Capitulo 17- Te demostrare en hechos

(*Manuel)

Irme significaría alejarme de Fran. Y eso no quiero, no quiero perderla, pienso la manera de convencer a mi padre para que no me envíe al exterior.

-Padre sé que me comporte mal, sé que estuve muy mal, no me quiero marcha, quiero arreglar las cosas con Flor, intentar ser el marido que se merece... Enséñame, guíame... Con alejarme nunca voy a aprender ser como se debe. Le aseguro con un tono arrepentido.

-Me lo dices en serio Manuel... Hay mucho en juego para que lo eches a perder. Me ofusca mi padre aún molesto por lo ocurrido.

— Haré todo lo que me pidas, te lo aseguro padre... Lo que paso ahora fue a causa del alcohol... Tome de mas. Le repito para convencerlo.

-No debes reaccionar así, no debes lastimarla entiendes eso, te entra eso en la cabeza, no puedes andar así... Y poner de excusa de que tomaste de más para comportarse de ese modo o deja de tomar si no toleras el alcohol. Me dice mi padre en un tono enojado.

-Solo lo justo tomaré... Haré todo lo posible para ser mejor. Le digo.

-Tengo mis dudas. Me dice pensativo.

-Entiendo que no quieras creerme, comprendo la razón, otras veces te he fallado, no cumpliendo lo que prometí, pero ahora te lo digo y te lo aseguro, quiero hacer bien las cosas... Me interesa Flor... A medida que fui conociéndola... Puedo ver lo maravillosa que es. Le digo y esas palabras me costó decir al no sentirlas del todo, solo quería tirármela.

-¿No es una de tus tretas por no querer alejarte de tu amante?. Me pregunta mi padre.

"Mierda, no logro convencerlo", pienso.

-Tú más que nadie quieres un nieto... ¿Cómo esperas tenerlo si estoy lejos?. Le pregunto al tratar de convencerlo por ese lado.

-Es un sacrificio que puedo tolerar por la seguridad de que no se nos decaiga el negocio. Me dice serio.

"Es un hueso duro de roer", pienso.

-Esta bien... Si asi lo quieres... Me ire. Le digo como resignado pero no me doy por vencido.

"Voy a hablar con Flor, usare mi encanto para convencerla al mostrarme muy arrepentido", pienso.

*

*

Flor estaba entre los brazos del señor Alberto disfrutando de sus mimos y caricias, la llenaba de besos ardientes que le quemaban la piel. Su respiración agitada y sus palpitaciones a un ritmo acelerado detonaban las sensaciones excitantes del momento. Él se tomó el tiempo de recorrerla y con suaves movimientos la desprendio del camison deleitandose con la exquisitez de su piel suave, gusto a fresas por la crema que se untaba para mantenerla hidratada. Sus manos estaban unidas con los dedos entrelazados sobre su cabeza mientras él saboreaba su aureola rosada y succionaba ese botón que estaba erguido por lo excitada que se sentía.

La luz que iluminaba apenas la habitación en penumbras eran las brazas de la chimenea que mantenian una llama pequeña.

Él se le coloco encima con la mirada encendida de deseo y con suaves movimientos la exploro por dentro sintiendo lo humeda, tibia y suave que se sentia, ella con jadeos ahogados sobre sus labios al besarlo con lujuria sentia como se deslizaba de adentro hacia afuera con su imponente masculinidad. Se aferraba con fuerzas a sus manos al punto de clavarle las uñas. Él la solto enredando sus brazos al rededor de su cuerpo uniendose a ella por completo sin dejar cruzar la luz. Sintio como se estremeció contra él.

-¿Estas bien?. Le pregunto él señor Alberto en un susurro sobre sus labios.

-Si... Me molesto un poco... Pero me gusta. Le susurro ella con una sonrisa.

-Me costo... Es como querer pasar un tigre por un anillo. Le dijo robandole una sonrisa que callo al apoderarse de sus labios al besarla, rodaron a lo ancho de la cama sin separase, cayeron sobre la alfrombra ante la chimenea donde se veian sus figuras danzar al compas de las llamas.

Él se deleito contemplando sus ojos, siguiendo sus gestos que le decian lo mucho que estaba disfrutando, sus jadeos suaves y delicados lo encendian mas, no queria separarse, queria estar toda la noche asi con ella, pero estaba jugando con su suerte. Cuando ella llego por tercera vez, él se libero con delicadeza para largar su escencia sobre su piel tiñéndo de blanco su abdomen.

-¿Por qué lo haces?. Le pregunto incrédula.

-Para que no te quedes en cinta. Le susurro sobre sus labios.

-Asi... Que si lo hacias... Adentro... Me quedo en cinta. Reflexiono ella pensativa.

-Creias que los bebes traia la cigüeña. Le pregunta divertido.

-Nooo... Es que... Solo me dijeron que al estar casada se tenian los bebes. Responde en un tono inocente y él sonrie ampliamente al oirla.

-Creias que al firmar... Te decian aqui tienes tu bebe. Le dice divertido.

-No te burles. Le dijo con confianza y se callo de golpe.

-Me gusta que me tutees... Solo adelante de los demas manten lo formal. Le susurra besandola.

La ayudo a incorporarse y la encamina al baño haciendo que se introduzca en la tina con agua caliente.

-Disfruta tu baño... Debo irme. Le dijo él con pena besandola al desear quedarse.

-Me gusto como me despertaste. Le dice Flor.

-Trate de mantenerme al margen... Pero esto es mas fuerte. Le dice despidiendose con un beso.

Salio del baño, se coloco sus prendas y levanto las mantas en la cama. Se paro un segundo en la puerta y salio asegurandose que nadie habia en el pasillo.

Llego a su alcoba y al cerrar la puerta se recosto por ella suspirando, se metio en el baño dejando que el agua caliente lo recorra, en su rostro como nunca una sonrisa la tenia dibujada, recordo cada segundo con Flor y su dulce aroma impregnado en él. Fue completamente suya, en toda su esencia. Ahora queria que solo fuera de él por completo.

*

*

(A la mañana siguiente)

Flor se levanto con el alba su rostro tenia un brillo particular. Las emociones le recorrian el cuerpo recordando lo que sintio en los brazos de señor Alberto.

"No puedo aún creer que con el tio de Manuel me entregue por completo", pensaba mientras bebia su taza de cafe junto a unas tostadas con mermelada.

Sentada contemplaba como los primeros rayos del dia pasaban las hojas de los árboles.

-Buenos dias. Escucho la voz del señor Alberto que le hizo dar un brinco a su corazón pero debia mantener la compostura a la vista de todos.

-Buenos dias. Le respondio tratando de ocultar la emoción de verlo. Él mantenia su expresión seria como siempre, aunque su corazón estaba a punto de salir de su pecho al ver a Flor con ese vestido en un tono azul marino que apenas dejaba ver sus tobillos y la cubria por completo el cuello y los brazos.

-Veo que esta muy cubierta. Le susurro de paso cuando tomo su taza para servirce el cafe.

-Amaneci con marcas. Le dijo por lo bajo Flor bebiendo un sorbo.

Él apreto la taza entre sus manos conteniendose las ganas de aferrarse a ella y dejar sus besos marcados sobre su piel.

-Debo viajar. Le dijo serio.

-¿Dónde va?. Le pregunto Flor.

-Es por un negocio... Espero volver pronto y retomar la charla de anoche. Le dijo alejandose de ella al ver que ingresaba Manuel a la cocina.

-Buenos dias tio. Lo saludo Manuel.

-Buenos dias. Le respondio serio.

-Buen dia Flor. Le dijo Manuel.

-Buen dia. Le respondio ella con la voz pausada.

-Me gustaria poder hablar contigo... Si eres tan amable de escuchar. Le dijo Manuel mientras se servia su taza de cafe.

-¿De qué quieres hablar?. Le pregunto Flor.

-Mas que nada queria disculparme por mi comportamiento... Lo siento... No debi tratarte asi... Traía unas copas de más... Y no medi mis actos... Asi que lo siento. Le dice mirandola.

Flor lo miro incredula esa actitud humilde de su parte no la convencia mucho.

-Entiendo que te cueste creer... Pero quiero que sepas... Que quiero iniciar de cero... Que olvidemos lo ocurrido... Y nos demos una oportunidad como marido y mujer. Al escuchar lo que decia Manuel el señor Alberto se atoro con su cafe.

-Perdon... Esta muy caliente. Dijo a modo de disculpa y busco un vaso de agua.

Flor se incorporo de su silla y lo miro directo a Manuel.

-Aceptó tus disculpas... Pero no quiero nada contigo. Le dice Flor.

Manuel suspiro profundo conteniendo su coraje.

-¿Pero por qué?... Dame la oportunidad de demostrarte que puedo ser mejor... Ayudame a ser mejor... Se que muchas actitudes de mi parte dejan mucho que decir... Pero estoy dispuesto a hacer todo lo que este a mi alcance... Para darte el lugar que te corresponde... Y es a mi lado como mi esposa... No solo en papeles... Sino que tratemos de ser una pareja en la vida real. Le asegura Manuel.

-No podría estar contigo después del modo en que me trataste... Tratemos de llevarnos bien el tiempo estipulado... Pero de mi parte no esperes nada... Sé que te metiste con Fran... Y eso no te lo perdono. Le aclaro Flor.

-Cometí un grave error... Me deje llevar por los deseos y no por la razón... Te voy a demostrar que puedo ser lo que mereces... Podemos tener nuestro propio hogar... Tu hogar... Que podras decorarlo a tu gusto... No ameritaré en gastos... Solo dame la oportunidad a demostrarte que puedo cambiar por ti. Le dice próximo a ella mirándola a los ojos.

"No puedo, no quiero, amo a alguien más", pensó Flor.

"Si me lleva a otra casa, solo estaré a su merced de que me tenga presa y él haga lo que le plazca", pensaba.

-No Manuel... Antes hubiera caído rendida ante ti al estar enamorada... Pero ya no siento nada por ti... Salvo que no quiero verte... Tengo marcado los brazos... No solo me lastimaste emocionalmente... Si no físico también. Le asegura Flor.

Manuel apretó los puños, no lograba convencerla, pero si con palabras no podía lo haría con hechos.

- No voy a renunciar a ti... Si no me crees en lo que digo... Te lo demostrare en hechos. Le dijo terminando su taza de cafe y saliendo de la cocina para descargar su frustración.

" Dejaré que se le pase el enojo"

"Fue muy pronto hablar con ella"

"Aún esta dolida por lo de anoche"

Pensó Manuel encaminándose a su trabajo.

Flor se dejó caer en la silla tomándose la cabeza, le costó mostrarse firme ante lo que Manuel le decía, por un lado, quería creerle, pero por el otro se acordaba cuando lo vio con su hermana flirteando.

- Antes de irme le dare el libro que me pidio. Le dijo el señor Alberto al verla tan afligida queria consolarla pero ahi no podia.

-De acuerdo. Le respondio Flor y lo siguio a su despacho.

Ni bien cerro la puerta la aferro a él besandola con ganas. La elevo en sus brazos. Ella se sorprendió pero se dejo llevar necesitaba sentirse protegida y con él tenia esa sensación. Sintio como las manos de él se aventuraron bajo su falda acariciandola. Sus roces tan atrevidos la despojaron de su ropa interior, ella se animo a acariciarlo tomando con su mano lo que tenia para ofrecerle, ahora sabia donde guiarlo y de un solo empujon se sumergio en ella. Sus jadeos ahogaba en su boca, su respiracion se incremento. Sus corazónes palpitaban a la par. Sentian que ya no podian estar lejos el uno del otro, pero su amor era prohibido, no podian salir a gritarlo a los cuatro vientos. Él la poseyo y su sabor exquisito de sus labios no lo borro, solo queria sentirla, escuchar que diga su nombre con ese jadeo, lo enloquecía y se grabo en lo mas profundo de su cerebro. La despidio con un tierno beso. Ella era la unica y la primera en hacerlo sentir esas sensaciones unicas que al liberarse fuera como si un volcan entrara en erupción y nunca terminara de largar su escencia blanca que surgia en cascadas como si nunca lo hubieran hecho. Pero siempre manteniendo la clara realidad de cuidarla para que no exista un embarazo no planeado.

-Te voy a esperar. Le susurro Flor aún agitada enredada por él.

- Volvere a ti. Le dijo el señor Alberto sellando con un beso la promesa. Sin apartarse de ella.

La ayudo a acomodar su atuendo, al igual que él. Y antes de salir le entrego el libro para que lea, y segun sabian fue la razón de porque fueron ahi. Ella lo tomo con una sonrisa en los labios al igual que él.

-Evita mirarme asi ante los demas. Le susurro el señor Alberto en el oido.

-Trataré aunque lo que me hace sentir no puedo evitarlo. Le dijo en un susurro señalando su pecho.

-Me siento halagado... También esta aqui. Le respondio señalandose él su corazón. Los dos sonreian sin poder evitarlo.

Él prefirio alejarse para que nadie se de cuenta de lo que hacian. Entre los dos la quimica era muy notoria, si estaban proximos eran como una bomba a punto de estallar. Sus emociones fluyen sin poder ponerle freno.

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