• Capítulo 17: Deseo~

^^^Alessandro^^^

Elio parece estar contento. Después de ayudar a prender la parrilla comenzó a hablar animadamente con mi madre y mis cuñados, parecen estar contentos, ríen y hablan cómodamente. Elio hace algunas caras raras, siempre hace caras, no puedo dejar de mirar la cara de Elio.

No puedo dejar de mirarlo.

-Si lo sigues viendo pensaré que eres un acosador -Leandro, mi hermano, se pone a mi lado viendo también a su esposo

-Lo mismo digo

Da un trago a su vino.

-Bueno, de tal palo tal astilla -Se alza de hombros

No digo nada más, observar a Elio hace que todo se disperse y él sea el único en el centro, el único que llama toda mi atención. Su pelo café claro se aclara cada vez más por los rayos de sol que están sobre él, sus ojos se cierran cada vez que ríe como si disfrutara cada risa que da. Lo conozco desde que soy niño, Elio Armani siempre fue un niño explorador, cada vez que nuestra familia se juntaban él pasaba vagando por todos lados y no le importaba jugar solo, y todas esas veces él siempre me llamaba para jugar con él. La primera vez que jugué con él, no, la primera vez que lo ví, lo supe, Elio Armani era ese tipo de persona que te alegran sin mucho esfuerzo.

Esa tarde de mi niñez, ese día cuando jugué con Elio, la pasé tan bien, me reí hasta no poder más, disfruté cada momento a su lado, Armani era como un rayo de luz. Al siguiente día me fui a ver a mi abuelo tan feliz, le fui a contar a detalle mi tarde con Elio, el se alegró tanto, me dijo que podía ver un brillo en mis ojos y que no era común en nuestra familia. Mi abuelo dijo tantas cosas antes de fallecer.

Me culpe, me culpe por estar tan feliz y no haber notado que mi abuelo se sentía cansado, que no se encontraba bien. Deje de sonreír, deje de entusiasmarme, deje de jugar, deje todo atrás, como si no lo mereciera. La muerte de mi abuelo aún me marca, aún está en mi mente, aún lo recuerdo, y aún cuando detesto hacerlo, no quiero olvidarlo.

-Diablos hermano, ¿Desde cuándo te gusta Elio? -Me mira con su ceño fruncido

Típico de los Bernocchi.

-Creo que desde siempre -Digo vagamente

Leandro se me acerca más a la cara y comienza a verme de distintos ángulos buscando algo.

-¿Podrías alejarte? -Digo fastidio

-No pareces tener nada mal -Dice en voz alta -Aun así te miro raro

-No tengo nada, ya deja de verme

Leandro vuelve su mirada a su esposo quien habla con Elio.

-Pareces raro tú también -Lo digo con una sonrisa antes de añadir -Pensé que solo te gustaban las mujeres omegas -Río burlándome de él

-Cuando encuentras al indicado no importa si es hombre o mujer, beta u omega -Me mira serio, pero estoy muy seguro que en el fondo sonríe

Sus palabras suenan sinceras, son las que en el futuro puede que me diga 'Te lo dije', aun así, recorrer mi mente. Nunca pensé en encontrar a alguien, alguien con quien quiera pasar mi vida entera, el resto que me queda, no soy como mis hermanos, aunque no lo parezcan, ellos son cursis y atentos con sus esposos. La gente piensa en mí cómo alguien solitario y serio, que solo me enfoco en mi profesión de abogado y que no hago nada más que eso.

No sé equivocan.

No hay nada en el mundo que me interese aparte de lo que ya dije.No me interesa nadie, no creo que alguien sea un parásito para entrar en mi cerebro y hacer que lo único que piense sea en el o en ella, la verdad me da igual.

Pero aun así, Elio está aquí, y no puedo dejar de mirarlo.

-Bueno, familia es hora de comer -Habla mi padre sirviendo la comida

Mis ojos van nuevamente hacia Elio, el se levanta contento y se dirige a la mesa. Mis pies parecen tener vida propia porque camino a el sin antes tenerlo planeado, es como un instinto. Uno de mis cuñados está a punto de sentarse cerca de él y eso hace que acelere mi paso, en un descuido yo soy el que está sentado al lado de Elio con una sonrisa de victoria en mi rostro.

-Bien, coman con calma y siéntese tranquilamente -Dice mi madre mirándome con advertencia

Todos toman sus utensilios y comienzan a comer disfrutando el cálido clima y el aire fresco que provoca estar entre tantos árboles y plantas.

-¿Ya han pensado en tener hijos? -Suelta mi madre campante

Elio se atora con la comida casi escupiendo, trata de recobrar su compostura y tragar lo que hay adentro de su boca.

-¡Madre! -Todos soltamos sorprendidos y preocupados por el estado de Elio hace algunos segundos tras esas palabras

-No es nada malo -Se alza de hombros despreocupada -¿Y bien?

Elio cose con dificultad tratando de aclarar su garganta.

-N-no, no hemos hablado sobre eso -Dice con dificultad

-Que mal -Pone una cara triste -Con lo que yo quisiera tener niños correteando y jugando -Su cara se pone más triste

Todos la miramos con cara de '¿Es en serio?', ya que mi madre tiene tres nietos gracias a mis dos hermanos. ¿Por qué quiere tener más?

Regreso a ver a Armani quien tiene los ojos abiertos, pero no de sorpresa, sino como si se sintiera culpable o quisiera hacer algo. Su boca se mueve y toma mi mano fuertemente, me da una mirada rápida y asiente cerrando sus ojos con fuerza.

-Pero tenemos pensado intentarlo

La mesa quedó en silencio.

-¡Qué buena noticia! -Suelta mi padre alegre -¿Oíste eso, mujer?, vamos a ser abuelos -Sonríe grande

Todos en la mesa están en shock menos mis padres quienes disfrutan la declaración de Elio. No sé que expresión tengo, jamás la he tenido, aun así, siento mi boca seca y el viento recorrer entre ella. Las palabras de Armani resuenan en mi cabeza.

Sí que me tomo por sorpresa.

Lo regreso a ver y él me da una sonrisa de labios cerrados.

Quiero abrirlos, por alguna extraña razón quiero abrir esos labios con los míos y besarlo hasta que nos falte el aire. Quiero saborear cada parte de la boca de Armani, quiero chupar y lamer esos labios que se están presionando.

Quiero besarlo.

Creo que está pensando lo mismo que yo porque sus ojos caen en mis labios y estos ya no se presionan. Se muerde el labio y si no lo estuviera viendo fijamente y poniendo atención a todos sus movimientos, pasaría por alto como niega muy poco con su cabeza y su mano libre se aprieta en la forma de un puño.

Se está conteniendo.

Pero yo ya no quiero hacerlo, este deseo que tengo en mi interior, por sus palabras fingidas, porque se claramente que no lo dijo de verdad, nuestra relación es falsa pero mis ganas de estampar mis labios con los suyos no. Mi interior arde y por más que trato de mantener mi cuerpo en la silla este no me hace caso.

Suelto mi mano de su agarre y de un movimiento rápido lo tomo por la parte de atrás de su cabeza acercándolo a mi cara. Sus ojos se abren con sorpresa y duda un tiempo antes de volver a mis labios y luego a mis ojos, como si quisiera asegurarse de que yo también quiero. Por primera vez sonrío, sonrió con ganas y felicidad, con demasiada emoción dentro de mí, estoy contento, estoy feliz que Elio también quiera lo mismo que yo, que tenga el mismo deseo de unir nuestros labios y saborearlos ferozmente, con fuerza, con ganas.

Y sin esperar más, me acerco a los labios de Elio y los hago míos, chupo su labio inferior para después volver a devorar sus labios con fuerza, con tal deseo que todo alrededor se nubla.

Solo somos Elio y yo en este momento.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***