Lucia

El semblante de Ágata palideció ante esas palabras. "¿En qué sala está?" después de escuchar la respuesta salió rápidamente.

—¿Qué pasa?— pregunto Orión al ver salir a Ágata con tanta prisa. Al ver la duda en la cara de Simón dijo enojado.—Habla de una vez ¿A dónde fue Ágata?.

—Lucia está ebria en una de las salas privadas y Ágata fue a buscarla para llevarla a casa.

Orión y Simón salieron de su sala privada a la sala donde estaba Lucia.

— Pero ella es menor de edad ¿cómo pudo entrar aquí?

— Suegro, ella hace lo que quiere y quién sabe a quien soborno para entrar.

Orión vio a Ágata con su personal de seguridad tratando de abrir la puerta. Orión tomo la mano de Ágata y la puso detras de él al entrar a la sala privada pudo ver muchos jóvenes y a Lucia sentada en las piernas de un jovencito. Al ver esto su padre se enfureció y golpeó al chico que acariciaba sus piernas, mientras que sus guardaespaldas llenaron el lugar. Lucia cayó al piso, pero estaba desorientada.

El padre de Ágata indignado se acercó a ella. "Lucia ¿estás bien?" pregunto preocupado.

Lucia lo miraba y se reía al parecer no podía reconocerlo. El padre de Ágata la levanto. "la llevaré al hospital me preocupa su estado... está muy drogada".

Al salir al corredor, Jean se acercó al ver el estado de Lucia y la recibió y se la llevó en sus brazos.

Ágata tomo la mano de su padre. "Papi, no la llevemos al hospital. Llevemosla a casa y que el doctor William venga y la revise"

Al escuchar esto Orión se puso furioso. "Ágata este no es el momento para aparentar, esto es algo grave".

Ella entendía que le decía eso por Bastian, ya que él siempre guardaba las apariencias y su reputación, por eso y muchas cosas más su padre no lo queria. "Papi lo digo por Lucia. Ella es joven, si esto se sabe su reputación puede ser destruida y ella es muy joven para pasar por todo esto. Que el doctor William la revise en casa y trataremos este tema de la manera más discreta posible".

Su padre acarició su largo cabello."Está bien, hija, perdóname por hablarte así, estoy alterado." Luego miro a Simón. "revisa las cámaras de seguridad y confirma que no le hayan hecho nada y ya sabes dónde llevar estos jovencitos... es cierto tratemos esto de la manera más discreta".

Orión Morris había criado a dos hijas para que vivieran de forma decente y solo imaginar que Lucia con solo 16 años le pasará algo le estremeció el corazón.

—Si señor.—Dijo Simón dándole instrucciones a sus hombres.

.........

'En la mansión Morris'

Afortunadamente Lucia estaba bien, no le habían hecho nada, pero se había excedido con el alcohol y las drogas. Ella despertó un poco confundida.

—¿Lucia estás bien?— dijo Orión al acercarse a ella viendo qué había despertado.

Lucia enfoco su mirada y pudo ver a Orión Morris. Él era un hombre serio, pero en ese momento su mirada no era severa sino cálida. "No te preocupes, todo estará bien" dijo él tomando su mano.

Ante su mirada y su fuerte agarré. Lucia sintió calidez en su corazón. Ya que era la primera vez que alguien la miraba como una persona en vez de como la Joven heredera de los Dubois, "Me siento un poco mal ¿qué paso?”. preguntó ella entre lágrimas.

—Te hicieron un lavado de estómago, después te revisaron y afortunadamente no hubo abuso...

Lucia abrió los ojos. "Presidente Morris, le dijo..."

Él dándose cuenta de lo que le preocupaba dijo. "Ya me encargue de esos jóvenes con los que estabas, nunca más los volverás a ver y nadie sabrá lo que paso"

—¿Y mi padre y Bastian?— dijo ella abrumada al acordarse de ellos.

—No saben nada. Ágata se comunicó con tu padre y le dijo que te quedarías a dormir aquí.

Al escuchar el nombre de Ágata sus ojos se abrieron mostrando su sorpresa, ya que nunca se habían llevado bien. "Muchas gracias por no decirles."

—No lo sabrán, pero con una condición — dijo Orión mirándola seriamente.

Lucia lo miro con ojos suplicantes y en voz baja respondió. "Lo que quiera lo haré, pero por favor, no les diga nada".

—Iremos a rehabilitación.— por los análisis se enteró de que ella tenía una adicción a las drogas.

Al escuchar 'Iremos' pregunto."¿Usted iría conmigo?"

—Si.

Lucia había perdido a su madre al nacer, su padre y Bastian eran personas que le daban todos los cuidados, pero aun así ella siempre se sintió sola y vacía. Creció sin ningún afecto a su alrededor y que alguien la ayudará sin pedir nada a cambio era algo que normalmente no pasaba.. "¿por qué haría eso? no soy su hija y sabe que Ágata no me agrada".

— La relación entre ustedes no es de mi incumbencia. Solo quiero ayudarte porque necesitas ayuda.

Lucia no pudo evitar llorar, su mirada era tan cálida.

— Te protegeré como si fueras mi hija y siempre contarás conmigo. Lucia, te lo prometo.— Lucia lloraba a mares ante esas palabras.

Ágata se detuvo en la puerta y al escuchar a su padre sintió admiración. Era el mejor hombre que había conocido y se sentía muy afortunada de ser su hija.

Después de dejar sola a Lucia en la habitación, ella durmió todo el día y en la noche todos fueron a visitarla. La razón por la que despreciaba a Ágata es que ella tenía algo que ella no y eso era un amor puro y desinteresado, su familia era cálida y tenían ese amor en sus ojos que solo le hacían oprimir el corazón. Nadie la juzgo solo sentía su apoyo.

Cuando estuvo sola en la habitación unos golpes retumbaron en la puerta. Ella se extraño porque ya era muy tarde.

—Adelante— dijo ella.

La pequeña Amelia entro, con su manta y su oso. Cerró la puerta tras ella y se subió al otro lado de la cama.

—¿Qué haces?— le dijo Lucia con mala cara.

—Beno a mormir contigo— dijo ella con su suave y tierna voz..

—Mejor ve a dormir a tu habitación, no creo que estés cómoda aquí.— le respondió Lucia.

—No quelo que te chentas cholita. Siemple que te veo me entristece verte tan triste. Achi que pol eso vengo a acompañalte.

Lucia miro sus mejillas sonrojadas, su pequeña boca que la hacía ver tan tierna. Sus ojos azules igual a los de Orión y su cabello rubio.

Amelia era la hija de Simón y Atenea. Muchas veces se quedaban en casa y ahora que toda la familia estaba unida para apoyar a Lucia ella espero que todos durmieran para escabullirse dónde Lucia.

Así que se acostó a su lado, se arropó y sujeto su mano.

Lucia que no estaba acostumbrada a dormir acompañada se sintió cálida y aunque no supo como se durmió plácidamente.

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