Llegamos a Nueva York muy de madrugada, directo a la casita de la Nana, mi cuarto está como lo recuerdo, la Nana lloro al entrar a su casa, me abrazo y me dió las gracias por traerla de regreso, yo le dije que nunca la dejaría que ella era mi única familia que siempre estuvo a mi lado, ella lloró y la lleve a su cuarto, la ayude a cambiarla, bañarla y acostarla hasta que llegue mañana la persona que me ayudará atenderla, llame a mis hijos y les avisé de mi llegada y dónde podíamos vernos, ellos llegaron al rato feliz de verme y sobre todo a la Nana, ella solo lloraba y acaricia a sus terremoticos como siempre los llamo, a ellos les encantó la casa de la Nana y me dijeron de ampliarla para ellos venirse para acá, yo les recordé que tenían que hablarlo con el abuelo y fue que me contaron que el señor Edmundo no está bien de salud y que quiere hablar conmigo antes del evento de mañana en la noche, esto me preocupo y me fui con mis hijos a la casa de los abuelos de mis hijos.
Cuando entre, muchos recuerdos llegaron a mi, muy pocos agradables, mis hijos comprendieron el porqué me fui a vivir con la Nana.
Entre al despacho de Don Edmundo y se alegró de verme me abrazo como nunca lo había hecho me dio las gracias por los nietos tan bellos que les di, lo sentí muy sentimental.
Hablamos de como quería que fueran las cosas y lo que me tenía que enfrentar y como debía proceder, para lo que se avecina con respecto a Alberto.
Yo lo oí en silencio, sabía que era una gran responsabilidad, pero está vez no estaba sola tenía a mis hijos, erán ellos mi verdadero escudo ante ese loco maniático.
Me entrego una carta donde había escrito su última voluntad de morir eso sí no me gustó y le pregunté por qué me hablaba así y solo me dijo la enfermedad regreso y no hay nada que hacer ya me quedan días o tal vez horas y quiero que todo quede arreglado y darle los mejores días a mi familia para que no me olviden y tú has sido una buena mujer, yo no me equivoqué cuando decidí que fueras mi nuera.
Esas palabras me pusieron muy tristes y salí al jardín de la mansión a llorar sin que nadie me viera, pero la señora Soledad me vio y fue a mi encuentro y solo me dijo, ya hablo contigo te contó todo yo solo moví la cabeza en forma afirmativa, está noticia entristeció mi alma.
Llegaron mis hijos y nos avisaron que teníamos que irnos ya que teníamos que arreglarnos para el evento de la noche, saliendo de la mansión venían entrando mis cuñados, se alegraron de verme y me dijeron que éramos nosotros su única familia, porque lo dijeron no lo sabemos,pero les conté a mis hijos todo lo que hable con su abuelo y ellos solo me dijeron que ya lo sabían y que la abuela se iría a vivir con su tía Raquel después que pasará lo que tenía que pasar, por eso ellos se querían quedar en la casita de Nana y no en ese caserón.Ahy comprendí cuando ellos me dijeron que ampliarían la casa y les prometí que eso haríamos, se lo conté a la Nana y ella solo me dijo que esa casa era mía desde hace mucho tiempo.
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