Capítulo 4: La foto.

Llegamos a mi departamento con comida, por petición de Jules, ¡come demasiado!, yo también soy como ella, pero con lo que está pasando se me ha ido el apetito, tengo cero ganas de comerme algo.

—Juan Carlos llega en media hora— me informa luego de dejar el teléfono a un lado.

—¿Lo llamaste?— pregunto.

—No, ya salió en las noticias, Grecia, no te va a gustar nadita la foto que pusieron— me dijo y en seguida obtiene por completo mi atención.

—¿Qué foto?— pregunto.

No responde y solo se centra en buscar en su teléfono, realmente nunca he hecho mi vida pública, así que estoy un poco confundida.

Mi amiga me pasa su teléfono y jadeo al ver la foto, ¡oh no!.

—¡¿De dónde diablos sacaron esa foto?!— pregunto alterada—Si esa foto la llega a ver Liam, soy una mujer muerta Jules— chillo asustada.

—Esperemos que no la vea Gre, pero de igual forma debes estar preparada— asegura—por eso Juan Carlos viene— dice.

Paso mis manos por mi rostro desesperada, es una foto donde salimos Grace, Juan Carlos y yo como si fuésemos una familia feliz, fue en un paseo, la conservamos solo para nosotros, pero ahora no sé como la prensa tiene esa foto y dudo que Juan se las haya entregado.

Cuando di a luz a Grace, Juan le dio su apellido solo en apoyo y por ley me entrega una manutención justa para sus gastos, que realmente no debe hacerlo, porque no es su hija, pero él se empeñó que ella tenía que llevar un apellido y que no le molestaba hacerse cargo.

Desde entonces, ha sido nuestro apoyo, pero intenta no involucrarse demasiado para no confundir a Grace, estaré eternamente agradecida con él por el gesto que ha tenido.

—Debe ser Juan— dice Jules colocándose de pie al escuchar el timbre.

Escucho la puerta ser abierta, pero no escucho las voces de ninguno de los dos, extrañada decido darme la vuelta y el vaso que tengo ahora mismo en la mano se resbala sin permiso llegando al piso haciéndose añicos.

—Liam— susurro.

Estoy completamente jodida.

—Quiero una muy buena explicación de esto— dice mostrándome la misma foto que mi amiga me enseñó.

—Jules, por favor, lleva a Grace al parque— le pido y mi amiga asiente.

—Vamos a la cocina— le digo.

—No, quiero ver a esa niña Grecia— dice tajante y determinante y trago grueso, ¡joder!.

Miro a Jules y asiento dándole la autorización de traer a mi hija, ¡estoy tan nerviosa! Siento que me ahogaré en cualquier momento, no estaba preparada y creo que nunca iba a estarlo, tengo un nudo en la garganta y siento que lloraré más rápido de lo que canta un gallo.

A pesar de mis nervios puedo darme cuenta de que no está gritando como loco, no está vociferando malas palabras ni está agitado como pensé que estaría al enterarse de que tiene una hija.

Jules trae a mi hija entre sus brazos y sus ojitos escanean de pies a cabeza a Liam, este es el momento donde Padre e hija hacen contacto visual. Limpio rápidamente una lágrima que se me escapa, ahora que los veo juntos me doy cuenta de que Grace no tiene nada de mí, ella heredó todo de su padre.

—¿Cómo te llamas?— le pregunta, su voz está ronca, supongo que por las emociones.

—Grace Sofía Jones Burke— susurra.

En seguida la mirada de Liam que antes estaba encima de nuestra hija se posa en mi y en sus ojos veo preguntas y más preguntas, ¡oh Dios! Dudo que pueda dar una explicación clara sin llorar.

—¡Qué bonito nombre!— se le acerca un poco más—Yo me llamo Liam, pero puedes decirme Li— le dice y lloro sin poder aguantar más cuando mi hija le sonríe y asiente emocionada.

Jules me mira con los ojos llenos de lágrimas y niego sin poder creer que esto está pasando, les doy la espalda por unos segundos para secar mis lágrimas y poder hablar con mi hija.

—Cariño, irás con tía Jules al parque, yo necesito hablar con el señor Liam— le digo.

—Si mami— asiente.

Mi amiga se va y los nervios, el miedo y la agustina regresan a mí de una forma muy abrumadora, ahora mismo solo deseo que la tierra me trague.

—Es mi hija, verdad— asegura.

Asiento en silencio y sintiendo como bajan en cascadas las lágrimas— Tiene 3 años Liam— confieso—Cuando termine contigo estaba embarazada— sollozo.

—¡¿Por qué no me dijiste?!— pregunta enojado—Me quitaste 3 años de la vida de mi hija Grecia— reclama—me quitaste el privilegio de poder verla nacer, de verte a ti embarazada— reprocha.

—¿Cómo iba a decírtelo? En ese momento solo pensabas en ti y en tu placer Liam, en ese momento ni siquiera yo era tu prioridad— le aclaro—Me hiciste saber tantas veces y de la manera más dolorosa que no querías hijos, ¿se te olvida las veces que me dijiste que yo no podía quedar embarazada? ¿se te olvida las veces que me decías que si salía embarazada me olvidara de ti?— recuerdo—Ni te imaginas lo mucho que me costó tomar esa decisión— hipo.

—Tenías que haberlo dicho, tenía derecho a saberlo— vuelve a reprochar—Ahora mi hija lleva el apellido de otro, ¿te casaste con él?— pregunta enojado.

Niego—Solo Grace lleva el apellido— digo—Juan ha sido muy bueno con nosotras, pero no se involucra para no confundir a mi hija— le explico.

—No puedo creerlo— niega caminando de un lado a otro como animal enjaulado—¡Le diste oportunidad a otro y no a mí!— exclama alterado.

—Eras un inmaduro, eras tan superficial que apuesto lo poco que me queda que me habrías mandado a abortar— le digo siendo hiriente, pero honesta— solo te importaba salir de fiesta y emborracharte, engañarme cada vez que podías, no pensabas en nadie más que no fueras tú, en muchas ocasiones me trataste mal, me hiciste a un lado, me humillaste, fuiste grosero y me hiciste pedazos con cada una de tus actitudes y mentiras—sollozo—Yo no quería que mi hija se enfrentara a esa triste realidad y menos seguir en esa relación tan tóxica y disfuncional, porque yo te amaba— le reprocho.

Ya no habla, solo se escuchan mis sollozos, está doliendo demasiado, porque por mucho tiempo me calle, deje que hiciera conmigo lo que quisiera, me lastimo, me hizo pedazos y hoy que por fin he podido liberar todo aquello que callé por miedo, por enojo, por estúpida hace que mi dolor se intensifique, pero a la vez me estoy quitando un peso de encima.

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