CAPÍTULO 2: INICIO EN EL ÁMBITO LABORAL

Federico está feliz al lado de su esposa Asela Serinos, ellos se conocieron en la universidad, a mitad de la carrera se hicieron novios, ellos son hijos de familia adineradas, las cuáles al enterarse de su noviazgo se alegraron de unir sus familias, ya que eso les daría mayor renombre comercial y poder, pues su fortuna se uniría y al ser hijos únicos, los hijos de ellos serían los herederos de ambas familias, así que al comprometerse los padres hicieron el anuncio ante todos los medios de comunicación, haciendo saber de la unión de sus hijos.

Federico era un hombre serio, organizado, le gustaba tener el control de las cosas, anticiparse a los diferentes escenarios que podrían presentarse a la hora de tomar decisiones, lo que le era de gran utilidad en los negocios una que vez que se hizo cargo de estos. Él, estudio la carrera de negocios internacionales al mismo tiempo que arquitectura, ya que, se manejan dentro de varios ramos diferentes, pero la rama que más les deja y que es de mayor ingreso, es la de inmobiliarias de compra - venta de bienes inmuebles y construcción.

Federico era de pensar que si dirigías una empresa debías conocer a detalle lo que vendes, ya sea un servicio, un producto o conocimiento, así que la carrera de negocios le serviría para dirigir y buscar las estrategias que los mantendrían en la cima y a su vez conocer lo correspondiente a la construcción para poder entender las necesidades de los clientes y llevar las ideas a la obra, buscando la satisfacción de los clientes.

Asela es una mujer tranquila, le gusta aprender, superarse, ella estudio la carrera de negocios, para lograr su sueño de tener una casa de modas que sea reconocida a nivel mundial, buscando los talentos de esa gente creativa y habilidosa para el diseño de ropa, que por falta de contactos o experiencia no logran llegar a ser reconocidos, pero que tienen un gran potencial.

Asela tiene una buena amiga, Sira, ella desea estudiar diseño de moda, le gusta la pintura y hace magia con sus dibujos donde basta solo imaginar la prenda que le gustaría portar para un evento, o que considera que a su amiga le quedarían de maravilla, dándole forma a sus diseños, a veces pierde la inspiración, pero cuando le llega, pasa horas dibujando, poniendo cada detalle a su dibujo que se olvida hasta de comer, Sira es una chica alocada, alegre, le encanta bailar, cantar, divertirse, soñar.

Asela quiere a Sira, es la hermana que no tuvo, aunque Asela es más tranquila, no es de mucha fiesta, a veces, la logra convencer de salir para que se distraiga y pase un buen rato a su lado. Un día platicando sobre lo que deseaban para su futuro, se dieron cuenta que era muy parecido lo que soñaban, por que hicieron la promesa, de que al terminar su carrera unirían conocimientos y pondrían una empresa, se asociarían encargándose Asela de la parte administrativa y Sira de la operativa, ambas buscarían talentos, el lugar ya lo tenían previsto desde que empezaron a idear, era un edificio que era propiedad del padre de Asela y que si ella se lo pidiera, este sin preguntar ni objetar se lo daría para su proyecto.

Al terminar la carrera Asela y Sira empezaron a cotizar y sacar listas de todo lo que ocuparían para crear su empresa, Sira reclutó un chico y una chica de la carrera que fueron de los mejores en sus proyectos presentados, mientras ellos estaban creando diseños, Asela y Sira compraban y veían que se equipará todo para empezar a realizar sus creaciones, contrataron un grupo de costureras que se encargarían de dar vida a los diseños de Sira y los otros dos.

Las líneas sobre las cuales se enfocaron fueron tres, una línea de gala para hombre y mujer, otra línea de ropa cómoda con diseños llamativos para todo tipo de gente y por último la línea de ropa para amas de casa que les gusta verse bonitas, pero que no les ocasione gastos excesivos.

La inmobiliaria de Federico contaba entre otras áreas, la de diseño de interiores, ellos se encargaron de dar vida al edificio donde se pondría el área de elaboración de la ropa, oficinas, sala de juntas y una pequeña sala tipo auditorio para mostrar a los clientes la ropa, dando atención personalizada. Así como una pequeña tienda que estaba en uno de los mejores centros comerciales donde exhibían y vendían sus diseños.

A los pocos meses de graduados se llevó a cabo la boda de Asela y Federico Milleren, siendo televisada, manteniéndose en la mira de los paparazzi y siendo el tema de tendencias durante mucho tiempo, lo cual ayudo a la publicidad de su nueva casa de modas, ya que, al hablar de ella, se hablaba también de su proyecto o creaciones realizadas en su empresa, así que su boda fue una gran ayuda para cumplir sus sueños y hacer crecer la empresa Serinos&Mora, por su apellido y el de su mejor amiga, siendo su línea llamada con el mismo nombre.

Al inicio se estaban desesperando de que sus diseños no se vendieran como esperaban o la gente quisiera que se tuvieran costos más bajos, pero su padre y Federico le hicieron ver que tampoco podían regalar su trabajo, ya que todo trabajo, sea a mano o con máquinas, lleva un esfuerzo desde la creación del diseño, la elaboración, la etiquetada, la empacada, más el trabajo de los demás que logran hacer llegar al mercado el producto y si por darle al público con eso, iban a querer más y más de ellos, así que aguantaron y poco a poco la venta de sus creaciones se fue viendo incrementada, hasta poder incluso contratar más costureros, diseñadores, y demás.

Cómo estaban iniciándose en el mundo laboral tomaron como decisión que no tendrían bebés luego de casarse, que esperarían un poco para poder tiempo para ellos antes de empezar con una familia más grande, además que por sus trabajos pasaban poco tiempo juntos, pasaban la mayor parte del día en el trabajo y los fines de semana los disfrutaban al máximo como matrimonio y a veces con sus familias y amigos.

Federico se sentía muy contento, su esposa estaba realizando sus sueños y cada día la gente los conocía más y él estaba aprendiendo mucho del mundo empresarial al lado de su padre quien estuvo a su lado por dos años, antes de decidir retirarse para pasarlo al lado de su esposa, quien le ayudo a levantar la empresa desde abajo cuando se casaron y que tenía ahora a su hijo para seguir adelante, para hacerla crecer más y llevarla entre los mejores, ya que en ese nivel era de las mejores, pero le faltaba escalar más para llegar a los primeros lugares.

Federico supervisaba personalmente cada construcción, cada bien inmueble, supervisaba a cada vendedor para ver que dieran lo mejor de ellos y si no estaban haciendo un buen trabajo, capacitarlos para ser los mejores, verificar que el material fuera de buena calidad, no le gustaba dejar que los demás le pasaran solo informes que podían ir alterados, le gustaba caerles de sorpresa y asegurarse que todo funcionará de los mejor, así se aseguraba que el prestigio y nombre de la empresa fuera conocida por ser de las mejores.

Tenían en puerta la construcción de un enorme centro comercial en las afueras de la ciudad, que por ser una zona cercana a las de gente rica, aseguraba ser de las más concurridas, ya que además tenía varias vías de acceso y tendría un estacionamiento suficiente para albergar a tantos vehículos como gente visitará la plaza, el estacionamiento sería de dos pisos, la plaza mostraba ser un gran negocio, por lo que las empresas de mayor prestigio de ropas, muebles, bancos, de comida, y otros giros estaban comprando locales cuando iniciaba la construcción, Federico había sido de los que había ayudado a la creación del plano y diseño de esta. Habían apartado para los socios unos locales en lugares estratégicos, para colocar sucursales para sus empresas, siendo la de Federico para su esposa, para poner otra boutique donde se vendieran los diseños de su empresa.

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