Capitulo 19 Un par de cartas

_ Mientes! Eres como una maldición que llegó para destruir mi hogar...

La mujer estaba alterada, saber que su amor había ido a la guerra sin motivo no tenía sentido... había una razón para hacer ese viaje y era buscar a nuestro hijo y traerlo de vuelta...

_ Mustafá fue por nuestro hijo! Eres una maldita y no me rendiré hasta que estés en el calabazo...

Esma llegó furiosa y se interpuso entre Asya y yo... Enseguida bajar le aconsejo marcharse...

_ Mi señora, debemos irnos! Los guardias vendrán y la culparán de nuevo...

_ Ustedes me tendieron una trampa! Y Mustafá les creyó... Pero eso no se quedará así... Voy a hacer que mi esposo te lleve a la horca mujer maldita...

No baje mi cabeza ante ningún insulto de Asya, no quería demostrarle miedo por qué no lo siento... Siento más bien pena porque defiende a capa y espada a alguien que no la merece... Alguien que solo se quiere a si mismo y que solo busca amor y comprensión en todas...

_ Señora, créame que no vale la pena pelear por el rey! ¡No nos ama! Solo somos el trofeo que él exhibe para hacerse más grande... Piense, sus esposas son la hija de un gobernante de Grecia y la hija de un gran visir...

_ Cuida tus palabras cuando te diriges al rey de toda esta nación...

Se acercó a mi imponente...

_ Soy la segunda esposa de ese rey! No sé le olvidé a usted... Ahora deje de ser tan patética y salga de mi habitación...

La mujer tenía odio en la mirada, jamás nos llevaremos Bien, espero que esto acabe pronto o esto será peor! Salió de mi habitación y no supe de ella en un rato, llegaron dos cartas al palacio con un mensajero del rey... Asya corrió sonriendo a leer la suya! ¡Yo solo llevé mi carta al lugar donde arrojan los desechos y la tiré... salí al jardín y tome aire, siento que me estoy asfixiando y no aguanto más... pronto llegará el invierno, podía sentir el frío! Las aves volando hacia otra dirección... Y yo sigo atrapada en una jaula, . Tratando de no sentir... Y de olvidar... Por su parte Asya entró feliz a su habitación, recibir noticias de su amado era importante...

_ Asya, mi blanca paloma libre y a su vez solitaria! Todavía recuerdo cuándo nos casamos! Tu belleza entró directo a mis ojos... ¡Sigues siendo tan hermosa como la vez que me diste tu mano por primera vez! Sentí a mi corazón latir con tanta fuerza que pensé que moriría de emoción... Sigues sintiendo la luz que ilumina mi camino en las noches oscuras... Espero no creas más en abandonarme o mi vida termina con la tuya... Siempre tu Rey, Mustafá Arslan...

Asya olió su carta y el aroma de su rey estaba vivo en aquel papel...

_ Mustafá, mi Rey, no debiste dividir tu corazón...

Bajar entró a la habitación de Asya...

_ permiso mi señora, vengo a decirle que la serpiente está en el jardín...

Asya sonrió...

_ Y lleva la carta que Mustafá le envío?

_ No mi señora...

_ Bien quiero que busques esa carta y me la traigas! Quiero ver lo que Mustafá le escribió a esa serpiente...

Bajar se fue directo a la habitación de Alaní, comenzó a buscar la carta y en la habitación no había nada...

_ Que mujer tan extraña... salió de la habitación sin ser vista y se fue al salón donde el mensajero le entregó la carta, vio en el cesto de la basura y vio ahí la carta, aún estaba sin leer... Fue hasta la habitación de Asya y le entrego la carta contándole donde la había encontrado... Asya se sorprendió y enseguida abrió la carta...

_ Mi hermosa joya! La más costosa y brillante de todas! extraño tanto despertar a tu lado, abrir mis ojos enamorados y ver los tuyos allí clavados en los míos...

Cada palabra que Asya leía eran como mil alfileres clavándose en su corazón... pero no sé detuvo y siguió leyendo hasta el final...

_ Espero que tú también extrañes las mañanas entre mis sábanas, ya pronto acabará el Ramadán y podremos consumar nuestro matrimonio...

Asya al leer aquello se levantó de inmediato...

_ No han tenido relaciones íntimas... ya van a tener un mes de casados y aún no consuman su matrimonio...

_Son buenas noticias mi señora...

Dijo bajar dándole esperanzas a su reina...

Siguió leyendo...

_ Aún no tengo noticias de mi hijo, es como si se lo hubiera tragado la tierra...

Asya se sintió mal al leer aquello...

_ Está bien mi señora?

_ Es mi hijo bajar? ¡Le sucedió algo a Osman! Por eso Mustafá salió de Anatolia a buscarlo...

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