Capitulo 5- Conociendo a la cuñada

Cuando se aproximaba vio que un empleado salia por esa puerta al final del corredor con un canasto de ropas para lavar, dejando la puerta abierta. Ella aprovecho a adentrarse subiendo los escalones con cuidado. Llego divisando a la joven sentada al borde de la cama con un expresión triste, se aseguro que nadie mas estaba con ella, para presentarse ante ella. Al verla a Flor, sus ojos celestes se abrieron de par en par mirandola asombrada.

- Hola... Soy Flor... ¿ Y tu?. Le pregunto al presentarse.

- ¿Eres real?... A veces no se si solo es un sueño o es real. Le dijo con una voz debil.

-Si... Lo soy. Le respondio Flor.

-Yo soy Bety. Le dijo con la voz entre cortada.

-¿Por qué estas aqui?. Le pregunto Flor.

Ella suspiro pesado.

-Mi padre me tiene castigada... No accedí a casarme con un viejo banquero. Le respondio con la mirada caida.

-Y por eso estas aqui alejada de todo. Le consulto Flor y ve que ella asienta.

-¿Ya has comido?. Le pregunto Flor.

-Solo me dan una racion diaria. Le responde.

-Esperame... Te traere algo. Le dijo Flor.

-Segura... No quiero que te metas en problemas y te echen. Le dice.

-No soy una empleada... Estoy casada con Manuel. Le dice.

-Asi que tu eres la bella joven de la que todos hablan... Ahora que te miro... Se quedaron cortos al describirte. Le dijo.

-Eres muy amable... Ya regreso. Le dijo retirándose.

Flor se dirigió a la cocina tomando uno de sus contenedores que ella preparo temprano y se lo llevo. No se percato que el tio de Manuel vigilaba sus pasos y sonríe al notar lo que ella hacia. Por lo que cuando vio al empleado que se aproximaba se ocupo de retenerlo para que no vea a Flor.

-Deje que me ocupe. Le dijo serio quitándole la llave por lo que el empleado asistió entregándosela.

Flor llego junto a Bety destapando el contenedor enseñando galletas dulces y saladas rellenas. Ademas de una botella de jugo.

-Uuau... Todo es para mi. Pregunto Bety lagrimeando emocionada.

-Si... Espero te guste... Yo misma prepare. Le comenta Flor que mira expectante.

-Tu también sirvete. Le ofrece Bety.

-Gracias. Le dijo Flor tomando una.

-Esta muy ria... Que tiene. Le pregunto Bety al probar una salada.

-Es con aceitunas. Le respondio Flor.

-Me gusta. Le responde Bety.

-Toma... Te traje jugo de naranja. Le ofreció Flor.

-Mmm... Que rico. Le dijo Bety.

-¿Hace cuanto estas aqui?. Le pregunto Flor.

-Hace un mes... Mi error fue enamorarme de mi profesor de equitación. Le cuenta Bety.

- No es un error enamorarse... Los sentimientos surgen y son como una ola que no se pueden detener. Le responde Flor.

-Que bonita reflexión... Tú te casaste enamorada. Le consulto Bety.

Flor suspiro pesado antes de responder.

-Si. Le dijo con la voz ahogada.

-Pero que paso... No se te ve feliz. Le observa Bety.

-Él no siente lo mismo. Le responde Flor suspirando.

-Ya veo... Eso no es bueno... Pero... No se conocieron antes. Le consulto Bety.

-Si... Pero solo fue por conveniencia... Me lo dejo bien claro en el mismo dia en que nos casamos. Le conto Flor.

-Es triste... Te casas ilusionada... Es como por fin poder montar el potro que tanto quieres... Crees que es dosil... Hasta que te tira al suelo. Le comenta Bety.

-Si. Le responde con pena Flor.

-¿Cómo conociste a mi hermano?. Le pregunto Bety.

-Fue en una fiesta... Lucia radiante... En un traje gris brilloso, su cabello bien prolijo y sus zapatos brillosos... Tenia una pose erguida... Hablando con el grupo de hombres... Y mis padres me presentaron ante él... Yo estaba nerviosa, me puse colorada de la pena, no me salian las palabras. Le contaba Flor.

-Se lo que es esa sensación... Me paso al conocer a Ricardo... Y me recorrio un cosquilleo cuando me ayudo a montar y poso sus manos sobre las mias al enseñarme como sostener las tiras. Le dice Bety.

-Y ¿Cómo era él?. Le pregunta Flor.

-Guapisimo... Un aspecto rudo... Con su cabello abundante ondulado castaño y ojos claros, su piel tostada por el sol... Tenia unos musculos que se le marcaban con la camisa blanca... Siempre lucia pulcro... A pesar de tener su cabello revuelto... Me dijo que era porque no podia darle una forma al peinarse... Entonces lo dejaba asi... Pero cuando hubo un baile, el asistio elegante en un traje azul oscuro y su cabello peinado con gomina le brillaba... Mi corazón dio un vuelco... Baile con él sin importar lo que digan. Le contaba con un brillo en los ojos.

-Aahhh... Puedo imaginarlo... Asi mismo senti al ver a Manuel... Y siempre contaba los dias para la proxima reunion... Porque solo nos veiamos en reuniones... Odiaba tener que usar guantes...Queria sentir su mano. Le dice Flor.

-Cuando me entere que pretendian casarme... Me escape a ver a Ricardo... Le conte lo que mis padres querian... Pero yo lo amaba a él... Decidimos escapar juntos... Pero justo nos pescaron mis padre con los de la guardia... Y a mi me encerraron aqui... Me mantienen cedada para que no escape. Concluye con un tono triste.

-¿Qué paso con Ricardo?. Le pregunta Flor.

-No se... Eso es lo que me mata... Corriamos juntos para alcanzar el tren... Pero a mi me agarraron... Vi que lo siguieron... Pero nunca supe que le paso... Cuando exijo a mi padre que me diga donde esta... ¿Qué le paso?... Me dice que lo olvide... Me pregunta si cumplire... Le grito que jamas me casare con quien él dice... Y me inyecta... Para que deje de quejarme... Me restringe en alimento... Comodidad... Para que ceda. Le cuenta.

-Eso es muy triste... No puedo ni imaginar por la afliccion que pasas... Aunque pensandolo... Puedo entender... Me case con Manuel... Crei que mi dicha era completa... Pero me dijo que solo lo hizo porque debia... Y no porque me queria... Y ahora me siento ahogada... Atrapada... Para colmo... Firme un contrato... Donde dice que solo él puede pedir la anulación... Pero dijo... Que lo hara cuano se cumpla los objetivos de la empresa. Le dice Flor con la voz ahogada.

-Entonces estamos encerradas de alguna manera... Yo aqui en esta pieza pequeña... Y tu en un matrimonio por contrato. Le dice Bety.

-Asi es... Bueno... Fue un gusto hablar contigo... Debo irme. Le dijo Flor una vez que vio que termino de comer.

-Te volvere a ver. Le pregunto Bety.

-Si quieres. Le dijo Flor.

-Si... Me agrada tu compañia. Le dijo Bety.

-Entonces... Nos vemos. Le dijo Flor despidiendose.

Bajo las escaleras reflexionando lo que hablo con Bety,

" Estamos encerradas"

" Ella en esa pieza oculta y yo en un matrimonio por contrato", penso Flor.

Al abrir la puerta con cuidado se encontro con el tio de Manuel, su corazón casi se detuvo del susto, quedo parada congelada en el ultimo escalon. Él la corrio a un lado poniendo llave a la puerta y la llevo aferrado a su mano, hasta su biblioteca antes que alguien la vea.

-¿Qué hacias?. Le pregunto serio con la mirada fija en sus ojos.

-Yo... Solo... Este. Trataba Flor de conjugar alguna frase que no le salia por el miedo que recorre su cuerpo, movia sus manos entre si nerviosa, mirando hacia abajo al no poder sostenerle la mirada. Se ve que hizo algo malo al ir a ver a Bety, pensaba preocupada.

-Vas a contestar. Le insistió el señor Alberto con la voz grave y aspera.

-Le lleve unos bocadillos... Sabia que solo le dan una racion... Acaso es pecado enamorarse... Entonces deberian castigarme asi... Me case enamorada... Y ya ve como me fue. Dijo Flor mirándole directo, tratando de adivinar que pensaba.

-Esta prohibido que tengan contacto con ella. Le aclaro el señor Alberto serio. Eso le habia aclarado su hermano el primer dia que se mudo a vivir ahi cuando pregunto por su sobrina. Y como a él no le gustaba que se metan en su vida no se metia en la de los demas.

-Lo crei mas sensato... Como puede apoyar semejante crueldad... Se supone que es de su misma sangre... Al menos ella tuvo el valor de expresar sus sentimientos... En cambio otras somos tan cobardes... Que solo cumplimos la voluntad de los demas... Engañandonos para creer que esta bien. Reflexiona Flor.

-No me corresponde meterme... No soy su padre... Y usted no es cobarde... Se necesita valor para casarse... A sabiendas de que solo es por conveniencia... Algo hecho por contrato... Unicamente se sabe si se ama... Si sienten que le falta el aire a uno sin el otro. Le dice el señor Alberto mirandola fijo de lo alto conteniendo las ganas de abrazarla.

"¿Qué tiene que me atrae desde que la vi?", penso el señor Alberto.

Él sentia que le faltaba el aire cada vez que no la veia y luchaba con sus emociones, pero todo le quedo mas claro al escucharla cantar, nunca su corazón habia latido tanto como lo hizo cuando ella canto de esa manera tan apasionada.

Ella suspiro pesado, eso no habia sentido hacia Manuel, entonces significaba que no lo amaba, se preguntaba pensativa.

Se giro mirando las brazas de la chimenea buscando su calor, al menos de ese modo sentir que algo abriga su alma helada por la soledad que la invadía. Apenas tenia dieciocho años, toda una vida por delante, tantos anhelos y deseos que creo en base a su vida junto a Manuel. Y ahora que reflexionaba era lo que los demas anhelaban, entonces que esperaba de la vida, que podia hacer, su mejor salida era casarse, tener un hombre que la cuide, la consienta y ella brindarle toda su atención, cuidar de sus necesidades, darle hijos como muestra de su afecto. Eso fue lo que su padre le dijo, cuando ella le planteo que queria seguir su carrera de cantante como soprano lirica. No eres de esa clase, eres ideal para cumplir como esposa, concluyo su padre.

El señor Alberto la miro de espaldas, se aproximo y deslizo sus dedos por un mechon de sus cabellos ondulados bien marcados y brillosos por la crema que se puso para definirlos mejor. Al hacerlo sintio un cosquilleo que le recorre todo su cuerpo.

Ella se giro al sentirlo perdiéndose en sus ojos color miel. Se contemplaron unos segundos como conteniendo el aire, al no atreverse a liberar lo que en realidad deseaban.

-Sera mejor que vaya a descansar. Le dijo el señor Alberto mirandola directo a los ojos, descendiendo a contemplar sus labios que le tentaban.

-Si... Sera mejor. Le respondio Flor sin moverse de donde estaba parada.

Él deslizo sus manos por los brazos de ella como acomodandole su salto de cama, pero solo queria sentirla. Ella no se mostro incomoda ante su roce. Se le aproximo cruzando muy cerca de él dejando su dulce aroma impregnado en sus fosas nasales.

-Que descanse. Le susurro Flor y al estar a punto de marcharse sintio que él le atajo la mano con la punta de sus dedos.

Ella giro levemente a mirarlo desconcertada, sintio su calida mano abarcar toda la de ella.

-Me agrada que visite a mi sobrina... Una amiga le hace muy bien. Le dijo con una voz grave.

-Lo seguire haciendo... Si me facilita la llave. Le dijo Flor.

-Si quiere verla a esta hora... Encontrara sin llave la puerta. Le anuncio y ella asintio, él la solto despacio para dejarla ir apretando la mandíbula al ser su deseo retenerla.

-No le molesta si me llevo el libro. Le consulto Flor.

-Puede quedar a leer... Aún estare un poco mas. Le dijo.

-Solo si no lo molesto. Le respondio Flor.

-No molesta. Le aseguro indicandole el sofa ante la chimenea.

Flor se acomodo tomando el libro de leyes entre sus manos y se puso a leer.

Él se sento en el otro extremo donde siempre era su lugar tomando el libro que acostumbraba leer y parecia no avanzar de la misma pagina. Contemplaba su mano derecha con la que sostuvo la de Flor y aún sentia el calor de ella impregnado en su mano.

Flor leia y le parecia que la mano de él aún estaba sobre la de ella, cada tanto la miraba para asegurarse que no era asi. En el ambiente reinaba el silencio solo el chispeo de las brazas se dejaban oir.

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