CAPÍTULO 8

( Benicio )

- No creo que ese vestido sea adecuado para un bautizo amor - le digo a Jessica cuando sale del baño con un diminuto vestido de cuero negro el cual le levanta los senos hasta la garganta y para completar unos zapatos como de quince centímetros de alto, no digo que se vea mal, ella tiene un cuerpo de infarto y todo lo que ponga le queda bien, pero no es la vestimenta adecuada para entrar a una iglesia

- Porque no? Si me veo sexy y hermosa - dice mientras se observa con orgullo en el gran espejo

- No es por eso amor, Pero entiende que no es un vestido para que ir a una iglesia... - digo tratando de hacerla entender

- Que tiene? No me voy a vestir de monja para asistir al bautismo de esa niña llorona - dice mi prometida molesta

Hoy es el bautismo de mi sobrinita Estoy muy emocionado, ya que seré su padrino, aunque más emocionado aún al saber que volveré a ver a Gina y mejor, que ella será la madrina por lo que a partir de ahora tendremos algo que nos une para siempre, nuestra pequeña Cielo.

Estoy ansioso por volver ver a Gina, lamentablemente después de esa discusión que tuvo con Jessica no he podido volver a hablar con ella, ya que cuando me ve me esquiva como si tuviera la peor de las pestes, se que me porte mal, pero quiero disculparme y ella me lo impide, ya pasó tiempo de eso, ya debería de olvidarlo

Vuelvo mi mirada a Jessica quien se está pintando los labios en un color rojo bien fuerte, Dios mío hoy si que se nos muere de espanto el cura cuando la vea

Ella sonríe y sale de la habitación con una sonrisa, suspiro y la sigo con mis manos en los bolsillos, al terminar de bajar las escaleras nos encontramos con mamá y Benjamín quienes están en la sala conversando, ambos hacen silencio cuando nos ven, noto a mi hermano rojo como si estuviera conteniendo la risa y a mi madre quien le da un codazo a Benja para que se comporte

- Cuñada no sé si el amargado de mi hermano te aviso, pero vamos a un bautismo no a una fiesta de disfraces... Por cierto de que va tu disfraz? - pregunta Benja mientras la observa detenidamente

- Eres un imbécil - le dice mi prometida arrojando una almohada en la cara de mi hermano

- Benicio dile algo, por favor hermano que se quite el disfraz - dice riendo mi hermano

- Cállate niño diabólico deja de criticarme, al menos yo tengo más elegancia que las zorras esas con las que te acuestas - Jessica ya comienza a discutir con mi hermano y es suficiente para que mamá se levanté del sillón con esa elegancia que la caracteriza y comience a hablar

- Bueno ya estuvo bien!! - interrumpió mi madre enojada - Mira niña no quiero ofenderte pero no vas a ir vestida como prostituta barata al bautismo de mi primera nieta o te cambias y pones algo decente o no vas - dice mi madre con seguridad

- Está bien Bárbara me pondré otra cosa solo porque tú me lo pides - Jessica se da la vuelta y vuelve a subir las escaleras con lágrimas en sus ojos

Después de un rato bajo con un pantalón de cuero negro, un top lila pastel, una campera de vestir de cuero, unas botas de tacón negras y el labial rojo fue reemplazado por un rosa suave

- Ves que no era difícil ahora estás mucho más bonita - dijo mi madre tratando de llevarse bien con Jessica, se que por más que mi prometida sé esfuerce mi madre no la quiere

- Gracias suegra - respondió Jess con una sonrisa

Cuando nos quedamos solos en el sillón Jessica me habló preocupada

- Ya no sé que hacer para que tu familia me acepte, tus hermanos me odian y tu madre parece que sólo tuviera una nuera, para ella solo existe Agostina como si yo no fuera su nuera también

Iba a responderle, pero en ese momento Gina apareció frente a nosotros, estaba hermosísima, realmente era un ángel, no pude no elogiarla

- Estás hermosa!! - dije sin poder dejar de mirarla, esa palabra fue suficiente para que Jessica enloqueciera y comenzará a golpearme con el almohadón, observé a Gina quien parecida estar disfrutando de la situación

- Con permiso - dijo riendo

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Después del bautizo vinimos a la mansión en dónde se haría la celebración, Jessica se puso a hablar con unas conocidas de mi madre por lo que aproveche para buscar a Gina, la Vi subir las escaleras y entrar en una de las habitaciones de huéspedes, mis pies parecían tener vida propia, sin darme cuenta estaba subiendo las escaleras para ir detrás de ella, cuando llegue a la puerta sin pensarlo entre a la habitación que Gina estaba

- Que haces aquí? - Pregunto saliendo del baño

- Tenemos que hablar quiero disculparme por haberte mentido y darte una explicación de por qué lo hice

- No hace falta Benicio, solo déjame en paz

- No puedo, no se que me pasa contigo - dije e hice lo tanto deseaba hacer desde la primera vez que la Vi, la bese

Gina por momento correspondió al beso, sus labios eran tan dulce, no quería soltarla, pero un terrible golpe en mis pelotas me hizo soltarla, caí de rodillas al suelo, el dolor era insoportable

Gina se acercó a mi y sin ningún remordimiento dejó caer su mano abierta sobre mi mejilla izquierda, mierda si que pegaba fuerte

- No me vuelvas a besar en tu vida imbécil

- Bien que te gustó - dije aún en el suelo apretando con fuerza mi entrepierna adolorida

- No lo voy a negar me gustó, pero eso no quiere decir que voy a caer redondita a tus pies, mejor regresa con tu novia, mujer, prometida o lo que sea

- Gina escúchame tu me gustas - dije tomando su mano la cual apartó de inmediato

- No me interesa si te gustó o no, lo que me interesa es que eres un hombre comprometido y yo no soy el segundo plato de nadie entiendes? Primero deberías de dejar a la rubia plástica y luego hablar conmigo de lo contrario no me molestes, yo no soy la segunda opción de nadie, te queda claro Benicio? - grito enojada

Ella se fue y yo le di un golpe al piso, esa chica era demasiado rebelde y me encantaba.

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