4. Beso desenfadado (+18)

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...La historia contiene escenas para público adulto...

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Una mujer con cuerpo sensual se mueve a ritmo de una música que parece un ritual, ella se va desprendiendo de cada una de sus prendas, mientras que el hombre desnudo que tiene enfrente la observa con absoluto deseo.

Se acercó a él llevando una pequeña botellita con aceite de fresas para cubrirlo de la cintura hacia abajo, para luego degustar directo en la piel, al punto de arrastrarlo lo más intenso del placer, sabe perfectamente lo que él busca.

Luego de eso, aquel hombre de mirada siniestra la tomó del cuello y la arrojó sobre el tálamo boca abajo, para luego darles fuertes palmadas que enrojecen su piel, solo gime con fuerza; después el hombre la sujetó de las manos poniéndolas en su espalda para tenerla inmovilizada; pronto ella sintió que él estaba dentro y arremetía una y otra vez mientras la jalaba hacia él, sujetando su ondulado cabello.

Odiaba, ella odiaba a ese hombre, se había visto obligada a casarse con el sujeto que mató a su padre, dejándolo con ello convertirse en el rey de su nación, de su pueblo. Vive ese teatro para complacerlo siempre, mientras recuerda otros brazos, otros besos, otras caricias.

Él se mueve con desenfreno dentro de ella, quien se contrae sintiendo que en cualquier momento perdería la fuerza con la que se sostenía, cuando él terminó ella cayó rendida en el tálamo; aquello ya era una rutina, voltea y sonríe fingiendo lo que no siente; él la besa mordiendo sus labios.

- "¿Cuánto tiempo estarás fuera?, preguntó ella.

- "El que sea necesario, necesito afianzar mi poder en Pallango, pronto también deberás venir, te necesito en el Tribunal de Justicia", respondió el sujeto.

- "¿Nadie sospecha?, esa identidad de conde de Shashoug no la entiendo; ¿por qué arriesgarnos a estar en ese preciso lugar?", insistió la mujer.

- "Para ser un demonio de fuego, eres bastante tonta, por eso nosotros los diantres de la muerte gobernamos estos territorios", comentó el sujeto.

- "¿Diantres?, ser un Senmorta no los hace igual a nosotros", dijo la mujer sin pensar, recibiendo de inmediato una bofetada que la llevó al suelo.

Ella apretó con fuerza los puños, está atrapada en esa posición, necesita mantener su lugar de reina, y esperar que el tiempo pase por sus ojos; sigue pensando si todo saldrá como lo planificó, hubiese querido que la hija que tuvo naciera como la bruja de fuego para recuperar sus poderes, pero nació tan humana como su padre; tal vez la única forma en que esa pequeña estaría a salvo, pero la dejó a ella sin la herramienta que necesitaba.

Por otro lado, Karoly mira detenidamente los árboles siente que ha visto una sombra, sabía que debía tener cuidado, ese territorio era peligroso, pero aún estaba cerca a la frontera de Fontana y no había atravesado las montañas más altas, debía encontrar el castillo del que le habló su padre.

Carpio se había alejado algunos metros, cuando se dio cuenta de que unas sombras corrían entre los árboles, era evidente que no lo buscaban a él, entonces recordó a la joven hija del duque de Husag, los entes sospechosos se dirigían al lago, la superaban en número, intentó decirse a sí mismo que no era su problema, pero mordiendo los dientes se obligó a regresar.

Karoly apenas se había vestido, cuando escuchó que venían hacia ella, estaban muy cerca para usar su arco, así que se aferró a su espada y preparó sus sentidos.

Cuatro hombres extraños aparecieron frente a ella, atraídos por el rastro imperceptible de la muchacha, ellos podían ver lo que era invisible para los hurmayos, Karoly traía la tentación del fuego en su piel, dicen que quien se acuesta por primera vez con una de ellas, recibe el conocimiento místico, que le brindará el poder de conocer el destino y alterarlo; para un humano común eso podría ser confuso y necesitar años para entenderlos, para un Senmorta eso sería mucho más fácil.

Karoly pudo notar en su mirada lo que buscaban, cualquiera sea la especie, parecía que no podía librarse de tales intenciones, empuñó su espada y se dispuso a pelear; y los sonidos de los metales que sintieron en el lugar, los animales salieron despavoridos.

Unos minutos después, Carpio atravesó el bosque con espada en mano dispuesto a vencer a los sujetos, pero se quedó sorprendido al ver a tres tirados en la tierra, para luego ver cómo Karoly atravesaba con su espada al cuarto sujeto.

- "Las empuñaduras deberían ser más delicadas para mis manos que son más pequeñas, por eso todavía soy bastante torpe con ellas, no he logrado encontrar a alguien que me pueda hacer algunas a mi medida, ¿qué haces por este lugar rojito?, ¿me estabas espiando?", preguntó Karoly, mirando a Carpio.

- "¿Espiando?, no. Esta parte de Rojo es el lado de Susumira, quien no debería estar acá es usted", dijo Carpio.

- "¿Es cierto eso?, pensé que aún seguía en Fontana, lo siento Su Alteza Real", expresó Karoly intentando ser formal.

- "¿Y esa actitud?, hasta ahora siempre ha sido informal", manifestó Carpio con cierta confusión, mientras juntaba los cuerpos de aquellos sujetos.

- "Estoy en otras tierras, sus tierras, sé que debo guardar cierto comportamiento en esos casos", agregó Karoly.

- "¿Sabe quiénes son? Y ¿Qué querían?", preguntó Carpio, sentía que esa muchacha no estaba ahí por casualidad.

- "Lo único que puedo darme cuenta, es que no son de Hurmaya, y por sus obscenas miradas supuse que querían acostarse conmigo", dijo Karoly mientras recogía sus armas.

Carpio se quedó absorto, como siempre esa mujer no tenía el comportamiento modosito de una dama de Fontana.

- "¿Por qué me mira así?, ¿dije algo raro?", preguntó Karoly después de acomodar todo para seguir su viaje.

- "¿Usted no es una rosa delicada, verdad?, ¿a dónde va?", inquirió Carpio.

- "Soy una mujer, no una rosa. Pensé que ya se había dado cuenta de ello, ha mirado muchas veces mi pecho y mis nalgas, no ha sabido disimularlo bien, debería mejorar eso. Estoy buscando un castillo, debe tener unos grabados especiales, como estos (enseñándole unos pergaminos)", comentó Karoly con ojos vivaces.

Carpio se sintió avergonzado, solo tragó saliva e intentó actuar calmadamente.

- "Es un antiguo lenguaje, lo único que entiendo es algo como el embrujo del mar, y le aseguro que estamos muy lejos de cualquier agua salada. ¿Por qué está interesada en esto?", inquirió Carpio.

- "Es un secreto, y sé que el castillo debe estar por acá. Disculpe debo seguir avanzando", respondió Karoly para seguir su camino.

- "Podría encontrarse con más sujetos como esos, y no tener tanta suerte", dijo Carpio tomando el brazo de Karoly, "además está en tierra de Susumira y necesitaría permiso", continuó diciendo el príncipe.

- "Es realmente muy importante para mí, encontrar ese castillo, tengo oro y joyas, ¿cómo obtengo el permiso, Su Alteza Real?", preguntó Karoly algo incómoda.

- "Es demasiado peligroso, jamás podría convencerme de otargarselo. Soy un príncipe, no necesito ni oro, ni joyas. Es mejor que regrese a Fontana, no hay nada que pueda darme para convencerme", afirmó Carpio con seriedad.

- "Entiendo. Debería darle algo que usted no tenga, se acerca para decirle que puedo ofrecerle, puede que lo convenza", expresó Karoly con mirada tierna.

Carpio se acercó, pensando que le iba a susurrar algo, pero ella se colgó de su cuello, y posó sus labios sobre los del príncipe, quien con la sorpresa inicial se había quedado estático, pero cuando ella empezó a profundizar más el beso, el reaccionó respondiendo con intensidad y desenfreno, Karoly no había sentido un beso tan profundo antes, por un momento se quiso apartar, pero los brazos de Carpio parecían un lazo del cual al final no quería escapar.

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