13. Luchando

Mientras la búsqueda seguía en la mansión de Dariel Markovy, Liam despertaba en un lugar oscuro que a penas una tenue luz iluminaba, su cabeza daba vueltas y se sentía débil, su estómago dolía y vomitó producto de la droga con la que fue dormido, con sus temblorosas manos tocó su frente para darse cuenta de que tenía fiebre, el inmundo olor fue percatado por su nariz y las nauseas solo empeoraron, Liam no sabía donde estaba, pero por la forma que lograba ver se miraba más como una carnicería, se sentó abrazando sus piernas, en su mente una sola palabra se repetía o más bien un nombre y él no sabía por qué pero

Dariel

Dariel

Dariel

En su interior lo pedía a gritos y es que no recordaba tal situación, pero su cuerpo y mente sí, se sentía solo y lo necesitaba, esperaba verlo entrar por algún lugar rápidamente y solo poder estar entre sus brazos, sin poderlo evitar Liam comenzó a llorar desesperado y sin saber que hacer, se sentía aún más pequeño y no era para menos si su omega interior extrañaba la presencia protectora de su alfa.

El sonido de una puerta vieja rechinar lo hizo levantar la cabeza con esperanza, pero no era la persona que esperaba ver aunque la conocía, Lilian Markovy la cabeza de la familia más adinerada y la madre de Dariel, su cabello rubio y sedoso muy bien peinado con un vestido ajustado que resaltaba su figura, esta persona se acercó a Liam y se sentó sobre una silla al frente del omega, en ese momento Liam se dio cuenta de quien heredo Dariel el ser dominante, se sintió aún más pequeño menos que la nada.

Se lo advertí a mi hijo muchas veces, pero él no escucha, a sido terco desde pequeño incluso en el vientre de Andares, pero ahora lo es aún más -explico encendiendo un cigarrillo. Dariel tiene estatus, dinero, apellido de renombre, pero ¿tú que tienes? , Nada, exacto y eso es lo que él no quiere entender. -suspiro.

No te odio porque fuiste al primero que encontró, no tenías idea de que esto sería así, pero ahora es momento de remediarlo, solo dime que es lo que quieres, te daré la suma que desees, pero hay que deshacerse de ese bebé y luego puedes irte con tu dinero lejos de mi hijo y así se casará con alguien a su altura. -la mujer sonrió forzadamente y lo miró con sus ojos púrpuras.

Liam ya no deseaba dinero o mejor dicho nada ni una sola moneda cambiaría su pensamiento, solo quería una cosa, ver a Dariel, quería sentirse seguro y no como ahora que estaba en una esquina indefensa frente a una alfa dominante que le daba la peor de las opciones.

¿y... y si no quiero? - preguntó Liam con miedo.

En realidad no estás en posición de negarte, me preparé por si esto pasaba -dijo poniéndose de pie. ¿Te gusta?, ¿te enamoraste? -pregunto con notorio disgusto

Liam lo pensó y por más vueltas que le dio no pudo negar el sentimiento que tenía hacia Dariel aunque a veces era todo un bruto y suspiró.

Si - Liam la miró dándole firmeza a su aseguración.

Te enamoraste de la persona equivocada. -hizo una señal y Liam fue levantado entre dos alfas y aunque peleo su cuerpo era demasiado pequeño para luchar contra ellos, fue llevado a una habitación y tirado en una ducha donde fue rociado con agua fría, sacado y desvestido para pon una bata médica, Liam aunque luchó fue más lo que se lastimó fue llevado a un lugar adaptado y cuando se percató de lo que harían pataleo, lloró, su brazo fue quebrado por la fuerza con la que lo sostenían para poder inmovilizarlo pero eso no le importó en lo más mínimo sino el hecho de poder proteger su bebé.

¡NO! ¡BASTA,ES MI BEBÉ!

No importa cuanto gritó de todas formas fue atado a la camilla y sintió todo perdido saltándose a llorar llamando a un solo nombre.

¡ Dariel, Dariel, Dariel ! -lo llamó hasta que la anestesia hizo su efecto en su pequeño cuerpo.

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