Capitulo 11- Su canto atravesó como flecha mi corazón

(*Alberto)

Se que esta mal que es prohibido lo que siento por Flor. Pero no puedo evitarlo las emociones fluyen por todo mi cuerpo. Y mas mis impulsos de querer sentirla al escucharla cantar. Sin pensarlo estoy a su lado contemplandola. Me preocupo al ver que se pincho con la aguja que la toco sin su permiso colocandole mi pañuelo en su dedo. Sus manos suaves y delicadas encajan tan bien entre las mias. Siento su calidez, contemplo sus enormes ojos que me encantan, es muy bella, parece una muñeca de porcelana. Me incorporo antes de tentarme a besarla. Me sirvo un poco de te para hacer pasar esta sensación que me endurece el estomago y no puedo explicarlo. Ella al ver que bebo de la taza me aclara que es suya y pedira una para mi. Le aclaro que no me molesta compartir y que es como besarla aunque sus labios son tan dulces. Sus mejillas se sonrojan ante mi atrevido comentario. Habia evitado mensionarlo. Pero desde que vi a Manuel en el hotel junto a Fran fue como tener tarjeta verde para disfrutar de Flor. Él es un tonto que no sabe valorar lo que tiene. Y puedo darme cuenta que Flor me corresponde, por lo que le pregunto si "mi presencia le molesta", y ella me responde que "no, que le agrada, la disfruta". Sonrio complacido, y no quiero desaprovechar de tenerla aqui para mi, que cierro las cortinas del kiosco y me apodero de sus labios. Y es todo lo que imagino a cada segundo, siento que enredo sus dedos en mis cabellos apretando, su corazón acelerado contra mi pecho al tenerla aferrada a mi. Me deleito besando sus labios, por mas que signifique que este bebiendo veneno y sea mi condena a muerte, lo disfruto enormemente. Mis manos cobran vida propia acariciando su espalda, y al sentir el cierre de su vestido lo bajo al querer sentir su piel, saber como es, mi respiración se agita al acariciarla, esta tibia, suave como seda y su aroma es exquisito.

- Detengase. Me suplica agitada, puedo notar en su mirada que lo disfruta, pero tiene una lucha en lo que es correcto y en lo que no. No estoy dispuesto a darme por vencido.

-No puedo detenerme. Le aseguro aferrado a ella con mi frente apoyanda en la suya respirando su mismo aire.

-No esta bien. Me responde.

-Quien dice lo que esta bien o no... Si lo que haces lo disfrutas... Eso quiere decir que esta bien. Le digo.

-Me confunde. Me dice agitada.

-Acompañeme le sacare las dudas. Le aseguro.

-¿Qué?. Pregunta confundida y la beso nuevamente.

-Vamos. Le digo llevándola conmigo. Siento que ya no puedo atajar al monstruo que trato de contener en mi interior que al sentirla y saborearla quiere devorarla completo como un bife jugoso.

La encamino a mi sector, a mi guarida que es la biblioteca del ala Oeste de la mansión, donde nadie molesta, lejos de los ojos curiosos. Al llegar le indico que pase, duda un segundo pero lo hace y cierro la puerta tras de mi.

-Sabe... Mejor me voy. Musita entre dientes. La veo agitada, como con miedo a lo que siente.

-Solo... Dame un segundo... Despues puedes irte... No te detendre. Le aseguro indicandole que se aproxime a la chimenea a cubrirse del frio.

Ella cruza sus manos nerviosa hacia adelante mirando el fuego de la chimenea.

Me aproximo de atras y la abrazo susurrando en su oido.

-Ves como el fuego debora los leños. Le consulto.

-Si. Me responde con la voz ahogada.

-Dime que opinas... ¿Al parecer esta bien o mal?... Que opinas. Le pregunto dejando que su aroma me invada.

-Esta bien... Para brindarnos calor. Me dice con su voz suave.

-Es lo que sientes en este momento... Como ese fuego te devora por dentro... No quieras apagarlo... Es lo que da calor a tu alma... A tu ser. Le susurro al oido y siento su cuerpo estremecer junto al mio , se gira despacio apoyando sus manos en mi pecho mirandome a los ojos.

-No solo me debora por dentro... Sino que lo siento en el exterior. Me dice.

"Ya estas bajo mi hechizo, me encanta y a la vez me odio, pero no puedo dejarte ir", pienso.

Me aproximo a sus labios despacio mirando a sus ojos, por si me da una señal de que no quiere seguir, pero solo veo deseo y me aprovecho de ello besandola con ganas y estrujandola entre mis brazos. Ella enrieda sus brazos en mi espalda y nuestros cuerpos se alinean. Siento su respiración agitada, su corazón bombeando como un tambor junto al mio a un ritmo que los dos se acoplan en tan agradable melodia. Mis manos se mueven acariciando su figura sobre su vestido, puedo sentir sus formas tan perfectas, moldeadas a medida. Bajo el cierre de su vestido deslizandome a saborear su cuello al despojarlo de esa tela aterciopelada, desciendo a sus hombros tan suaves y delicados. Su piel clara se confunde con mis labios que la recorren saboreandola. Mi pulso se acelera a medida que bajo su vestido descubriendo sus lomas y veo su aureola rosada y delicada bajo el fino fondo que usa sobre su figura como ropa interior. Sin poder contener la devoro haciendo que ella large jadeos tan delicados y pequeños. No la puedo comparar, no existe nadie como ella, su sabor es unico, su aroma suave. Haciendo siguiendo el recorrido que me llevo hasta ahi sujetando con mi mano mientras mis dedos se apoderan de ese boton rosado pequeño lo apredo delicadamente mientras saboreo sus labios nuevamente. Siento que sus aureola se moldea a mi mano con su textura suave y delicada. Le tomo su mano para que sienta con ella lo que tengo para darle. La deslizo hasta la parte baja de mi cintura, su mano tiembla retirandose de golpe y sus colores en sus mejillas estan presente. Le vuelo a tomar su mano para que pierda el miedo. Son pequeñas y delicadas que desliza timida un segundo retirandose nerviosa.

-Lo siento... Yo nunca. Me dice con la voz ahogada.

-Lo se... Solo dejate llevar por lo que sientes. Le susurro sobre sus labios mientras mi mano se desliza bajo su vestido y siento el mar embravecido que de ella surgio y esa sensacion es unica.

-¿Qué hace?. Me pregunta agitada pero no retira mi mano.

-Asi como apoyo mi mano... Puedes hacerlo le indico agarrandola de nuevo a guiarla.

-No sabia que tenian algo asi. Me dice agitada aferrada como si tomara un premio.

Ahogo el placer que me hace sentir con sus toques timidos y delicados.

-Y que pensabas... No te enseñaron anatomia. Le consulto y mi mano no la dejo quieta y su cuerpo tiembla.

-No... No me enseñaron. Me responde y la guió como mover su mano apoderándome de sus labios para que ahogue sus gritos de placer en mi boca.

Trate de comportarme como un caballero, dejarla ir, trate de olvidarme de ella, pero su canto atravesó como flecha a mi corazón y ya no se borra de mi cabeza esa melodiosa voz que tiene. Coloco un almohadon en el piso recostando su cabeza en ella y con mis labios moldeo su figura. Ella inclina su cabeza hacia atras mordiendo su labio inferior. Su sabor es unico, soy como un lobo con su presa que solo quiero devorarla entera. Me dedico a besar cada curva como marcandola como mia, y se que es asi, nunca antes nadie la poseyó, es un tesoro que solo yo descubró. Me elevo besando nuevamente sus labios y mi mano poso en esa zona prohibida a sentir el oceano que se desato.

-Solo si quieres. Le susurro y ella agitada asiente. Sonrio besandola, me dio permiso, pero no es el momento, no aqui, no asi. Se que en cualquier momento nos interrumpirán y si lo hacemos quiero poderla llevar despacio con delicadeza como se merece.Con delicados movimientos acomodo su ropa. Y la ayudo a incorporar. Ella me mira extrañada.

-SEÑOR... LO BUSCAN. Escuchamos que un empleado llama a la puerta.

-ENSEGUIDA VOY. Le respondo sin apartarme de Flor.

-Sabias que nos interrumpirián. Me dice Flor.

-A media noche. Le susurro sobre sus labios como sellando un trato.

-Bueno. Me responde.

-Quedate aqui un momento... Mientras salgo. Le encargo y asiente.

(*Flor)

¿Qué me pasa?, estoy sintiendo emociones que nunca experimente. Sensaciones unicas bajo las caricias y besos del señor Alberto. Se que esta mal, que esta prohibido pero me fascina enormemente. Lo que experimento es como si cayera al Oceano y no sepa nadar, pero si ahogarme significa vivir el placer que me hace sentir sus besos y caricias, lo haria con gusto. Ya no hay vuelta atras, me gusta y mucho. Mi cuerpo solo desea que lo posea. Fue delicado en sus toque, me hizo sentir sus partes prohibidas como para que me familiarice con lo que me quiere entregar, no se como puede hacer eso, lo senti muy grande, grueso, y venoso, mi mano temblo asustada al presentarle la espada que oculta. Yo soy pequeña, no me puedo imaginar como funcione eso. Pero de mi fluye un oceano en una zona que jamas supe que podia producir eso. Tanto nos inculcaron como ser una buena esposa al cocinarle los mejores manjares, en zurcir sus prendas con puntadas invisibles, en mantener todo ordenado y limpio. Ahora que lo pienso, nos inculcaron como servir y no en algo que parece imprescindible y es satisfacer esa parte que tanto les gusta y por no saber hacerlo lo buscan en otro lado. Soy como una pieza de marmol fría que necesita ser moldeada en temas de alcoba en como brindar eso que tanto les gusta, segun oi en las charlas que mantenía mi padre con sus amigos y que nadie podia oir pero daba la casualidad que tenia mi rincon de descanso justo donde ellos se paraban a fumar sus puros junto a la escalera y mi escondite bajo ella para disfrutar de esas golosinas que no tenia permitido para mantener la linea, pero a mi jamas me afecto eso, puedo comer bien y no aumentar de volumen corporal. Aún mi cuerpo tiembla ante el recuerdo de lo que vivi hace unos momentos con el señor Alberto porque justo que se ponia mas candente, un empleado nos interrumpio y se ve que él lo sabia, porque se tomo las molestias en arreglar mis prendas, besandome a modo de despedida y citandome a media noche. De solo imaginarlo me emociono como una chiquilla que le estan por regalar aquello que tanto anhelo. Él sale de la biblioteca, espero unos cinco minutos y salgo dirigiendome a mi alcoba, donde me doy un baño caliente porque tengo impregnado su aroma en mi. Me cambio poniéndome un vestido ceñido al cuerpo en la parte de arriba, de mangas tres cuartos y falda acampanada en tono azul marino. Dejo mi cabello suelto, aplico crema para definir mis rulos. Le doy brillo a mis labios en un tono claro. Me siento de buen humor por lo que mi empeño en estar bella lo hago con gusto. No necesito colorear mis mejillas, de por si estan rojas de solo recordar lo que sucedio.

Me dirijo al piso de abajo tarareando contenta una melodia, con la idea de ir a preparar un pastel. Pero esa sonrisa se me borra cuando veo que el señor Alberto esta parado en la sala frente a frente de una mujer rubia casi alta como él, hablando muy confidentes, cuyas pestañas pobladas abanicaban unos ojos verdes perlados y sus labios rojos intensos, lucia un vestido totalmente al cuerpo en un tono rojo con un escote que revelaba mas de lo que me atrevía revelar, sobre sus hombros descansaba un abrigo de piel en tono oscuro. No se percataron de mi presencia cruce como fantasma atras de ellos y solo alcance a oir que él le dijo.

-Todo se va a solucionar... Tendrá el lugar que mereces. Le dijo el señor Alberto y por alguna razón eso me molesto.

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