Días después.

...Días después...

Rogelio y yo nos fuimos de luna de miel, por una semana, a una cabaña a las afueras de Nueva York.

Era hermosa, rodeada de naturaleza por todas partes. Lugar perfecto donde puedes respirar aire fresco y poner todas tus ideas en orden.

Rogelio y yo, llevamos una semana de ensueño. Él todas las mañanas se levanta y prepara el desayuno para los dos.

Hasta creo que en esta semana me he enamorado locamente de él. Me encanta despertar y verlo a mi lado abrazando mi cuerpo, sentir sus labios, recorrer con dulzura y ternura los míos.

Esa manera en que a veces se comporta posesivo, como si tratara de decirme que es mi dueño. Sin embargo, es una actitud que me fascina.

Me hace sentir como una reina cada vez que estoy a su lado. Me consiente y me trata como un tesoro, aunque, cuando estamos en la cama, pierde los modales y es demasiado rudo. Se olvida de ser un caballero, y me toca de una manera adictiva.

Observaba cuidadosamente el rostro de mi esposo, pasé mis dedos por él hasta tocar sus labios. Esos labios ardientes que saben como hacerme olvidar de todo.

Anoche después de hacer el amor. Rogelio se puso a trabajar con ayuda de su computadora, se quedó despierto hasta casi el amanecer.

Ahora me toca a mí consentir a mi esposo. Me levanté de la cama sin hacer ningún ruido.

Me pongo silenciosamente la bata de seda. Me colocó las pantuflas, asegurándome que no se despierte.

Le doy un ligero beso en los labios y salgo de la habitación. Al llegar a la cocina, ya tengo una idea de lo que quiero cocinarle a Rogelio.

Abre el congelador y sacó algunos vegetales, también pechuga de pollo. Todo lo llevo a la mesa, y escojo los vegetales más frescos.

Lavó todos los vegetales con mucho cuidado. Al tener todo listo, comienzo a preparar la comida.

Solo espero que a Rogelio le guste el desayuno que le voy a preparar. Ya que no sé cocinar cosas tan extravagantes como las que él está acostumbrado.

Por casi una hora dentro de la cocina, he terminado de preparar el desayuno para mi esposo.

Me encuentro distraída, terminando los últimos detalles que no me doy cuenta de que mi esposo estaba detrás de mí.

Siento unas manos apoderarse de mi cuerpo por detrás. Su cabeza se pone en medio de mi cuello y me da un besito pequeño que hace erizar mi piel.

____ Huele delicioso, mi amor. ___ Me murmura, Rogelio, cerca del oído.

...¡Oh por Dios!...

...No sé qué tienes de hombre, pero cada vez que lo tengo cerca, mi cuerpo siento un extraño calor. Mi piel grita ser tocada por sus manos, mi entre pierna se moja al solo escuchar su voz cerca de mi oído....

Giré mi cuerpo enredando mis manos en mi cuello de Rogelio. Mis labios se unieron inmediatamente los suyos.

Me gusta sentir su lengua dentro de la mía. Sus manos se meten debajo de mi pijama y acarician mis glúteos. Empuja mis bragas y mete uno de sus dedos en mi agujero.

Es un hombre pervertido, me dice cosas sucias al oído. Deseando tanto estar en sus brazos. Mi cuerpo le pertenece, pierdo la voluntad ante él.

Es un hechicero que sabe tomarme con solo besarme y acariciar mi cuerpo. Me lo hace saber en todo momento que soy suya y qué él es el único que sabe volverme débil.

Reconozco qué gusta sentir como me toca. Sentir sus manos recorrer cada parte de mi cuerpo, sentir esa placer, tan inmenso. Me hace sentir deseada, amada, y con la autoestima alta.

Rogelio me levanta y me pone encima de la mesa, mis dedos se enredan en su cabello, mientras pasa su lengua por mi cuello. La bata se desliza por mis hombros hasta caer al piso. Luego mi pijama desaparece de mi cuerpo.

___ Antes del desayuno quiero comerme a mi esposa. Es más deliciosa. ___ Comenta, girando mi cuerpo boca abajo.

Mientras mi da por detrás, agarró con fuerza el fijo de la mesa. La mano de Rogelio estaba colocada en mi cuello, y el placer era mayor. Soy masoquista en la cama, y de eso me estoy dando cuenta.

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...Narra César...

Llevó una semana embriagándome. Tratando de olvidar a Katy. No puedo evitar sentir este dolor tan profundo dentro de mi corazón.

Es rabia, impotencia, frustración, odio, y miles de sentimientos más. Para mi mala suerte, esa niñita estúpida se ha convertido en mi obsesión.

Katy es mía, solo mía. ¿Por qué habiendo tantos hombres en el mundo, se casó y se entregó a mi tío? ¡Es una maldita cualquiera!

No espero nada y se acostó con él. Solo buscaba un pretexto para hacerme infiel con otro hombre.

...¡Maldita puta!...

Grité fuertemente. En eso se abre la puerta de golpe. Entra mi padre, y se acerca a mí. Me arrebata la botella en mis manos y la arroja a la pared.

Los cristales de la botella quedaron extendidos por todas partes. Levanté un poco la cabeza, observando la expresión en la cara de mi padre.

___ ¡Es suficiente, César!

___ Levantate y ve a bañarte.

____ Tienes que ir a la empresa y ocupar el lugar que te corresponde como un Bustamante... Aunque por ahora Rogelio tenga el control de las empresas. Tú eres el vicepresidente y así será hasta que mueras, fue la voluntad de mi padre.

Una sonrisa amarga apareció en mis labios. El abuelo, solo me dejó a cargo como vicepresidente porque nunca supo que yo fui el causante de la muerte de Mauricio. De lo contrario, jamás me hubiera dejado ese puesto y tampoco me hubiera metido al testamento.

___ Vete, no quiero ver a nadie... ¡Quiero estar solo! ___ Contesté casi gritando.

___ Esa mujer no merece lo que estás haciendo por ella. No se merece que te dejes caer en el vicio.

___ Sí, quieres vengarte de Rogelio por quitarte a esa cualquiera, esta no es la manera. ___ Me dice mi padre.

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