En el silencio de la habitación, iluminada por la tenue luz rojiza de la lámpara, puesta cuidadosamente sobre la pequeña mesa del centro, la ventana entre abierta, cubierta por una cortina en color cerúleo, irrumpía intrépidamente una fresca brisa que acariciaba con suavidad su cuerpo recostado en la amplia cama, sus ojos cerrados en la más absoluta tranquilidad, contrastaban con su mente bulliciosa, que viajaba una y otra vez al lugar del encuentro.
Quería estar cerca de ella, pero, ¿cuál era el motivo para tal intenso sentimiento?, sus decisiones siempre fueron tomadas a través de la razón, pero en este caso parecía más un impulso emocional.
-¿Debería hablarlo con papá? ¿Tal vez él pueda orientar mis alocados pensamientos? ¡Mejor no, le contaré después!, siempre he sido independiente, muy seguramente me dirá que la última palabra es la mía. Mañana lo conversaré con Emiliano.
Acariciaba con delicadeza las teclas del piano y de él emergía un mágico sonido que incitaba a soñar a todo aquel que lo escuchase, acompañando la fina melodía, la voz entonaba armoniosas palabras que se convertían en una dulce canción
- Señorita, su madre ha llegado- interrumpió una de sus mucamas, dando por finalizado así, el precioso concierto de la tarde.
-¿Dónde se encuentra ahora?
- En el estudio
Se desplazaba galantemente por los recónditos espacios de su morada, encontrándose a la par con todos aquellos asistentes que ejecutaban sus labores, con total precisión y pulcritud. Toco a la puerta e inmediatamente Angélica Sinclar se apareció ante sus ojos y le brindo un afable y afectuoso abrazo.
- Mami me gustaría hablar contigo
- Adelante, siéntate, ¿dime que necesitas?
- ¿puedes contratarme a una persona para que me cuide dentro del campus universitario?
- Tu padre se encarga de esos asuntos, ya tienes 2 escoltas, ¿quieres uno más? ¿Te ha pasado algo malo? ¿Estás en peligro? Dime mi niña
- No mami, no es así, solo quiero que otra persona me acompañe dentro de la institución
-Puedo otorgarte uno de los que cuidan la casa, ya ves que hay varios.
- No mami, quiero que sea un chico de mi universidad
- ¿Por qué un chico de esa universidad querría trabajar para ti? Es ilógico.
- Ma, por favor te lo pido.
Angélica froto sus ojos en señal de cansancio, respiro profundo y bebió un trago de ginebra que yacía en el escritorio de su despacho, ¿Luna, me quieres explicar que esta sucediendo? ¿por qué esa repentina solicitud?
Ella se acercó y la beso en el cabello recogido en una alta coleta, utilizo la estrategia de niña mimada para conseguir su aprobación, la miro de frente con esos ojos color cielo, a los que era incapaz de negarle algo. ¿puedes concederme este capricho?.
-Está bien, mañana los espero a los dos, después de las 3 de tarde en la oficina gerencial de la clínica, llamaré al abogado para que realice la contratación, no olvides decirle que lleve los documentos requeridos para tal fin.
-Te lo agradezco madre. Mientras se dirigía a su habitación en la planta superior de la inconmensurable mansión, pensaba en Alejandro, ese chico tan lindo y agradable, esperaba que aceptara la propuesta.
Concentrado estudiando en la biblioteca, sintió como un bolígrafo se posaba en su espalda, asombrado levantó la mirada y vio como Isabel le lanzaba una sonrisa.
- Me gustaría estudiar contigo Emiliano
Estupefacto sentado en la silla se preguntaba si ella realmente estaba hablando con él.
-Disculpe, señorita Isabel, ¿está hablando conmigo?
-Así es, eres muy inteligente, ¿Me dejas acompañarte a estudiar?
Emiliano seguía en trance, desde que llegó a la facultad, nadie se acercaba a él, lo único que hacían era humillarlo y utilizarlo para la construcción de un sin fin de bromas hirientes. Debido a su personalidad introvertida, lidiar con los demás era muy difícil.
- ¿Es una broma? Pregunto incrédulamente
- Claro que no, me gustaría que fuéramos amigos
- Entonces puede sentarse, le explicaré lo que se le dificulte comprender. Esas palabras se adhirieron a su ser, podría ser esta la oportunidad para mejorar las relaciones con sus compañeros.
Ignorando los acontecimientos venideros, no se imaginaría jamás, que este pequeño, pero significativo encuentro, marcaría uno de los capítulos más tristes de su historia.
Emiliano se sentó debajo del sauce, tenía un semblante que irradiaba una especie de felicidad.
- ¿Te paso algo bueno?
- Puede que mi vida universitaria mejore un poco
- Eso es genial
-Dime Alejo, ¿qué me querías contar?
Alejandro le contó sobre la propuesta que había recibido, omitiendo el traumático encuentro con la señorita, pues había prometido que guardaría el secreto.
Bastante asombrado con la situación antes mencionada, respiro profundo y agrego:" por favor no te enamores, es una persona inalcanzable, aunque estés cerca de ella físicamente, si de amor se tratase, la distancia sería abismal, casi imposible de romper"
- No voy a enamorarme, conozco mi situación, será un trabajo temporal, después de un periodo de tiempo todo terminará.
Emiliano se despidió y Alejandro se quedó meditando sobre su situación, quería estar seguro de su decisión, inmediatamente la vio, sintió como se desarmaba, podría cumplirle cualquier deseo si así lo quisiese.
-Joven Alejandro, al final, ¿cuál es su respuesta?
- Será un placer trabajar para usted
Ambos subieron en el auto negro que se desplazaba en medio de la ciudad, estaban más cerca que nunca, él podía observar cada uno de sus gestos, detallaba con cuidado su inocente expresión, sus ojos, sus labios, su sonrisa, sus manos adornadas con alguna gema, escuchaba su frágil voz, mientras le explicaba sobre el trabajo que se avecinaba, él se limitaba a respirar, estaba en trance, trataba de disimular su fascinación por el paisaje que tenía ante sus ojos.
El auto se detuvo en frente de un imponente edificio -Hemos llegado
- ¡Owwwww, que impresionante!
- Mi mamá es la dueña y gerente general de esta clínica y de todas sus sedes, en ella existen todas las especialidades, además de tener departamentos dedicados a la investigación biomédica, fabricación de medicamentos y espacios para profesionales residentes en áreas de la medicina y afines.
- ¿Entonces la familia de tu madre siempre se han dedicado a las ciencias médicas y farmacéutica?
- No es así, el abuelo tiene negocios bancarios, sin embargo, él decidió entregarle las acciones para que se invirtieran en el mundo de la salud.
- ¡Su relación debe ser entrañable!
- De ningún modo, su vínculo afectivo es casi nulo, su relación está fracturada desde hace muchos años, realmente nunca he sabido el motivo.
Acompañados por los 2 escoltas, se dirigieron al último piso de la magnífica construcción, en donde se encontraba la oficina gerencial y por supuesto Angélica Sinclar.
- Puede pasar señorita Luna, la señora Angélica los está esperando. Sonrió amablemente la secretaría
Un aterrador asombro se dibujó en el rostro de Angélica, su cuello se tornó rígido, su ritmo cardíaco se acelero y un escalofrío le erizo la piel, a la vez que sus ojos angustiados veían fijamente a los recién llegados, se levantó de golpe de la silla y con voz temblorosa grito "Antonio"
-Papa, ¿Qué haces en este lugar? pregunto Alejandro un tanto confundido y desconcertado
De hecho, fue Arturo Beltrán quien estaba perplejo y estupefacto, divisado la tesitura de la que era partícipe. A su lado Angélica se encontraba en trance, una alteración de conciencia que le impedía emitir más palabras .
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