17. Poniendo límites

Karoly duerme profundamente en los brazos del príncipe Carpio, quien acaba de despertar y acaricia su cabello castaño, han hecho el amor hasta cerca del amanecer, la joven mujer de Fontana lo ha sorprendido, para ser su primera vez, le había seguido el ritmo, y experimentó sin reparo.

Carpio la acomoda delicadamente en la cama sin despertarla y la cubre con una manta, mientras él va por su bata para cubrirse.

Afuera de la habitación hay dos criadas murmurando cuando se acerca la señora Martha...

- "¿Qué es lo que hacen?, ¿Todavía no terminan de limpiar la habitación del príncipe?", preguntó la señora Martha de manera seria.

- "Lo siento, el príncipe aún duerme", comentó una de las criadas.

- "Su Alteza Real no suele dormir hasta tarde, estará enfermo", dijo preocupada la señora Martha sacando un manojo de llaves.

- "No lo creo, la señorita Karoly no está en su habitación, se nota que no ha dormido ahí anoche, debe haberse quedado con el príncipe", dijo la otra criada.

- "Tonterías, el príncipe puede divertirse con alguna u otra mujer, pero jamás las deja dormir en su habitación", expresó la señora Martha encontrando la llave de la habitación de Carpio.

En ese momento, el príncipe Carpio abre la puerta, las criadas disimuladamente tratan de mirar hacia adentro para confirmar su suposición.

- "¿Por qué están afuera de mi puerta?", preguntó el príncipe. "Ya olvídenlo, necesito que me preparen la bañera, dejen varias toallas", siguió ordenando, como las muchachas se quedaron quietas gritó "¿quieren perder la cabeza?, ¡vayan ya!".

Las criadas se estremecieron y se fueron corriendo, la señora Martha lo quedó mirando.

- "¿Esa muchacha durmió con usted?", preguntó la señora Martha sin reparo.

- "Lady Karoly es mi novia ahora, a usted la estimo mucho, señora Martha, pero quiero que quede algo claro, haré todo que esté a mi alcance para convencer a Lady Karoly de ser mi esposa, así que será la próxima reina de Susumira, agradeceré que eso quede claro para todos en la residencia", expresó Carpio con solemnidad.

- "Sí, Su Alteza Real, como usted ordene", respondió la señora Martha, haciendo una reverencia para luego alejarse.

Carpio volvió adentro luego de cerrar la puerta, Karoly estaba abriendo los ojos y él se apresuró a sentarse a su costado.

Karoly se sentó, sintió una incomodidad en su zona íntima, el descubrimiento del placer le hizo tener las increíbles ganas de experimentar todo eso anoche, pero ahora pensaba que tal vez exageró un poco, quiso disimularlo, la mirada fija de Carpio la hizo sonrojarse.

- "Si te molesta demasiado, puedo pedir algo para aliviarlo", dijo Carpio.

- "No, yo puedo encargarme, no creo ser la primera mujer que haya tenido una larga y explosiva sesión de sexo en su primera vez", manifestó Karoly con una sonrisa pícara.

- "Siempre eres directa, ¿no?. Pedí que nos preparen la bañera, tal vez quieras seguir lo que dejamos pendiente dentro de ella", dijo Carpio con mirada seductora.

- "No", se apresuró a decir Karoly, lo había disfrutado inmensamente, pero no estaba lista para seguir en ese momento, "es que yo...", continuó diciendo una Karoly nerviosa.

Carpio sonrió le dio un beso en la mejilla y le susurró "puedo esperar, solo quiero que estés bien, para que lo disfrutes tanto como yo". Karoly lo quedó mirando, le sonrió, acarició el rostro del príncipe de cabellos rojos y ambos se quedaron mirando con amor en los ojos.

Una semana después emprendieron el viaje al castillo real de Susumira, Karoly se sorprendió con lo gigantesco e imponente que era ese lugar, había oficiales en cada rincón como si esperaran que en cualquier momento los atacaran.

En aquel castillo había residencias para invitados especiales, Carpio llevó a Karoly a una de esas, y pidió a gente de su absoluta confianza para que estén a sus servicios.

- "Si hay algo que no es de tu agrado me avisas, te presentaré a mamá después de hablar con ella, más tarde vendré con alguien que me ayudará para armar tu plan de entrenamiento", dijo Carpio, ella sonrió.

- "No te preocupes, estaré bien. Solo que no me gusta estar encerrada mucho tiempo, si me aburro me voy a ir", manifestó Karoly.

- "¿Estás segura?, estoy convencido de que tenemos una conexión profunda, tal vez me extrañes demasiado", expresó Carpio, para bajar los besos de la boca al cuello y luego al hombro de Karoly.

- "Cariño, no te confundas si no me siento libre igual voy a volar. Aunque hayas sido el primero y hasta ahora el único hombre en mi vida, Carpio eso no te da derecho a nada de mí. Yo no tengo dueño, ni soy adorno, podemos compartir el cielo, pero jamás me quedaré encerrada en una jaula. No quiero lastimarte, solo quería dejar en claro, que no voy a morir por falta de amor"; manifestó Karoly para luego sonreír.

- "Vive llena de amor, es mi mayor deseo", dijo Carpio, para luego besarla apasionadamente.

Carpio la tomó de las caderas y la elevó, ella enrolló sus piernas en la cintura del príncipe, puso su cabeza hacia atrás mientras él recorría con sus besos la piel que mostraba el escote para llegar a su pecho rápidamente; luego de algunos gemidos, Karoly bajó del príncipe si no se detenía terminarían haciéndose el amor ahí en medio de la sala, y había sentido miradas curiosas a través de las ventanas.

Karoly fue a acomodar sus cosas, sonreía cuando miraba con cariño aquellas que le había regalado Carpio, especialmente las espadas hechas especialmente para sus manos. Volteó cuando sintió que alguien la miraba fijamente, frente a ella había una joven mujer de ojos miel y cabello rubio, que la miraba de pies a cabeza.

- "¿Se te perdió algo?", preguntó Karoly.

- "Tú debes ser la chica de Fontana que hizo perder la cabeza a Senswal, no sé que haya visto su Alteza Real, no hay nada extraordinario, cuando se canse del juguete nuevo, te botará sin remordimiento, no te acostumbres a Susumira", dijo con altanería Lady Perla.

Karoly sonrió, se acercó despacio a ella, y la miró con el mismo desprecio.

- "Mientras esté en este lugar y el príncipe lo disponga, actuaré como si esto fuera mío, lo que él haga conmigo no es asunto de nadie y si no quieres conocer la magnitud de mis acciones, te voy a conceder la oportunidad de largarte ahora mismo", manifestó Karoly.

- "Esto no es Rojo, estás en el castillo y gobierna la reina, acá el príncipe Carpio no podrá defenderte y con secundarte, así que baja tus revoluciones, niña ignorante", expresó Lady Perla con altanería.

- "Te lo advertí", dijo Karoly.

Sin que Lady Perla se lo esperara, Karoly le dio una bofetada que la arrojó al suelo, Perla se puso de pie rápidamente y estaba dispuesta a pelear con Karoly; sin embargo, no fue lo suficientemente rápida, después de algunos golpes, Karoly logró someterla y la jalaba del cabello, sacándola de la residencia y llevándola hacia el patio, había notado que había lodo cerca de los caballos y la arrastró hasta el lugar haciéndole comer el lodo, solo la soltó cuando varios oficiales se acercaron.

- "La próxima vez que se te ocurra ofenderme, te haré comer estiércol, acuerdate bien de mi nombre y mi rostro, soy Karoly y no perdono las ofensas, y me vale quien lo haga el más vil de los mortales o el más grande de los reyes, yo me cobró todo lo que me hacen, cien veces más", gritó Karoly

Lady Perla no pudo pararse sola, tuvieron que ayudarla a salir mientras no podía evitar llorar, nadie se atrevió a detener a Karoly, solo la observaron mientras regresaba a la residencia; su mirada y su fiereza parecían emular las mismas que poseían el príncipe Carpio.

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