El nuevo jefe del grupo Morris

—Jean— dijo ella sonriendo — Me asustaste.— se volteó y le dio un fuerte abrazo. Jean era como su hermano, pero después de su relación con Bastian se habían distanciado y él se había ido del país.

Al ver sus ojos no pudo evitar preguntar. "¿Estás bien? te ves cansada".

—Si, estoy bien, solo que no dormí bien y hoy he tenido un día bastante estresante. Pero ya sabes cómo soy... Duermo una hora y me despierto como nueva.

—O cuando te tomas una buena copa de vino.— dijo él sonriéndole y ofreciéndole una copa de vino.

—Mejor no... No tengo ánimos de beber— dijo ella viendo que las intenciones de este eran de sonsacarla.

Jean puso los ojos en blanco."No seas así, ¿cuando te ha detenido los ánimos para beber con tu primo favorito".

Ella lo miro incrédula. "Eres el único primo que tengo".

—Lo se. Así que mejor valórame — dijo dándole la copa. Ella la tomo, choco su copa con la de él y se bebió la copa de vino de un solo trago.

—Buenas tardes.

Al escuchar esa voz Ágata volteo a ver a su padre. Orión Morris tenía 55 años de edad, pero con su porte y su traje elegante se veía muy apuesto a su edad, su cabello rubio que ya estaba canoso, perfectamente peinado, y sus ojos azules como los de Atenea y Ágata.

—¡Papi!— dijo Ágata dándole un abrazo.

— Papá — dijo Atenea caminando hacia él para abrazarlo.

—¿Y eso que los dos vinieron a vernos?— pregunto Ágata dándose cuenta de que habían llegado juntos.

—Ya que no contestas el teléfono, tuvimos que venir hasta aquí.— respondió Jean, mirándola con disgusto.

Ágata sonrió. "Estaba ocupada. Apenas me desocupé, pero pensaba regresarte la llamada ¿y papi tu quieres algo de tomar?" pregunto ella mirando a su padre.

— Un vino le caería de maravilla— dijo Atenea buscando una botella de vino.

Ágata miró su reloj y apenas eran las 6 de la tarde y sonrió mientras se dirigían a la oficina de Atenea que estaba en el taller.

Mientras que todos se sentaban Atenea le sirvió una copa a cada uno, escuchando a su padre que decía que tenía que hablar con ellas. "Bueno papá, te escuchamos" dijo ella sentándose al lado de Jean.

— Bueno quería hablar con ustedes. Y ya que casi nunca nos vemos.— dijo mirando a Ágata.

— Papi, sabes que tengo mucho trabajo y últimamente he estado muy ocupada.

—Mmmm si, muy ocupada.— dijo Atenea sonriéndole, sabiendo que cada vez que tenía tiempo libre se lo dedicaba a Bastian.

Ágata le lanzó una mirada asesina y volvió a mirar a su padre.

—Bueno como saben he querido retirarme de la empresa. Pensaba hacerlo desde hace tiempo y ya llegó el momento.— dijo él mirando a sus hijas que lo miraban atentamente. —Como ninguna de ustedes dos quieren la presidencia del grupo Morris, quiero saber que opinan ustedes cómo socias mayoritarias, que el grupo Morris lo dirija Jean.

Fue difícil al principio para su padre aceptar que sus hijas no querían manejar el grupo Morris, pero viendo su empeño y pasión con que fundaron su empresa las dejo seguir su camino. Él había criado a Jean como su propio hijo, ya que había quedado huérfano desde muy pequeño. Así que todo lo que tenía lo había repartido entre los tres y que Jean manejara todo era un gran orgullo para él, después de todo era como su hijo.

Ágata y Atenea se miraron. "No tengo ningún inconveniente."

—Yo tampoco.

—Bueno, como las dos están de acuerdo. Jean será el jefe y presidente del grupo Morris.

— ¡Felicidades!— dijo Atenea abrazándolo. Y después de servir más vino dijo. — Esto tenemos que celebrarlo.

Ágata se sentía muy agotada, pero tenían razón eso lo tenían que celebrar."Estoy de acuerdo, vamos a casa, busquemos a mamá y vámonos a celebrar"

Todos se pusieron de pie para irse, Ágata les dijo que se adelantarán, ya que tenía que ir a su oficina. Tomó su teléfono para llamar a Bastian, pero él no contesto. Así que bajo al estacionamiento, su padre no había entrado a su auto sino que la estaba esperando. Y Leroy y su nuevo chófer estaban cerca de él.

—¿Pasa algo Papi?.

—No, solo te esperaba para irnos juntos— dijo él abriendo la puerta trasera de su auto. —Tómense la noche libre yo cuidaré a mi hija.— dijo mirando a los dos hombres.

Ágata miró a Leroy y dijo. "Esta bien, Iré con mi padre." dijo ella subiendo al auto y dándose cuenta de la mirada complicada del hombre. Sabía que Bastian se volvería loco cuando se enterará. Leroy asintió y obedeció.

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