20. Las colinas

Llegamos a la entrada de la mansion y baje de la limusina, Lana me esperaba en la entrada de la mansión, se acerco a mi sonriente.

- Buenos días señora Krimett, la estabamos esperando para servir el almuerzo.

- Gracias Lana que pongan dos platos mas.- Lana me miro confundida hasta que vio a Dylan y el señor kane acercarse a nosotras.

- Bienvenidos al paraiso señores.

- Gracias.

- Mandare a servir la comida mi señora, pueden ir hacia el comedor.- Ella me se retiro y nosotros fuimos al comedor y nos sentamos.

- Wao esto si parece el paraíso como cuentan en la biblia.- mire a dylan con una sonrisa.

- Alguna vez haz leido la biblia Dylan?.- el solto una carcajada.- Bueno un poco, a la señora Azura le gustaba contarme historias de la biblia y a mi me gustaba escucharla.- Le sonrei y comenzaron a servir la comida, comimos en silencio y cuando terminamos retiraron los platos, nos levantamos y salimos del comedor hacia mi habitación.

- Bueno no quiero llevarme muchas cosas, solo la ropa que traje aqui y mis papeles importantes.

- Como ordene mi señora.- Comenzamos a guardar mis cosas en maletas y cuando terminamos y bajamos a la entrada Lana estaba ahi, me miro confundida y se acerco a mi.

- Señora Krimett a donde va?

- A casa Lana.

- Pero... Esta es su casa mi señora.

- Esta es la casa del señor Krimett Lana, nunca he sido Ama y señora de esta casa.- Ella me miro y sus ojos se aguaron, la tome de sus manos.- no te preocupes lana, gracias por cuidarme estos meses.- Ella me miro lloroso y de repente sus rodillas cayeron al suelo, agarro mis manos con fuerza.

- Lleveme con usted por favor, se lo pido señora Krimett dejeme ir con usted.- la mire sorprendida por su arrebato.- Levantate lana que haces

- Por favor mi señora se lo suplico lleveme con usted.- su insistencia me asusto, me agache y la ayude a levantarse.

- Tranquila puedes venir conmigo Lana, levantate anda ve y toma tus cosas.- Ella me miro emocionada y salio corriendo a buscar sus cosas, dylan se acerco a mi lado.

- Estas segura de llevarla?

- Lana me ha servido por mas de 6 meses, confio en ella.

- Esta bien confio en tu juicio.

Nos quedamos ahi esperando, hasta que llego lana, salimos de la mansión y todos estaban afuera, el chofer que me trajo se acerco a mi.

- Señora Krimett necesita que la lleve a algún lado?

- No, muchas gracias.

Camine hacia al auto y ya Lana estaba subida, el señor kane encendio el auto y partimos, di una última mirada hacia la mansión, llego la hora de decir adios.

- Volvemos a la flor mi señora?

- no, vamos a la mansion de las colinas

- Como ordene mi señora.

- Dylan que la mitad del personal sea llevado a la mansión de las colinas, nos hospedaremos ahi por un tiempo.

- Ok llamare ahora mismo.

El resto del camino fuimos en silencio, Lana veia por la ventana con una sonrisa de felicidad.- Te esta gustando el viaje Lana?.- Ella volteo a verme sonriente.

- Si señora Krimett, gracias por traerme, nunca habia salido del paraiso.- La mire confundida.

- Como que nunca habías salido del paraiso?

- Si, naci y creci en el paraiso, mi madre era la cocinera principal, murio hace algunos años, el amo Adán me permitio quedarme y trabajar para el, despues de todo no tenia nada ni nadie que me esperara fuera de esas rejas.- la mire en silencio, sorprendida por su declaración, ella seguia viendo por la ventana con una sonrisa feliz, Lana habia sido mi compañia por 6 meses, podria decirse que era la unica amiga que habia tenido en el paraiso.

Ese dia cuando fui a dormir solo podia pensar en lo que se vendria en estos dias, sabia que tanto mi familia como Adán no se quedarian quietos con los cambios que vendrian pero estaba dispuesta a soportarlo todo por el futuro que queria, nunca nadie volveria a subestimarme, no de nuevo.

El mar se mecia furioso en la noche, su olor penetraba mis fosas nasales, la luna alumbraba el agua del mar que brillaba bajo su luz, de repente comenzo a hacer mucho frio, mis dientes castañeaban, me abrace a mi misma dandome cuenta que estaba desnuda, mire hacia mis senos cuando un pecho calido se pego a mi espalda, unas manos apretaron mis senos haciéndome jadear, su nombre salio de mis labios

- Adán.- repartia besos calidos por mi cuello, de repente el frio fue reemplazado por un calor intenso, cada parte en donde su piel se juntaba con la mia se calentaba como si quemara.

- Eva.- un susurro en mi oido que me hizo temblar.- quédate conmigo eva.- de mis labios no salian palabras, sus manos se pasearon por todo mi cuerpo, acariciando mi abdomen y bajando por mis piernas, se arrodilló detras de mi dejando un camino de pequeños mordiscos en mi espalda, de repente sus dientes se incrustaron con fuerza en mis caderas haciendome gritar, lo jale del cabello echando su cabeza hacia atras, unos ojos oscuros como la noche me miraron, este no era Adán, me quede paralizada observandolo y sonrio, con sus labios goteando con mi sangre.

- Jamas te dejare ir Eva.- Su voz se escucho como un susurro terrorifico en mi oido, de repente senti que me jalaron fuerte por las piernas, caia al vacio, mi cuerpo ardia en llamas que no podia ver, no podia respirar, no habia nada, solo... Dolor.

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