CAPÍTULO 1: NAVIDAD

En una hermosa mansión estaba una familia festejando la Navidad, en esa fiesta están desde los abuelos, hasta el nieto más pequeño, la familia Muñuelos y Mortero festejan mientras recuerdan la venida al mundo hace muchos años de ese pequeño, que se convirtió en el Salvador del mundo, realizando una posada para recordar el nacimiento del Niño Jesús, después de la posada dan gracias por las bendiciones que han recibido ese año, hacen intercambio de regalos, donde cada uno da y recibe el suyo, es una época muy hermosa de fiesta y con todos reunidos no necesitan más.

Abel, primo, me encantó el reloj que me diste, está hermoso, es justo del personaje que me encanta, te quiero primo, decía Camila abrazando a su primo preferido.

Sabía que te gustaría, desde que lo vi lo supe, dijo sin soltarla, Camila era más que su prima, era una hermana para él.

Ya Camí, dile la verdad, no te gusto, solo lo dices para no hacerlo sentir mal, decía Manu, otro de los primos.

Tú cállate, Manu, claro que me gusta, bueno no, no me gusta, me encanta, decía colgándose de los hombres de su primo, quien sonreía al verla colgarse como chango.

Oye siempre acaparas a mi hermano, ya déjalo, Camí, decía Fabiana haciéndose la celosa, las primas siempre se peleaban por ser la preferida de Abel, lo cual lo hacía reír.

Así pasaron una hermosa velada, después de un mensaje por parte del abuelo, el intercambio de regalos, jugaron juegos de mesa la mayoría de los jóvenes, mientras otros bailaban, así como los adultos, Camí y Fabiana tenían que bailar al mismo tiempo con Abel, porque no se decidían para hacerlo una primero y la otra después. Cenaron a la media noche y siguieron disfrutando la velada, esas eran las fechas en que estaban todos los integrantes, por eso era las mejores y más esperadas.

Al otro día los primos salen a dar la vuelta e invitan a Marisol y Ariana, amigas de la familia, Marisol es compañera de Abel desde la secundaria, él siempre ha sido su amor platónico, no solo porque es un joven muy guapo: alto cabello negro, piel clara, ojos color miel, cabello chino, cuando sonríe se le forma unos huequitos en sus mejillas, mide 1.92 mts.; también porque ha sido muy atento y cariñoso con ella, como lo es con sus primas, que son como sus hermanas menores, ya que él es el mayor de los primos.

Marisol es una joven muy bonita, hija de padres alemanes que se establecieron en el país hace años, ella de piel blanca, ojos azules, cabello rubio claro lacio largo hasta media espalda, mide 1.68 mts., delgada con curvas bien definidas, aunque es seria en el trato con la demás gente, sobre todo con lo que no tiene cercanía, pero con Abel es muy platicona, tienen una buena relación de amigos. Tiene una hermana menor, Ariana que es muy parecida a ella, mide 1.60 mts., ojos verdes como los de su padre, a diferencia de su madre que tiene el color de ojos de su mamá, ella es menos seria que su hermana, es más sociable y comunicativa.

Los primos y amigas salen al centro comercial donde van al cine a ver una película, Abel se sienta y a su lado derecho se sienta Camila, a su izquierda estaba Marisol, la película era de acción, todos están muy atentos, ya que es la película de estreno y deseaban mucho ir a verla, por ratos Abel siente la mirada de Marisol que esta más atenta a sus gestos y sonrisa que a la película misma, eso le hace voltear a verla a ratos, en algunas escenas ella sin darse cuenta colocaba su mano sobre el brazo de él. A Abel no le es indiferente la niña, al salir Camila y Marisol parecen pelear con miradas por quien va a tomar su brazo para caminar, lleva a una de cada lado, Camila se da cuenta de las intenciones de Marisol, ella le cae bien, es una buena amiga, por lo que piensa que podría ser una buena cuñada-prima, así que decide darles un poco de espacio.

Marisol al ver la oportunidad no la desaprovecha y al tener la oportunidad jala a Abel a un lado y poco a poco se van separando de los demás, ella quiere estar con él para disfrutar de su compañía, al pasar por una tienda de ropa de caballero, le enseña una camisa que está en el aparador.

Mira, estoy segura de que esa camisa se te verá muy bien.

Mmmm… sí, está muy bien, me gusta.

Ven, vamos a verla de cerca, dijo tomándolo del brazo para que entraran.

Pero los chicos, dijo Abel.

Ellos están bien, ahorita los alcanzamos.

Vale, vamos a verla.

Entran a ver la ropa y ella busca una en su talla, voltéate, la coloca sobre su espalda para medir el ancho, le dice que es de la talla correcta, le pide que se la mida, Abel entra a medírsela y sale para que vea como se le ve, ella sonríe de forma que le muestra que se le ve divina, Abel se coloca nuevamente su ropa y cuando la va a pagar Marisol le gana y la paga.

Mari, no tenías que pagar, si es para mí o más correcto es que yo pague.

Por favor, déjame dártela de regalo, es mi regalo de navidad para ti.

No era necesario, con que nos hayan acompañado es más que suficiente, con su compañía…

Por favor, es algo que deseo hacer, déjame obsequiártela, ¿sí?

Está bien, pero con una condición.

¿Cuál?

Qué me dejes también darte un obsequio a ti.

Me parece bien, ella contestó emocionada.

Pero por ahora vamos que nos están esperando los demás.

Ese día la pasaron muy bien, Marisol estuvo muy cerca de Abel y empezó a darse algo entre ellos, jugando recibió uno que otro abrazo, al finalizar llevaron a su casa a Marisol y Ariana, la cual tan pronto quedaron solas la empezó a interrogar, ya que sabía lo que su hermana sentía por Abel.

Días después Abel animado por Camila, invitó a salir a Marisol, fueron a comer, a dar la vuelta, la pasaron muy bien, Marisol estaba nerviosa, le gustaba estar con Abel, pero no podía más con las ganas y en un descuido de él se pegó a sus labios, dándole un beso que lo sorprendió, pero termino aceptando, colocando sus manos alrededor de la cintura de ella para acercarla más a él y profundizar el beso. Al terminar ambos se quedaron viendo a los ojos fijamente.

¿A qué debo ese beso?, comentó Abel con una sonrisa, pero sin soltarla.

!Ehhh!… ahhh… es que… tú me gustas y no pude resistirme.

Te aprovechaste de mí, ahora tendrás que hacerte responsable de mí.

¿Qué?, no entiendo.

No puedes besarme sin hacerte responsable, ahora tendrás que aceptar ser mi novia.

¿De verdad?, ¿quieres que sea tu novia?

Sí, dijo serio, ella empezó a brincar entre sus brazos de emoción.

Sí, sí quiero ser tu novia, ¿tú quieres ser mi novio?

Desde ese día ellos empezaron su noviazgo, Abel la llevo con sus padres y la presentó formalmente como su novia ante ellos, Abelardo y Abigaíl estaban felices, apreciaban mucho a la familia de Marisol, por lo que aceptaron esa relación con alegría y buenos deseos hacia la pareja, Marisol tenía planes de estudiar y ayudar a sus padres en el futuro en las empresas familiares y ser la sucesora de su padre.

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