Capitulo 5

... Días después, Betsabe ayuda a Siomara con sus maletas. Su amiga está muy emocionada con él viaje, está segura de que el lo planeó todo para que puedan pasar mucho tiempo a solas.

— Ya quiero hacer el amor con el. — Confiesa entusiasmada. Betsabe guarda silencio, su atención está en acomodar la ropa. — ¿Creés que haya rentado una casa para nosotros dos?

— Supongo.

— ¿No sabes?

— No.

— ¿Qué te pasa? ¿Por qué me respondes de esa forma tan seca?

— Lo siento. No estoy de humor.

— ¿Se puede saber la razón?

— No es nada. No le des importancia, disfruta el viaje.

— Está bien, pero al regresar me cuestas todo. — Betsabe asiente. Siomara recibe un mensaje y ladea los ojos.

— ¿Qué pasa?

— No es nada. Vámonos. El chófer ya debe estar abajo.

— Bueno. — Las dos salen del departamento y bajan al estacionamiento, el chófer de Gil ya está abajo, esté ayuda a Betsabe con las maletas y las lleva al aeropuerto. El jet privado las está esperando. Gil las observa desde arriba con la postura de un rey, y la mirada de un jefe dominante. Siomara se apresura a subir y abrazarlo.

— Amor.

— Hola.

— Me gusta tu jet.

— Es tuyo cuando quieras.

— Qué lindo. — Siomara sonríe. Betsabe por otro lado, se siente muy incómoda con las escena romántica.

— Yo debería irme con los otros.

— No te preocupes, hay espacio para ti. — Dice Gil.

— Aún así...

— Betsi no seas tontita, es la primera vez que podemos ir en jet privado, hay que aprovechar. — Le susurra Siomara. Betsabe asiente y entran. Unas horas pasan y ambas llegan a Yucatán. El chófer de Gil las lleva a un hotel, ésto molesta un poco a Siomara. — Amor. ¿No vamos a dormir juntos? — Pregunta, pero en realidad está reclamando.

— Tengo mucho trabajo. No quiero molestarte. No te enojes conmigo por favor. — Gil usa un tono armonioso para hablar con ella.

— Está bien.

— La sesión de fotos es a las nueve, después de eso podemos ir a dónde quieras.

— ¿Me lo prometes?

— Te lo prometo. — Ambos se despiden con un beso. Gil voltea a ver a ambas, y sonríe. Siomara también le sonríe y el se va.

— No puedo creer que me haga esperar. — Se queja ella con Betsabe. — ¿No sabe cuántos hombres desearían estar conmigo?

— Supongo que no.

— Qué odioso. — Siomara entra al hotel molesta, aunque al ver la habitación que le dieron su humor mejora. Rápidamente se da un baño y se acuesta a descansar.

... Al día siguiente, a las ocho de la mañana ambas están listas para irse a la sesión, las fotos salen impecables. Siomara está ansiosa por irse a pasar el día con su novio, sin embargo, los planes cambian, el anuncia que reservo un restaurante para que celebren. Todos se alegran, excepto ella que quería pasar el día a solas con él.

En el restaurante, cuándo todos están listos para comer, un hombre aparece, y cubre los ojos de Betsabé con sus manos, ella se quita las manos y voltea a verlo, luego de eso una sonrisa aparece en el rostro de ambos y se abrazan.

— ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Cuando llegaste? — Pregunta emocionada.

— Hace dos días, mi madre me dijo que estaban aquí. Quise visitarlas. — Todos observan curiosos. — Hola a todos. Discúlpenme por interrumpir su comida, fue inevitable, extrañaba demasiado a esta mujer. — El chico sonríe y abraza de nuevo a Betsabé. Ella siente cómo si su corazón se tranquilizara con esa presencia.

— Llegas, me vez, pero igual saludas primero a mi mejor amiga. — Reclama Siomara a su hermano.

— No entiendo nada. ¿Qué está pasando? — Murmura una de las empleadas a otra chica.

— Mi hermanita celosa. — Fernando de acerca a Siomara y le da un abrazo. — También te extrañe. Ayer te mandé un mensaje, pero no respondiste.

— Estaba ocupada. — Dice ella aún molesta.

— ¿Entonces si son novios o no? — Continúan murmurando las chicas.

— ¿Y quién de todos estos es tu novio? — Pregunta Fernando.

— Soy yo. — Responde Gil. — Ya que eres el hermano de mi novia, acompáñanos a comer. — Fernando acepta y se sienta al lado de Betsabe. Una mesera llega a tomar el pedido, Gil deja que sus empleados ordenen primero, ya solo falta el y Fernando, esté lo deja pedir primero, pero el se niega, argumentando que Fernando es invitado, y debe ir primero. De un momento a otro los dos se enfadan de la situación y ordenan al mismo tiempo, lo mismo.

— Sopa de lima y agua de Jamaica. — La mesera los observa con una sonrisa, toma nota y se va.

— Tenemos gustos similares al parecer. — Dice Fernando sonriente.

— Eso parece. — Gil conserva una expresión seria. Todos se sienten intimidados con su mirada, él parece notarlo y cambia la expresión en su rostro. Pronto la comida llega, todos disfrutan una agradable merienda. Mientras tanto, Gil pregunta a Fernando a qué se dedica. Esté responder qué es paramédico. Todas en el lugar murmuran tonterías entre si, excepto Siomara y Betsabé. — ¿Planeas quedarte mucho tiempo?

— Sólo mientras Betsabe está aquí. — Fer observa a está con una sonrisa, que ella corresponde.

— ¿Otra vez empezarás a molestarla? — Pregunta Siomara con una expresión de disgusto.

— Yo no la molesto. ¿Cierto Betsabe? ¿Me quieres tanto cómo yo a ti verdad? — Ella sonríe y asiente. Las miradas de todos están sobre ellos, eso no le agrada mucho a ella.

— ¿Ustedes son novios? — Pregunta una chica curiosa.

— Deberíamos. — Contesta Fer.

— Es raro que ella le guste. No es tan bonita. — Murmura una chica a otra, claro que nadie más escucha.

— Basta Fer, deja de jugar, sabes que no me gusta. — Dice Betsabé al notar que hablan a sus espaldas.

— Los juegos son en la feria querida, podemos ir si quieres.

— Ella tiene mucho trabajo. No creó que pueda. — Interrumpe Gil.

— ¿Eso es verdad?

— Supongo que si. — Contesta Betsabe, pues si el jefe lo dice es por algo. Fernando no le da mucha importancia a eso, el continúa conversando de manera agradable con ella, algo que pone celosa a más de una.

... De vuelta al hotel, ella recibe un mensaje de Gil, esté dice que la espera en su casa a las 3 de la tarde, tienen trabajo que hacer. Ella responde que llegará puntual y deja su celular sobre la mesa.

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