capítulo 7

Abdelary decide entrar a la casa y cuando ve a su madre inmediatamente dice…

_ Madre, el rey quiere obligarme a casarme con un general, yo no quiero casarme, no estoy preparada para tener marido, apenas mi hermana se case me iré lejos donde el rey y ese viejo decrépito del general no me pueda encontrar.

_ ¿Y cómo sabes que es un viejo?

_ El rey habla de él como el gran general, como si fuera la gran cosa.

Mientras la joven hablaba, su padre miraba al general y sonreía, Mandla estaba serio.

_ Créeme madre, que si el rey sigue con la idea de casarme con ese hombre, al gran general le irá peor que al esposo de kaya, ¿recuerdas lo que le paso?

_ Hija, no digas eso, eres una buena muchacha.

_ Si, pero...

_ Pero nada.

Mira a su padre y toma su mano derecha y la besa.

_ Padre ¿no sabía que estabas aquí?

_ Dime ¿por qué hablas así?

_ No me prestes atención padre, solo estoy furiosa.

_ Ni siquiera con ira debes hablar así.

_ Sí señor, lo siento mucho.

_ Hablaste tanto que no te diste cuenta de que tenemos visita.

_ La joven mira, y ve a aquel hombre frente a ella mirándola fijamente, siente que sus rodillas tiemblan.

_ hija te presento a Mandla, el gran general.

No sabe que decirle, así que le dice.

_ Señor, discúlpeme si lo ofendí con lo de viejo decrépito, pero en lo otro que dije: no retiro mis palabras, no me caso y no me caso.

_ Cómo él no dice nada.

_ Padre ¿dime que él no habla nuestra lengua?

El general solamente se ríe a carcajada, y como Mandla solo la observa muy serio, le habla en suajili que es la lengua más hablada en áfrica

_ General, mucho gusto, soy Abdelary, bienvenido a nuestra casa.

El general reacciona.

_ Muchas gracias, soy Mandla.

_ Cuando tenga tiempo necesitamos hablar, necesito explicarle algunas cosas que son muy importantes.

Claro que sí.

Abdelary mira a su padre y le dice sonriendo.

_ Padre, cambiaré de estrategia, no pelearé con él me haré su amiga, lo convenceré de que yo no le convengo como esposa y que se case con alguna de las princesas, cualquiera de ellas estaría feliz de casarse con él.

_ ¿De verdad harás eso?

_ Si madre, además, después del matrimonio de mi hermana me iré de este reino.

_ ¿Por qué?

_ Quiero cambiar de ambiente.

_ Hija, necesitamos hablar, haberte dejado tanto tiempo con tu abuelo me preocupa.

_ No tienes de que preocuparte padre, todo está bien.

_ Yo no estoy tan seguro de eso, y menos después de saber todo lo que ha hecho Hakim.

Abdelary mira a Mandla, él le sonríe y ella hace lo mismo.

_ Madre, ¿sabías que él tiene una leona afuera de tu casa?

_ Ustedes dos están locos, inicio a creer que son tal para cual

_ ¿De qué hablas?

_ El mismo lunar que tienes tú lo tiene él.

_ Estás bromeando ¿verdad?

_ No, estoy hablando en serio y él dice que son almas gemelas.

_ Y ahora como le saco eso de la cabeza a este hombre, ¿me pueden decir quien le dijo que yo tenía ese lunar?.

_ Lo supo solo con verte, a nosotros no nos involucres.

_ No sé por qué siento que cada vez me hundo más en este pantanero, desde ayer todo lo que me pasa es muy extraño y todo está relacionado con este hombre.

De todas maneras, sigo pensando que no pienso casarme con nadie, por muy general que sea, voy a ayudarle a mis hermanas, mañana es la boda y todavía faltan algunas cosas, madre vamos a ayudar.

_ Estoy rendida, necesito que esto termine ya

_ Y mi padre no ha ayudado en casi nada, que falta de consideración.

_ Para que si ustedes regañan por todo.

La joven se despidió de todos y salió, su padre se burlaba del gran general, pero a él no le molestaba.

_ Viejo decrépito, mi hija es muy original, pero algo me preocupa, la he notado muy preocupada y lo que pasa no tiene que ver contigo, ¿tú si crees que te va a ser caso?

_ claro que si.

Al día siguiente.

Todos estaban muy ocupados en la casa del general Bongani, Aziza no dejaba de llorar, en las horas de la tarde ya en la fiesta, Abdelary vestía un traje muy colorido al igual que su turbante, sus joyas combinaban muy bien con su traje, y cubrió su rostro con un velo blanco.

Los novios estaban felices, Barika sonreía al igual que su esposo el príncipe Gamal, Abdelary estuvo un rato con ellos, mientras la novia bailaba se acercó a Gamal, le dio un abrazo y le dijo: si haces sufrir a mi hermana, mis hermanos y yo te cortaremos la lengua y créeme que es lo menos doloroso que te haremos.

_ ¡Yo también te quiero!, no te preocupes, amo a tu hermana y no me preocupa tener un hijo albino.

_ Que bueno.

Se alejó y cuando quiso retirarse alguien tomó su mano y la hizo estremecer, quiso esquivarlo y él no se lo permitió. Trata de quitar su velo.

_ ¿Qué haces?

_ Quiero ver tu rostro.

_ No, ¿Estás loco? Me meterás en problemas.

_ ¿Por qué te metería en problemas?

Lo toma de la mano y lo lleva hasta debajo de un árbol.

A las personas les molesta ver a personas como yo, si no fuera hija del general, sería peor, nadie me toca porque le tienen miedo a mi padre

_ ¡Pero eres hermosa tal cual eres!…

_ Muchas gracias, pero es mejor que te intereses en alguien con una vida menos complicada que yo, la mayor de las princesas es hermosa e inteligente, harían una bonita pareja.

Abdelary, en mi reino hay mujeres mucho más bonitas que las princesas, y si solamente buscará belleza no estaría aquí, tú eres única, no solo es tu belleza es tu esencia.

_ ¡Dios! Aléjate de mí, pronto haré algo y sentirás miedo de acercarte a mí, no soy lo que piensas.

_ ¿Qué vas hacer?

_ No te lo diré, pero cuando escuches el escandalo sabrás que hice.

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