no podía dejar la mesa hasta que todos terminaramos de comer

– Y yo le he dicho a usted que no me gusta la impuntualidad pero al parecer eso no termina de entrarle en el cerebro

Escuchar como ella me habló me hizo fruncir el ceño ya que suponía que Cathaleya es una princesa y está mujer una simple profesora de etiquetas

– Tenga cuidado de como me habla no se le olvide que soy una princesa

– Me importa porque usted sea una princesa ahora póngase de rodillas y con las manos al frente

Está mujer que se cree, hay como quisiera decirle que yo no soy Cathaleya aquella chica que se dejaba maltratar y que ni siquiera se lo dijo a sus padres sabiendo muy bien que ellos harían todo por ella lo bueno es que todas estos maltratos llegaron a su fin y si tengo que ser la villana para que me respeten lo haré

– ¿Sabe que pasaría si mis padres supieran que usted me ha estado maltratando por cuatro años?

Ella al escuchar lo que dije se comenzó a reír y cuando paro de hacerlo me miró con una sonrisa en los labios

– Yo dudo mucho que una niña como tú sea capaz de decirle a los emperadores ya que eres es una cobarde

– Con que soy una cobarde bueno pues está cobarde va a disfrutar demasiado como te cortan cada dedo de las manos por haberme maltratado

Iba a salir de la habitación cuando de pronto sentí un ardor en mi espalda y eso era porque la muy desgraciada me había dado así que voltee para quitarle la vara y forcejeamos un rato hasta que se lo logre quitar para luego darle con ella y en eso esa mujer empezó a gritar

– Auxilio, alguien que me ayude la princesa me está atacando

Y mientras ella seguía gritando yo la golpeaba hasta que sentí como me tomaban de ambos brazos

– Sueltenme, déjenme enseñarle a esa maldita a quien le debe respeto

Quería seguir golpeandola, pero enseguida escuché la voz del hombre que ahora es mi padre

– ¿Que es lo que está pasando aquí?

La mujer al escuchar a mi padre se arrastro hasta él y empezó a llorar

– Majestad yo le estaba dando clases a la princesa cuando de pronto me empezó a atacar creo que la princesa se volvió loca

Hay querida no sabes con que te metiste y si crees que puede actuar tan trágicamente pues yo lo puedo hacer mejor así que solté la vara y empecé a llorar

Los guardias al ver esto enseguida me soltaron y yo caí de rodillas al suelo y cuando creí que él no haría nada senti unos brazos que me rodearon y unas palmaditas en la espalda y después de unos minutos de que me calmara él me levanto y me llevo con él al sofá donde estaba esa mujer antes

– Ahora sí me puedes decir lo que pasó

– Desde hace mucho tiempo ella me maltrata, yo nunca lo había dicho porque ella siempre me amenazaba con hacerle daño a Amber

– Eso no es cierto, yo sería incapaz de hacerle daño a alguien de la familia real

Mi padres al escuchar que ella hablo la miró fríamente lo cual hizo que ella no dijera más nada

– Padre tengo pruebas de lo que digo – Antes de que ella dijera algo subí mi vestido hasta las rodillas y le mostré las cicatrices que tenía las cuales ví cuando me estaba bañando – y a veces me da en las manos y si actúe como lo hice hace rato fue porque ella me dijo que me daria una lección por haber llegado tarde yo le dije que estaba desayunando y que no me podía retirarme hasta que no terminaramos todos de comer y ella no le importo eso asi que me dijo que me colocará de rodillas y yo le dije que no y cuando estaba por salir de la habitación para decirle a ustedes lo que estaba pasando me golpeó en la espalda

Después de decir esas palabras empecé a llorar así que mi padre me abrazó, pero luego me soltó y enseguida llamo a los guardias y a mi doncella la cual se acerco rápidamente a mi

– Estefanía lleva a la princesa Cathaleya a su habitación para que descanse un rato y ustedes tomen a esa mujer y la llevan a los calabozos

– Por favor majestad lo que dice la princesa no es cierto

– Aparte de golpear a un miembro de la familia real te atreves a llamarla mentirosa

– Yo a ella nunca la golpee por favor créame majestad

– No tengo porque hacerlo

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