Capítulo 13: Piernas abiertas.

Después de cenar, recorrimos un poco el hotel, es bonito y lujoso, no se para que deje que Liam lo escogiera, en serio.

Hoy él quiso meter a la cama a Grace y yo lo he dejado, así la pequeña se acostumbra un poco, aunque no vaya a estar con él todas las noches.

—Trabajo hecho— dice cerrando con cuidado la puerta.

Las habitaciones son tipo apartamento y me gustan, se sienten acogedoras.

—Pedí dos botellas de vino— anuncio con un poco de timidez.

Las pedí precisamente para liberarme de la tensión que siento ahora mismo, estoy inquieta, nerviosa y quiero tomar para no saltarle encima.

Sonríe y asiente, se va directo al sofá y yo lo sigo—¿Cómo te preparas para mañana?— pregunta.

—Bien, los productos fueron elaborados por estas— le digo mostrando mis pequeñas manos—Me siento muy preparada y me sé de memoria los beneficios y toda la preparación, su visión, misión y meta, todo, absolutamente todo —respondo.

—Siempre haz tenido voz de liderazgo y cuando hablas de algo que sabes lo haces con mucha seguridad y pasión— dice—Sé que te irá bien— asegura y en su voz escucho mucha emoción.

—Espere mucho tiempo por esto, debe ir bien— aseguro.

La vida jamás te prepara para todo lo que viene, porque aunque creas que si estás preparada, siempre habrá algo que te saque de órbita, no todo es justo y no todo es injusto, a veces las cosas pasan, porque en un principio tienen que ser así, pero cuando pasa el tiempo, vez con claridad como todo vuelve a su camino correspondiente.

—Quería hacerte una pregunta, pero de verdad que no sé si sea adecuado— me dice y frunzo el ceño.

—Dime— le insto.

—¿Tus padres?— pregunta.

Lo observo por unos largos segundos, sabía que esa pregunta la podía hacer, desde que nos reencontramos no he mencionado a mis progenitores en ningún momento, tampoco los ha visto y eso llama la atención de cualquiera.

—Mis padres me dieron la espalda cuando supieron de mi embarazo— confieso—Desde esa noche que di la noticia de Grace y de nuestra separación la reacción que ellos tuvieron nunca me la espere— susurro mirando a la nada—Jamás olvidaré esa noche— digo.

—Eso es mi culpa— dice luego de unos minutos—Si yo no hubiese sido un cabrón, si hubiese tenido los pantalones bien puestos y habría tomado las cosas más en serio nada de esto estaría pasando— niega afligido.

—No es tu culpa que mis padres me hayan dado la espalda— me río—Ellos tenían que haberme apoyado, ya era independiente, estudiada, con casa y negocio propio— niego—No sé que más querían— bufo.

—Pero tú te alejaste de mí, seguro ellos querían que te casaras y Grace naciera en un matrimonio—comenta y asiento dándole la razón.

—Sin embargo, no les da el derecho a decidir por mí— chillo—No podían obligarme a casarme y menos cuando tú y yo éramos un puto desastre— digo riendo.

—Yo si me hubiese casado contigo— dice y lo observo sin creer en sus palabras.

Liam siempre decía que no quería casarse, que deseaba ser un hombre libre, escucharlo ahora decir lo contrario me hace reír, para volver a confiar en él necesito hechos, no palabras bonitas.

—Antes odiabas el matrimonio— le recuerdo—Ahora dices que te habrías casado conmigo— me carcajeo—No me jodas— niego.

—Estoy siendo honesto— asegura.

Niego sin decir nada más, no quiero entrar a fondo en ese tema, tampoco le voy a revelar que quiero hechos y no palabras.

~

Vamos por nuestra quinta botella de vino, ninguno de los dos estamos lúcidos al cien por ciento, pero sé que mañana voy a recordar todo a la perfección y tal vez me arrepienta por dejar que Liam haga lo que está a punto de hacer.

Besarme.

Desde que se acercó un poco más a mí he querido que me bese, mi boca se hizo agua de solo pensar en tenerlo pegado a mis labios y a mi cuerpo, no voy a negar algo que es obvio.

Posa su mano en mi mejilla dándole leves caricias y cierro los ojos disfrutándolas, el toque hace que mis vellos se ericen, sentir nuevamente sus dedos en mi rostro me calienta el corazón de ternura.

—¿Puedo besarte?— pregunta mientras su aliento choca con mi rostro.

—Si— susurro con la vista fija en sus hermosos ojos.

—¿Estás segura?— pregunta haciéndome sufrir.

—Solo bésame joder— susurro atrayéndolo a mí.

Cuando nuestras bocas se unen surge dentro de mí una explosión de sentimientos, no podría explicarlos ni en millón de años. Nuestros labios hacen una danza eróticamente exquisita, no es nada desconocido, al contrario, es una danza ya conocida y que ahora mismo no quiero soltar.

Me recuesta un poco en el sofá colocándose encima de mí, acaricia mis brazos mientras nuestro beso intensifica su tono, pero se detiene y me observa nuevamente.

—Grecia, necesitamos parar— susurra.

—¿Por qué?— pregunto.

—Porque ahora mismo quiero arrancarte la ropa y hacerte mía— responde besando mi cuello—Pero no quiero que pienses que volví solo para hacerte el amor— susurra.

—Yo no he pensado en eso— le digo.

—Estamos tomados y tampoco quiero que pienses que es por el alcohol— acaricia mis labios con sus dedos—Grecia, quiero hacerte mía, no te imaginas lo mucho que te deseo— susurra.

—Hazme el amor— jadeo llena de mucho deseo.

Recorre mi cuerpo con la yema de sus dedos, llevo un enterizo color negro, baja los tiros de este y deja mis senos libres, no llevo brasier, con esto no hace falta. Masajea mis senos con delicadeza, lleva un pezón a su boca y lo lame haciéndome gemir.

Dios, la sensación es, es demasiado placentera.

Luego hace lo mismo con el otro haciéndome humedecer en grandes cantidades, no dude en pensar que Liam aún tiene poder sobre mí.

Quita completamente el enterizo y comienza un camino de caricias divinas, haciéndome gemir de pura satisfacción.

—Dios Grecia—susurra cerca de mis labios al sentir mi parte íntima muy húmeda—extrañaba esto— dice besando mi cuello.

—¿Cuánto más vas a torturarme?— pregunto un poco desesperada.

—Quiero saborear completamente tu cuerpo Gre, estuve tres años sin ti y quiero disfrutarlo— dice apoderándose de mi boca nuevamente.

Comienzo a quitarle su camisa para tocarlo, tiene el cuerpo fitness que todas piensan, tiene un trasero bien pronunciado que me vuelve loca, su cuerpo es una perfección total. Tocar su piel nuevamente me excita demasiado, rápidamente lo despojo de la ropa que le quedaba, hacer contacto piel con piel, volverlo a ver a los ojos para mí es un sueño hecho realidad.

Me carga entre sus brazos y sin ropa me lleva a la habitación cerrando con seguro, es aquí donde todo mi cuerpo comienza a sentir mucha adrenalina. Nuestros besos suben mucho más de tono, sus manos no dejan de tocarme y yo no dejo de tocarlo.

Me lleva hasta la cama y colocándose encima de mi comienza un tanteo lleno de tortura, masajea mi zona íntima haciéndome arquear la espalda sintiendo un placer exquisito, no quiero que termine.

—No, no me— gimo— tortures tanto— digo entre jadeos.

—Te dije que quería disfrutarlo— susurra.

Yo también estoy disfrutando esto, pero él sabe que odio esperar demasiado, mi parte palpita sin parar deseosa y quiero tenerlo ya dentro de mi.

—Estás tan lista para mi— dice masajeando mi zona húmeda y luego introduce uno de sus dedos dentro, pero así como entra, lo saca.

Ahora siento la punta de su miembro en mi entrada y me emociono más, hasta que con lentitud comienza a entrar dentro de mi, jadeo fuerte, ¡por Dios! termina de introducirlo dentro de mi y me lleno más de deseo.

—Estás muy cerrada— dice.

—Tres años que no íntimo con nadie— confieso.

Me observa incrédulo y sorprendido sin decir nada más.

Y sin hablar comienza a moverse dentro de mi abriendo un poco más mis paredes vaginales, en la habitación solo se escuchan nuestros gemidos de placer y el choque de nuestros cuerpos sudorosos.

Cambiamos de posición una cuantas veces, porque me encanta que me ponga como se le antoje, yo lo disfruto tanto, incluso más que él. Lo mete y lo saca, me masajea, chupa y lame mis senos sin parar, me toma fuerte de las caderas hundiéndose más dentro de mi y cuando comienzo a sentir la contracción en mis paredes vaginales y en mi vientre bajo aprieto las piernas y él aumenta sus movimientos.

—Vente para mi— susurra jadeante en mi oído.

—Liam—gimo su nombre explotando en un delicioso orgasmo.

Me abraza fuerte y nos quedamos así, lo extrañe y muchísimo.

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