CAPÍTULO 18

Muy temprano a la mañana siguiente, mientras los primeros rayos del sol comenzaban a surgir del nublado cielo, una reunión se estaba dando entre la abuela Baba, Scott y varios miembros de la orden en el monasterio.

—¡Muy buenos días, caballeros!—exclamó la anciana—es un gusto saludarlos.

Después de que estos contestaran a su lado, la abuela Baba comenzó  a explicarles varias anotaciones que había traído en algunas hojas, mientras Scott se encargaba de escribir en la pizarra. Todos los allí presentes sabían que tenían la misma misión: detener a una bruja oscura.

—Entiendo lo que quieren decir sobre el amarre que le hicieron a Sir Jeremy—espetó uno de los allí presentes—¿pero podemos asociarlo directamente con la bruja que estamos buscando?

—Sí—respondió Scott señalando la pizarra—¿Qué ven acá?

Los hombres comenzaron a leer lo allí escrito, en una especie de línea de tiempo. El primer evento de la línea de tiempo fue la muerte de la madre de Selena, la tía gemela de la duquesa de Rosaria. Debido a que en esa época aún era la iglesia la encargada de realizar las autopsias, lograron descubrir en su momento atisbos de energía demoníaca en el cuerpo de la mujer.

El segundo evento fue el gran incendio que mató a cincuenta personas, incluyendo a la familia de Serena, en la antigua mansión ducal. Al momento de examinar los cuerpos y las cenizas encontradas en la mansión, también encontraron la misma energía oscura.

El tercer evento fue la muerte de dos soldados de la guardia real de la reina, amigos íntimos de la duquesa Serena, los cuales también presentaban el mismo rastro. El cuarto evento fue el asesinato del sobrino del Papa, que al ser un familiar directo de este pudieron hacer la autopsia lo más rápido posible y asociarlo a lo ocurrido. Que ya la iglesia sabía de lo ocurrido entre el hijo del conde y Serena.

—Y, lo último, ha sido el amarre hacia Sir Jeremy—aclaró la anciana—sin embargo, de entre todos esos sucesos, solo una cosa los relaciona realmente, pese a que tienen la misma firma mágica.

—¿La duquesa de Rosaria?—preguntaron todos al unísono.

Todos quedaron en silencio, por fin habían entendido lo que la abuela Baba intentaba decirles. Solo había una posibilidad: y esa era que la duquesa Serena fuera la misma bruja que hacía años el papa estaba cazando, o que fuera alguien cercano a la misma.

La abuela Baba procedió a explicar que, debido a que aún no tenían determinada la identidad real de la bruja, ella se infiltraría en la mansión aprovechando las vacantes para el personal médico que se habían abierto allí. Si lograba saber quién era, lo informaría de inmediato. No obstante, de estar verdaderamente allí la bruja, debían colocar una barrera en el territorio del ducado antes de infiltrarse.

—¿Una barrera completa?—preguntó asustado uno de los sacerdotes.

—No, si lo hacemos corren el riesgo de quedarse adentro para siempre—respondió Scott—será una barrera semi completa, lo suficiente cerrada como para asfixiar a la bruja y debilitarla, así se mostrará con mayor felicidad si decide atacar con fuego infernal.

Todos asintieron en comprensión a aquellas palabras, sabían que combatir contra una bruja oscura era luchar contra un enemigo mucho más poderosos que otras criaturas. Ya que estas, al haber hecho un pacto con el maligno, tenían control  del fuego del infierno. Por eso brujas blancas como la abuela Baba habían creado alianzas por siglos con la iglesia, puesto que el detener la maldad de brujas malignas como las oscuras eran su prioridad.

.

.

.

.

Con cuidado, el grupo de sacerdotes liderados por Scott comenzaron a rodear puntos claves alrededor del terreno de la casa de campo del ducado, donde empezaron a establecer campamentos y empezar a dibujar las runas para crear la barrera.

Justo en la frontera entre las tierras ducales y el resto del terreno del bosque, la abuela Baba estaba a punto de ser separada de Scott, por la barrera que en segundos sería completada. No obstante, antes de quedar casi aislada de su compañero, volteó para sonreírle.

—¿El joven Scott está preocupado por esta anciana?—preguntó casi tímida—¡No te preocupes! ¡Volveré! Si no fuera porque soy una anciana, ya te hubiera hecho mi esposo. Pero ya que tu futura esposa está por nacer, debo de ayudar a su madre.

—¡Ah!—suspiró cansado Scott—¿por eso me pidió la poción de fénix?

La anciana se cerró antes de quedar atrapada dentro de la barrera y comenzar a caminar rumbo a la casa de campo. Ella quería ayudar a la duquesa, y según lo que había logrado ver en su visión, donde Serena quedó gravemente quemada, le serviría muy bien la poción curativa de Scott.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***