Capitulo 14- No tienes pasta de Hombre

(*Flor)

Quiero negarme, de verdad quiero, pero el señor Alberto tiene una manera de tratarme que me envuelve en su deseo haciendo que yo también lo desee. Sus labios los mueve con una habilidad haciendo que viva sensaciones unicas. Es tibio, humedo, suave en cada rose, me succiona la piel sin dejar marcas, me deleita besandome mis partes nobles, lo disfruto recostada en el asiento del auto que se siente tan comodo y suave, me muerdo los labios mirando el techo y cierro los ojos suspirando profundo tapo mi boca con mi mano para no largar un gemido fuerte y que el chofer escuche. El señor Alberto asciende apoderandose de mis labios susurrandome.

-Libérese... No se contenga. Me dice recorriéndome con sus manos que pareciera grabar cada curva de mi cuerpo.

Luego de brindarme una sesión de besos candentes, me acomoda nuevamente posando un beso profundo en mis labios que me lo deja latiendo.

-Llegamos señor. Anuncia el chofer.

"¿Cómo lo hace?", me pregunto. Sabe antes que le hablen que nos van a interrumpir.

-¿Cómo lo hace para saber?. Le pregunté al no aguantar la curiosidad.

— Vi mi reloj... Se que se tarda unos veinticinco minutos, mas o menos. Me respondio.

"Pero estoy segura que estaba atento a otra cosa que a su reloj", pienso al recordar que me besaba todo el tiempo.

Me ayudo a descender para que no me caiga e ingresamos a la mansion sacudiéndonos el agua de la llovizna, de nuestros abrigos, que cada vez está más fuerte.

-Señor... Lo llaman por teléfono. Le avisa el mayordomo ni bien ingresamos indicándole el despacho. Por mi parte me encaminé a mi habitación.

"O por dios... Que locura... ¿Qué se supone que hago?", me digo a mi misma al recargarme en la puerta recordando lo vivido en el camerino, en el auto. No podía creer todo lo que me hacía sentir.

Tal vez, solo tal vez, pueda soportar esta situación, aunque se que solo pueda estar ilusionandome. Me meto al baño a darme un baño caliente antes de refugiarme en las mantas. Una vez lista me pongo mi camison y me cobijo abrigada por el calor de las mantas sumado a la de la chimenea.

En mis sueños revivo los bellos momentos con el señor Alberto. Pero de repente tengo la misma pesadilla que me atormentaba hace tiempo y crei que con las sesiones con el especialista se me fueron, pero al parecer no. Las escenas se repiten una mas perturbadora que la otro, lamentos a los lejos se hacen oir. Y una niña pequeña caminando en medio de todo eso sin ser notada, se me hace que soy esa pequeña pero a la vez soy una espectadora mas.

Solo duermo un par de horas y despierto agitada.

***

Mientras tanto el señor Alberto tomaba la llamada en el despacho.

📞Diga. Respondio serio.

📞Tenemos pistas del caso de su gemela en ese instituto... Hay un posible indicio... De lo que paso. Le comentan del otro lado.

📞Por fin... Me hice abogado debido a lo que le sucedio a ella... Quiero esclarecerlo... Estando vivo mi padre... Mi madre fallecio de tristeza. Comento sintiendo que sus noches de desvelo se terminaban.

📞Lo espero cuanto antes. Le dijo el hombre que le hablaba.

📞SI... Por supuesto... Tomare el primer vuelo. Le respondio cortando la llamada.

Se dirige a ver a su padre en su sector de la casa donde eligio vivir apartado de todo.

El señor Fernando Cervantes vivia con sus recuerdos repitiendo sus tareas que hizo el ultimo dia que vio a su hija y por respeto a su mujer cuidaba su jardin, que era lo que ella adoraba. Siempre su hijo mayor el señor Marcos se daba una vuelta y lo invitaba a cenar, pero el se negaba. Esta vez acepto porque le agrado la joven de cabellos largos ondulados color carmesí, tenia las costumbres de su mujer al hablarle a la rosa, hasta en su creencia sobre el cabello, sostenia ese cabello entre sus dedos sintiendo su textura. Habia perdido las ganas de vivir, sentia que nada tenia sentido, le dolia respirar. Pero al conocer a Flor sintio algo diferente, tenia algo epecial, se le hacia ver a su hija en ella. No se mostro timida al hablar con él. Fue fresca, y sincera en sus expresiones.

-Padre... Traigo grandes noticias. Se le presento el señor Alberto ante él viendo que estaba con las rosas arreglandolas, al igual que él su padre casi no dormia.

-ALBERTO... ¿Qué sabes de la joven llamada Flor que se caso con Manuel?. Le pregunto al oirlo, ignorando lo que le dijo en un principio.

-Te queria comentar... Insistio Alberto.

-Te hice una pregunta. Le dijo el anciano cuya voz ya no sonaba tan apagada como antes.

Alberto carraspeo buscando las palabras para describirla y no sonar a que solo tenia una idea fija hacia ella.

-Que fue educada para casarse con Manuel... Segun tengo entendido en el instituto de jovencitas...

-Donde fue educada tu hermana... Averigua con ella ¿Cómo era ese lugar?... Se puede saber mas de ese sitio... De alguien que estuvo ahi... Prueba con esto. Le dijo su padre pasando un pequeño objeto cuadrado de chapa.

-¿Qué es esto?. Le pregunto Alberto al verlo.

-Es algo que hace un pequeño sonido... Lo presionas una vez... Para llamar la atención del individuo y dos para la obediencia... Luego con un sonido más... Lo liberas. Le responde.

-Pero eso suena... A hipnosis... ¿Por qué quieres que use eso con Flor?. Le pregunta Alberto desconcertado.

-No haz notado lo dosil que es... Ella lucha en su comportamiento... Como queriendo ser ella misma... Pero solo se comporta segun lo que dicen como debe ser... No reacciona ante los insultos... Me di cuenta durante la cena... Sara por alguna razon la tenia contra ella... Pero Flor se mantuvo relajada y tranquila... Cualquiera en su lugar mostraria incomodidad, sus gestos serian de tensión... Pero ella no se mostro asi... Respondio cordial... Rosa practicamente parece tenerla para que le haga los postres... Flor podria negarse al ser la esposa de Manuel... Asegurando que para esas tareas esta la cocinera... Luego llama Elena pidiendo que cante... Despues de todas las actividades que realizo... Va y lo hace... Es como una de esas maquinas que le dan una orden y obedece... La esposa ideal diran algunos... Por lo que creo que la explicación esta en lo mas profundo de su subconsiente. Concluye el señor Fernando mirando a su hijo.

El señor Alberto miro el objeto pequeño en su mano, su padre sabia de manipulación de la voluntad al haber estado en la guerra, era de fuerzas especiales. Y podia entender la necesidad de querer saber que le paso a su hija, que era a la vez la gemela de él, para que terminara como termino luego de ir a ese lugar que era para señoritas. Pero no queria someter a Flor a algo asi. Si debia averiguar, lo haria de una manera mas cordial, total tenia esa confianza con ella de hablar de lo que sea.

-Me llamo el investigador... Tiene novedades sobre el caso de Candelaria. Le dijo Alberto al final a su padre mirando el extraño objeto que parecia de doble capa inflado, suspiro pesado y prosigue. -Viajo en el primer vuelo. Y se retiro sin esperar una respuesta.

***

(*Flor)

Debido al sobre salto que tuve por el sueño me levanto, colocandome las patunflas y mi salto de cama. Es de madrugada todo esta silencioso, me dirijo a la cocina por un baso de agua.

-Flor. Me dice Marcelo al verme ingresar que esta recostado contra la mesada y un vaso de alguna bebida en la mano. Esta desalineado, su cabello que siempre esta tan prolijo ahora lo tenia hecho un desastre, su camisa salida de sus pantalones, la corbata torcida y se ve que perdio algunos botones de la camisa. Todo indica que tuvo en una lucha pero no de puños.

"Seguro estuvo con Fran", pienso.

Se incorpora apenas signo que no es el primer trago que toma.

-Dime una cosa Fraaa.... Flor.... Si Flor.

"Se equivocó hasta en mi nombre, esto es el colmo", ofusco mentalmente.

Me cruzo de brazos mirandolo fijo.

-¿Por qué me odias?... Si soy un hombre... Muy guapo... Todas estan a mis pies... Ninguna resiste a mis encantos... En cambio tu... Eres mi esposa... Te pone a la cima de todas ellas (Dice haciendo gestos con una mano mientras con la otra sostiene el trago)... Soy muy rico... Dirijo una compañia... La mas grande del pais... Aun asi... No me quieres ver ni en pintura... Cooonstestaaame... Dime... Dime de una vez. Me dice.

-Me dijiste que no me querias la misma noche de nuestra boda... Que preferias a Fran... Y por lo visto estuviste con ella. Le respondo.

-Mmmm... ¿Cómo sabes que estuve con ella?. Me pregunta el muy idiota, si salta a la vista.

-Traes su aroma... A ella le gusta fumar esos raros cigarros... Usa un perfume fuerte para tapar el olor al cigarro... Tienes marca de labial en el cuello de tu camisa y de tu cuello... Y se ve que lo hicieron salvajes... Al romper los botones de tu camisa. Le respondo y me mira con los ojos como platos.

-Tuve un accidente... El auto patino por el asfalto resbaladizo... Y me salí del camino. Me responde.

"Me cree tan idiota, juega con mi inteligencia", pienso respirando pesado.

-Ah... Perdon... Es mi error... Y ¿Cómo estas?. Le pregunto en un tono sarcastico con una mueca en los labios.

-NO DEBERIAS HABLARME EN ESE TONO... ME DEBES RESPETO... YO DIGO SALTA Y TU DEBES SALTAR. Grita molesto estrellando el vaso contra el piso y cerrando sus puños.

-SERIA LO IDEAL SI NO TE REVOLCARAS CON MI HERMANA... SI NO ME FALTARAS EL RESPETO AL ESTAR DANDOLE SIN PARAR EN NUESTRA NOCHE DE BODAS... SI NO TE QUEDARAS HASTA LA MADRUGADA POR MONTARLA... PERO NO LO MERECES... NO COMO ERES DE FRIO, CINICO, EGÓLATRA. Le grito molesta como nunca y mi voz retumba por el timbre que poseo al ser soprano estallando algunas copas. Y lo veo en camara lenta como se abalanza sobre mi.

-Grita todo lo que quieras pero seras mia quieras o no. Me dice apretandome contra su cuerpo y su aliento a licor es fuerte me da ganas de vomitar.

-SUELTAME... NO TE ATREVAS... TE PATEARE DE NUEVO. Le digo resistiendome a él.

-Lucha todo lo que quieras... Nada ni nadie te sacara de esto... Vas a sentirme... Vas a disfrutar cada estocada que te de. Me susurra respirando fuerte en mi oido.

-NUNCA... NO TE DEJARE... SUELTAME... NO TE QUIERO... NO QUIERO NADA DE TI... ME DAS ASCO... NAUSEAS. Me quejo sacudiendome.

-QUE HACES... NO PUEDES TRATARLA ASI. Escucho al señor Alberto retirandolo a Manuel y me libera de su abrazo de oso.

Caigo arrodillada tratando de recuperar el aliento y veo que lo lleva a los jalones al despacho del señor Cervantes, lo lanza adentro y llama a una de las empleadas a que me atienda mientras él se encierra ahi con Manuel.

-Señorita venga conmigo... Le servire un poco de leche tibia... Eso la calmara. Me susurra la del servicio amablemente y asiento.

***

(En el despacho)

-¡¿QUÉ CREES TRATANDO ASI A TU ESPOSA?! (Le decia mientras se sacaba el saco y remangaba su camisa)... YA ES SUFICIENTE QUE LA LASTIMES ENGAÑANDOLA... DICIENDOLE EN LA CARA QUE NO QUIERES SABER NADA DE ELLA... PROHIBIENDO QUE SALGA... CERRANDO SUS CUENTAS QUE LE HABIAS HABILITADO PARA SUS GASTOS... NO ES UN OBJETO QUE PUEDES MANIPULARLO COMO SE TE ANTOJE... TU PADRE NO TE EDUCO COMO TRATAR A UNA MUJER... TE ENSEÑARE. Le dijo abanzando hacia su sobrino.

-TIO... ME PASE... Y SE QUE ESTUVO... MAL... PERO ELLA ME SACA... ME MOLESTA QUE NO QUIERE NADA CONMIGO.... ENTIENDE... LO QUE ELLA NO ME DA... DEBO BUSCAR EN OTRO LADO.

-NO MIENTAS... ESTUVE AQUI CUANDO LE DIJISTE A TU PADRE QUE NUNCA LA TOCARIAS... QUE PREFIERES A SU HERMANA. Le responde y lo lanza contra el piso de una piña.

-¿POR QUÉ?. Le pregunto desde el piso tocandose el labio partido.

-DEBO REPETIR TODO DE NUEVO... AHORA ENTIENDO LO QUE DICE MARCOS SOBRE TI... NO TIENES PASTA DE HOMBRE. Le responde elevandolo del saco hacia él.

-¿QUÉ SUCEDE?... Me hablo la del servicio que Manuel maltrato a Flor. Aparecio el señor Cervantes comentando nervioso.

"Justo que me divertia", penso el señor Alberto.

-ASI ES... LA ESTABA LASTIMANDO. Le responde el señor Alberto, soltando molesto a Manuel, acomodando su camisa.

-Eres idiota...No puedes tratarla asi... Hay millones en juego... Debes saber controlarte... ¿Y dónde estuviste?... Por lo visto con otra mujer... Flor no usa ese color de labial. Le observa su padre al tomarle con dos dedos el menton y mirando en el cuello de su camisa.

-¿QUÉ LES PASA?... ESTAN TODOS EN MI CONTRA... TU PADRE DEBERIAS ESTAR DE MI LADO... TODO LO QUE HAGO SIEMPRE ES SEGUN TU VOLUNTAD... POR EL BIEN DE LA FAMILIA... NUNCA SIGO MIS PROPIOS DESEOS. Se queja Manuel.

-JA... JA. ¿QUÉ NUNCA SIGUES TUS DESEOS?... QUIERES QUE TE LEA LA LISTA DE GASTOS DE TU PARTE... EN ESOS CLUBES DE HOMBRES... EN MUJERES... EN TRAGOS... Y VIAJES A NO SE DONDE SOLO PARA EYACULAR... AHORA QUE PODIAS HACER ALGO PARA PAGAR TODO EL GASTO EN TI... HACES ESTAS PENDEJADAS. Le dice su padre.

-NO PASARA NADA... FIRMO UN CONTRATO. Le dice Manuel haciendo un gesto molesto con el brazo.

-Si... Cierto... Pero no se te olvide las cláusulas que debes cumplir... Deja que te lea... Lo tengo a mano... Ajam. Le dice su padre carraspeando antes de leer mientras Manuel caminaba de un lado a otro.

#Manuel Cervantes como esposo de Flor Villanueva promete no hacerle faltar nada.

#Cubrir todas sus necesidades (Techo, comida, vestimenta, entre otros)

#Pagar todos sus gastos

#No lastimarla de ningún modo el tiempo que dure el acuerdo.

#En caso de presentarse dicha acción queda sin efecto lo estipulado y el retiro de lo aportado como acuerdo de dicha union.

Pero si se cumple con lo pactado, una vez finalizado el tiempo estipulado del contrato, él señor Manuel Cervantes firmará la desintegración del matrimonio sin ningún reclamo, salvo que las partes quieran permanecer unidas, queda sin efecto este punto.

Concluyo su lectura el señor Cervantes.

-Van dos meses de matrimonio y la cagaste en grande... No solo la lastimaste emocionalmente... Si no en lo físico. Le tira los papeles en la cara molesto.

Manuel agarró a leer el contrato, él pasó por alto esa parte, solo leyó lo que Flor debía cumplir.

-Vamos hacer esto... Te irás de viaje de negocios... La sucursal segunda del pais vecino necesita de supervisión... Así que de iras. Le ordena su padre.

-¿QUÉ?... NO... NO ME VOY A NINGUN LADO. Le responde Molesto.

-Hay mucho en juego... Para que la arruines con tus ataques de grandeza... Donde todos te deben obediencia y te creas en poder de pisotear al que sea... Hablare con Flor... Tratare de calmar las cosas. Le dice el señor Cervantes.

-Marcos... Si me lo permites... Le hablaré basado en mi profesión. Le dice el señor Alberto.

-Si... Hazlo. Le responde el señor Cervantes resoplando molesto.

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