capítulo 10

Ya por la mañana, Abdelary llamó a su padre y habló con él.

_ Padre, no quiero que ningún miembro de nuestra familia le reclame a Mandla por casarse conmigo, lo que sí quiero decirte es que no quiero fiestas, solamente estará nuestra familia.

_ ¡pero hija!

_ Por favor padre, no quiero ningún tipo de celebración

_ Él te quiere y no verá con buenos ojos esto.

_ Eso lo debió pensar antes de ir con el rey.

Lo segundo, es que quiero que se vayan de este lugar

_ Lo he pensado también.

_ Mi hermano te necesita y vivirán mejor que en este lugar

_ Si se quedan no podré estar tranquila.

_ No te preocupes hija, haré lo que sea conveniente para proteger a mi familia, te lo prometo.

_ Muchas gracias, padre.

_ Gracias a ti hija, eres mi gran tesoro.

Cuando Halima se encontró nuevamente con su hermano este le dice:

_ Te dije que pasaras tiempo con ella, no que te quedaras a dormir con ella.

_ Sigue con tu regañadera y no te digo nada, aunque hice un juramento, mejor dejémoslo así.

_ Claro que me contaras ¿Qué hicieron?

_ Primero realizamos una sesión de sanación.

_ ¿Qué es eso?

_ Mejor no preguntes.

_ Dime

_ Pues ella escogió a algunas personas a las que quería decirle algunas cosas y no te imaginas quienes fueron los elegidos.

_ ¿Yo?

_ Si, tú y el rey.

_ ¿Qué dijo de mí?

_ Mejor pregunta que no dijo

_ ¿Qué?

_ Dijo que eras un arrogante, que pretendes que todos estemos a tus pies, pero serás tú quien estará a sus pies.

_ ¿Ella dijo eso?

_ Si, también dijo que te detesta por haber hablado con el rey y no con sus padres. Le caías bien, pero ya no, ¿Sabes cuál es el sacrificio que le tocó hacer?

_ No, dime

_ Casarse contigo por la vida de cada miembro de su familia, se casaba contigo o mataban a toda su familia.

Mandla se puso las manos en la cabeza.

_ ¿Qué hice? Voy a hablar con ella.

_ No, ¿qué haces? Me meterás en problemas.

Y lo que dijo del rey me dejo sin palabras.

_ ¿Qué dijo?

_ Cuando la reina, madre de tu novia, estaba dando a luz tuvo un niño albino y cuando el rey lo vio hecho a la reina con dolores de allí no tuvo misericordia del bebé que no había nacido ¿y sabes quién era ese bebe?.

_ Abdelary…

_ Y ahora esa niña se sacrifica para que su reino esté bien, ¿no te parece injusto?

En la noche cuando dormían, Abdelary escucha que la llaman, y como siempre aquel hombre aparece con su leona al lado, y por primera vez ve su rostro y es Mandla, pronuncia su nombre y él la mira triste y le dice…

_ Perdón, perdón, perdón, se escuchaba en eco.

Abdelary despierta pronunciando el nombre de Mandla, y Mandla despierta pronunciando el nombre de Abdelary con una gran sonrisa, Abdelary está preocupada pensando que se está volviendo loca.

Se levanta y escucha en su mente.

_ Abdelary, no quise hacerte daño, perdóname.

_ Mandla, sal de mi cabeza por favor me estás asustando.

_ No tengas miedo, te dije que somos almas gemelas, muchas veces quise conectarme contigo y no lo había logrado, pero me esforcé y lo logré.

_ Eres hechicero ¿verdad?

_ No.

_ Seas lo que seas te quiero lejos de mí, lejos.

_ Acuéstate.

_ ¿Para qué?

_ Por favor, hazme caso.

_ ¿Cómo sabes que estoy de pie? Solo lo imaginé, ¿Me vas a perdonar?

_ No.

_ Ya estás acostada.

_ Si, pero déjame decirte que le voy a decir a mis padres que me estás molestando en las noches

_ No te van a creer, Abdelary deja de hablarme golpeado _ dice esto y ella se sacude y se queda dormida de nuevo.

Cuando se levanta se da cuenta de que solo era un sueño, aunque le hubiera encantado que fuera realidad. Se levanta, se organiza y va a la sala y su cuñada la está esperando con una gran sonrisa y con un detalle.

_ Te traje esto

_ ¿Qué es?

_ Dulces tradicionales de nuestro reino.

_ Muchas gracias, Halima.

_ Después de desayunar probó uno de ellos.

_ Que delicioso está, toda la familia quiso probarlos y a todos les encantó.

Su abuelo estaba mucho mejor y después de tres días los ánimos estaban más arriba en la familia.

_ Estaba sentada en la sala cuando siente que la leona de Mandla se le acerca.

_ ¿Qué haces aquí? Si mi madre te ve me va a matar, no confía en los leones; espérate, si tú estás aquí es porque el tonto de Mandla está cerca.

_ Hija tienes visita.

_ Madre, dile a quien sea que me busca que no puedo recibir visitas en este momento, estoy muy ocupada.

_ Yo te veo allí sentada sin hacer nada _ Dice Mandla.

_ Madre, dile que yo me levanto muy temprano y que a esta hora descanso.

_ Pues siempre hay cosas por hacer.

_ Madre dile que yo

_ Bueno ya, a mí me respetan ustedes dos, si no tienen nada importante que hacer, yo sí.

_ ¿y qué es lo que pasa? _ dice Bongani.

_ Padre, el señor aquí, que cree que las mujeres somos esclavas, las mujeres tenemos las mismas capacidades ¿o se les olvidan las mujeres del reino de Dahomey?, son mis favoritas y le ganaban a cualquier hombre.

_ Dejen de pelear, pronto se casarán.

_ Por eso vine, para que miremos lo de nuestro matrimonio

_ Si, yo hablé con mi hija sobre eso.

_ No hay mucho de qué hablar de ese matrimonio, ya que no hay mucho que organizar.

_ ¿De qué hablas?

_ Solo estará nuestra familia en nuestro matrimonio, no quiero fiestas ni nada de eso.

_ ¡Tu no me puedes hacer eso Abdelary!

_ Lo estoy haciendo gran general.

_ Soy un general y cuando un general se casa realiza un gran banquete, una gran fiesta.

_ ¿Qué le vamos a decir a nuestros hijos?

_ Hijos, ¿Qué hijos?

_ General Bongani, dígame que su hija está bromeando.