Capítulo 5 HICE QUE ME LO DEVOLVIERA.

YAIMARA

Camino con sentimientos encontrados, de un lado la nostalgia por lo que dejé atrás y del otro la emoción de estar en Europa; voy por las calles, quiero conocer Roma por mi misma, el olor a café recién colado me lleva como autómata a una cafetería. Definitivamente, lo primero que voy a comprar mañana, es una cafetera eléctrica, una taza y un paquete de café.

Como buena cubana que soy pido un espresso, es raro alguien de mi país que no lo tome fuerte, doy un sorbo que disfruto mucho porque ya me hacía falta ese sabor amargo en la boca...

Los grandes monumentos a mi alrededor me hacen sentir muy pequeña, es abrumador todo lo que me rodea, después de mucho andar llego a la Fontana di Trevi, es emocionante estar aquí, me tomo una fotografía y se la envío a Andrés para que le muestre a Elvia y sepan que estoy bien.

Saco del bolsillo de mi pantalón las tres monedas que me dieron de cambio en la cafetería, le doy la espalda a la fuente, cierro los ojos, las lanzo juntas y pido un solo deseo, "quiero ser feliz". Al abrirlos me impresiona ver al Mangón* del aeropuerto caminando hacia mí. pienso mordiendo mi labio inferior; sin darme tiempo a reaccionar, toma mi rostro con ambas manos y me planta un beso en la boca que me deja sin aliento, pero a la vez, es tan demandante que lo sigo porque ¡Alabao!** ¿Dónde este hombre aprendió a besar de esa manera?.

Sus labios suaves se entrelazan a los míos y ese sabor a licor y menta me lleva a otro nivel, nuestras lenguas juegan, el mundo se desvanece alrededor, el aire se carga de electricidad, y ese beso robado ha trascendido el tiempo y el espacio; es como si nuestras bocas ya se conocieran y estuvieran esperando el instante preciso para encontrarse, por un momento baja la intensidad y ahora soy yo quien enredando mis dedos en los cabellos de su nuca, toma el control.

No sé cuánto tiempo pasó cuando recobro la cordura y me alejo, ambos nos miramos con asombro, pero ninguno de los dos dice nada, él no se disculpa y yo no tengo nada que disculparle, él me robó un beso y yo hice que me lo devolviera...

MARIANO

Junto con unir mis labios a los de esta morena, mi piel se eriza totalmente y me dejó llevar por las sensaciones que experimento, me sorprende que corresponda, pero me encanta porque encajan a la perfección y me permite disfrutar de un beso como nunca, voy bajando el ritmo esperando el golpe por mi atrevimiento, pero lo que ocurre es más excitante.

Como si no fuera suficiente con todo lo que me está despertando, sentir su mano jalando mis cabellos para ser ella quien tome el control y profundice el beso me lanzan a un pozo de no retorno, finalmente nos separamos y no sé que decir.

Mientras tanto en Sicilia...

—LUCIANOOOOO— grita María José Márquez llamando a su marido al momento que mira con picardía la pantalla de su celular.

Mario de Freitas no pudo controlar el chismoso que lleva por dentro y le hizo una videollamada a Majo, mostrándole a su hermano en un apasionado beso.

—¡Se están tragando!— exclama Luciano sorprendido y ambos se miran con la complicidad que trae consigo ser una pareja compenetrada desde hace varios años.

—Mario ¿quién es esa mujer?— pregunta la hermana de Mariano.

—No lo sé, pero que conste que prometió sentar cabeza si encontraba una mujer como ella, pidiendo un deseo en la Fontana di Trevi— dice justificando su intromisión y cortando la llamada, para luego desaparecer del lugar.

De inmediato, María José envía un texto diciendo que averigüe acerca de la muchacha, tal vez eso que vió no sea más que un beso con una chica de paso como las que acostumbra, pero si no es así, le gustaría que su hermano vuelva a tener ilusiones, ser nuevamente el hombre romántico y detallista que era, aunque no sea con la misma chica que besaba.

Cuando Mario de Freitas vio el mensaje, ya iba en el taxi rumbo al hotel y mañana retornará a Portugal, así que no tiene posibilidades de saber algo más.

MARIANO

—Come ti chiami? (¿Cómo te llamas?)— fue lo único que finalmente alcance a decir, sin poder despegar la vista de ella.

—Yaimara, e qual è il tuo nome? (Yaimara y ¿cuál es tu nombre?)— responde sosteniéndome la mirada, ¡por Dios que esta mujer me intimida!

—Mariano Márquez, è un piacere (es un placer)— digo extendiendo finalmente mi mano.

—Márquez non è un cognome italiano (Márquez no es un apellido italiano)— y ahí nos enteramos de que pudimos estar hablando en nuestra lengua materna hace un buen rato...

YAIMARA

No dejo de mirar a este hombre, después de ese beso y quedarnos no sé cuánto tiempo mudos, nos presentamos, sí hicimos las cosas al revés.

Llevamos un rato hablando y tengo todas las alarmas encendidas, no han habido más besos y lo grave es que me gustaría. Miro el reloj en mi muñeca para fingir que se me hace tarde, este venezolano me mueve cosas que me dan miedo, me despido e insiste en acompañarme, pero le meto la curva*** diciendo que estoy cerca y me voy sin darle chance a que sepa a dónde.

🌹Alguien sabe ¿qué significa lanzar tres monedas en la Fontana di Trevi?

Los leo en comentarios 😉👇

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*Mangón: Muy atractivo físicamente.

**Alabao: exclamación de asombro.

***Meter la curva: dar excusas.

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