Experimento 7:Escape de la mansión parte 1

Pasan las 3 horas y ahora todos los sobrevivientes escuchan la voz de Gustav Rangers por medio de unos altavoces.

Gustav Rangers:Hola está por comenzar la última prueba del experimento deben escapar de la mansión, por lo tanto, deben enfrentarse a otros experimentos fallidos y a las trampas existentes pueden colaborar entre ustedes o formar un grupo o hacerlo solos ya es decisión de cada uno en total hay 30 sobrevivientes los que logren escapar con vida tendrán muchos beneficios y se les garantiza una vida feliz las puertas marcadas con un símbolo amarillo son habitaciones seguras contienen comida y una cama para dormir les deseo suerte para que lo sepan nadie ha podido escapar de la mansión.

Gustav cesa su discurso a través de los altavoces, lo que provoca la formación de grupos entre algunas personas. Xiomara se une a Olivia, Penélope y Estefanía, dejando fuera a Mónica debido a su demostrada capacidad para traicionar en cualquier momento. Mónica, dispuesta a hacer lo necesario para sobrevivir, recibe la propuesta de unirse a Tyrenne, otro superviviente, para escapar juntos.

Tyrenne: ¿Eres tú, Mónica?

Mónica: El mundo es realmente pequeño, hacía mucho que no te veía, Tyrenne.

Tyrenne: Terminé aquí debido al gerente, descubrí uno de sus secretos y me relegó a este lugar.

Mónica: También fui enviada aquí por el gerente, debido a mi situación, no quería perder dinero.

Tyrenne: El gerente está vinculado a una organización que realiza experimentos humanos. Envía a los problemáticos y se lucra con ello. Casi lo hice perder un contrato cuando luchaba contra el alcoholismo. Pero saldremos de aquí y nos encargaremos de él. De hecho, Mónica, ¿por qué no nos deshacemos del gerente y nos quedamos con su negocio? Podríamos obtener grandes ganancias.

Mónica: Estoy de acuerdo. Somos amigos que nos apoyamos en momentos difíciles y compartimos ciertas similitudes en nuestras circunstancias.

Ambos sellan una alianza para escapar de esta mansión.

Los sobrevivientes emergen por la puerta azul, encontrándose con un entorno desolado, sin señales de vida a la vista. Cada grupo decide tomar un camino distinto: algunos se aventuran hacia el segundo piso en busca de pistas, mientras otros exploran el mismo piso en busca de una salida. El grupo de Xiomara opta por descender al sótano al descubrir unas escaleras, mientras que los que se quedan en el mismo piso se encuentran con paredes gruesas que parecen no tener escapatoria, pero continúan buscando.

El dúo de Tyrenne y Mónica elige seguir las escaleras hacia abajo. Mientras tanto, el grupo de Xiomara se encuentra frente a unas puertas con extraños símbolos. Olivia intenta atravesar una de ellas usando su manto fantasmal, pero una extraña energía la detiene en seco. Tyrenne descubre una puerta con un símbolo peculiar e intenta abrirla usando sus habilidades, pero una misteriosa fuerza lo bloquea. Mientras tanto, Mónica examina el lado derecho del sótano, y Olivia explora el lado izquierdo, aunque se siente incómoda cerca de Mónica por razones desconocidas.

Estefanía encuentra una puerta con un símbolo rojo al girar el picaporte de la puerta con cautela, pero antes de que pueda dar un paso adelante, es asaltada por una criatura que surge de las sombras. El ser se asemeja a un perro monstruoso, con una cola que se retuerce como un látigo lleno de espinas afiladas. Sus colmillos brillan con el reflejo del acero, emitiendo un siniestro brillo en la penumbra. La criatura se lanza hacia Estefanía con ferocidad, su ataque despiadado y sus ojos brillando con una malévola determinación.

En un acto desesperado, Estefanía canaliza su poder interior. Siente una energía ardiente fluir a través de ella, y su mano se transforma en una masa de carne ácida. Sin dudarlo, extiende su mano hacia la criatura que la ataca. El contacto es instantáneo y letal: la carne ácida entra en contacto con la piel del ser, causando que se derrita en un torrente de dolorosos chillidos y humo acre. La criatura se retuerce y se descomponía bajo el poder corrosivo de Estefanía, hasta que no quedó nada más que un charco de sangre en el suelo, marcando el fin de su amenaza. Estefanía respira con alivio.

Estefanía avanza con cautela hacia la habitación del símbolo rojo, mira por todos lados. La habitación por dentro está iluminada por unas lámparas que cuelgan del techo. En el centro, descubre el tesoro: un cofre repleto de monedas de oro. Con un gesto de generosidad, llama a su grupo para que se acerquen y repartan el botín en partes iguales, demostrando su lealtad y compañerismo.

Sin embargo, la tranquilidad se ve interrumpida cuando Olivia, con una mirada de preocupación, cuestiona la naturaleza de su entorno.

Olivia: ¿Acaso estamos atrapados en una especie de mazmorra disfrazada de mansión?

Antes de que puedan reflexionar más sobre la extraña situación, la puerta se cierra de golpe detrás de ellos, sumiendo la habitación en la oscuridad. De las sombras emergen las mismas criaturas que atacaron a Estefanía, una horda de unas 20 de ellas. Sin embargo, esta vez el grupo está preparado. Con determinación, todos desatan sus poderes, enfrentando la amenaza con valentía y habilidad. Juntos, se lanzan a la batalla, decididos a derrotar a las criaturas y encontrar una salida de aquel misterioso lugar.

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