El tiro por la culata

La rubia aún procesaba las palabras de su esposo, ese no era el Lorenzo que una vez conoció, todos al parecer cambian con el tiempo y ella no dejaría que esto le afectara, la joven subió a una habitación colocó sus cosas y se tiró en la cama a pensar, esto no podía ser cierto, por qué se casó con ella, por dinero no era esto de verdad era una verdadera locura.

En otro lugar estaba un hombre en el VIP de un antro bebiendo, hacer eso no le gustaba aunque luego pensaba en lo que sufrió su madre y haría pagar a la chica, esa era la única forma de dañar a ese hombre, pero esto apenas estaba comenzado y él no se detendría hasta verla llorar tan fuerte que Matteo leone lo sintiera, Lorenzo sabía que ella lo quería y que no lo dejaría por más cosas que le hiciera.

Lorenzo, afligido fue abordado por unos conocidos y comenzaron a hablar, entre ellas estaba una chica que moría por Lorenzo, aunque solo eran amigos.

La joven era hermosa y siempre había querido tener algo con él, pero él no lo permitió por estar enamorado de la dueña de su corazón, aunque esta vez la usaría para dañar a Ángela.

# Renata, como estás, quisiera pedirte un gran favor, me ayudarías # dijo Lorenzo Acercándose a ella.

# Claro Enzo por supuesto que sí, sabes que estoy para ti siempre # dijo la joven algo coqueta.

# El favor que te pediré es algo extraño, como sabrás hoy me casé, pero necesito que me ayudes a fingir que eres mi amante, quiero que hoy vayamos a la hacienda y te portes tan tú como puedas# Le pidió Lorenzo a su amiga, él sabía lo arrogante, caprichosa y cruel que era ella cuando quería y eso era lo que necesitaba, hacer sentir mal a Ángela.

La joven sonrió con malicia y aceptó de inmediato, por fin tendría una oportunidad de ganarse a Lorenzo y haría cualquier cosa por él.

Los amigos regresaron a la mesa y siguieron bebiendo, el joven vio la hora y a las cuatro de la mañana decidió regresar a casa de la mano de Renata, esta era una joven hermosa de un metro setenta de altura, cabello negro y liso, piel bronceada y ojos Azules hermosos, sus labios carnosos y un cuerpo esbelto de modelo, era una verdadera belleza.

Renata Longari.

Los dos Amigos subieron al auto del hombre y al llegar a la hacienda él esperaba conseguir a la dulce Ángela en llantos, el hombre hizo todo el ruido posible y le dijo a la chica que lo esperase en la habitación.

Renata subía triunfal como toda una reina, observaba aquella hacienda que tanto había visitado con su amigo.

Lorenzo buscó habitación por habitación, hasta encontrar una muy alejada de él, en esa estaban las cosas de Ángela, el vestido de novia estaba roto en el suelo, pero ella no se veía por ninguna parte.

Lorenzo frunció el ceño y siguió revisando cada habitación sin encontrar a Ángela, de pronto se escuchó un carro llegar y la puerta de abajo sonar, Lorenzo bajo enseguida, no entendía quién podría ser.

El hombre bajó rápidamente las escaleras y quedó impactado con lo que sus ojos veían, era Ángela con un hermoso vestido corto, negro con lentejuelas, tenía una sola manga larga, llevaba puesto unos tacones negros y el peinado de novia no lo llevaba, en vez de eso su cabello iba suelto, con un maquillaje para la noche con un delineado felino, se veía hermosísima, no había rastro de haber llorado, su sonrisa era muy grande.

Vestido de Angela.

# En dónde demonios estabas Ángela y porque estás vestida así, contéstame hasta tomada estas# habló fuerte Lorenzo.

# Cariño que es ese alboroto# hablo Renata saliendo envuelta en una bata de baño acercándose a Lorenzo.

Ante esto la rubia solo sonrió.

# Te hice una maldita pregunta Ángela# repitió furioso Lorenzo.

# He… Yo… Ah, sí, yo estaba festejando… No te conté, hoy me casé y fui a tener mi noche de bodas, ahora voy a dormir, sigue disfrutando la tuya, querido# habló pasando por su lado, pero este la tomó del brazo.

#Tú a mí me respetas como te atreves a salir y así vestida, eres mi esposa# habló fuerte el hombre.

# ja, pero qué risa, no sabía que podías ser tan cínico, tú ya lo dejaste claro, esto es un matrimonio arreglado no me soportas y ahora yo a ti menos# dijo soltándose de un jalón de su agarre y subió a su habitación, la joven se quitó los zapatos, el vestido y se metió a la bañera, era grande y de color blanco, la chica echó aceites y burbujas para descansar y poder procesar lo que había vivido y lo que faltaba por vivir.

Lorenzo estaba molesto, dejó a la chica en su habitación y se fue al sofá de su terraza, allí durmió, esto no estaba en los planes, pensó que vería a Ángela suplicar y rogarle por una explicación o algo parecido, pero en vez de eso se topó con algo muy diferente.

El chico se levantó junto con su amiga y bajaron, al pasar cerca de la cocina olieron algo delicioso y enseguida fueron para allá.

# Buenos días, Ángela, por favor, pones un plato de más en la mesa, Renata se va a quedar a desayunar# La rubia de ojos verdes miró a Lorenzo fijamente y se rio.

# Dios, pero qué chistoso te has vuelto querido, allí está la cocina y allí hay ingredientes, ya terminé así que buon appetito# dijo y tomó su bandeja con omelette, tostadas, frutas picadas, jugo de naranja y se fue a comer, dejando a Lorenzo boquiabierto.

El castaño fue tras ella y le dijo.

# Que te has creído ah, que te sucede, eres mi esposa y tienes deberes# habló firme.

# Mira, me da igual lo que digas, este matrimonio es arreglado, no soy tu esposa de verdad, esto es un negocio, somos socios, así que ve y cocina tú o dile a tu amante que lo haga# hablo y siguió comiendo.

Lorenzo estaba demasiado molesto como demonios la haría sufrir si al parecer en este matrimonio el que sufriría sería él.

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