capítulo 4

Note como todos estaban temblando del miedo.

-Isabell- Bueno, ya que nos entendemos bien, tú ve y recoge a tú compañera y sácala de mi vista cuando

-Isabell- ustedes van a limpiar la habitación más grande de el palacio para hospedarme ahi y mas les vale que no encuentre sucio por que el más minimo polvo que este ahí terminaran peor que su compañera

-Isabell- tú ve a la cocina y preparame algo de comer y cuidado con hacerle algo a la comida si no, no dudaré en cortar tu cuello junto al de tu ayudante

-Isabell- y usted dos par de olgazanes acaso no saben que a la que deben de proteger es ami no me importa si es el mísmísimo emperador que viene aquí no lo dejen pasar sin antes anunciarlo ante mí entendido.

Dije mientras apuntaba a cada uno para que hicieran sus deberes, ya es hora de poner orden aquí, cada quien se fue como alma que lleva el diablo a hacer mi mandato.

-Isabell- Luna sígueme a la habitación debo enviar una carta y tú personalmente se la entregarás a mi padre en el Ducado, no confío en ninguna de estas personas todos son unos buenos para nada empezando por el inútil del emperador.

-Luna- cuente conmigo para todo mi señorita.

Entre a la habitación y empezó a escribir una carta para mi padre contándole todo lo que vivía aquí aunque exagere un poquito de más, pero que más da ja, ja, ja, le entregué la carta a Luna y le di meticulosas instrucciones de como irsé para que no fuera vista, ya que si se enteraban de que esa carta era para mi Padre harían de todo para que no llegara a él, la deje en un carruaje, llame a una de las sirvientas para que me dirigiera hacia mi oficina cuando llegue revise las cuentas de él palacio saber los gastos, los negocios e impuestos, sentía que una vena se me iba a reventar de la cólera,sone una campanilla y rápidamente llego una de las sirvientas hizo una reverencia y levante mi mano para que se levantará.

-Isabéll- quiero que traigas al notario ya mismo

-sirvientax- si su majestad

Pasaron 15 minutos cuando llego con el notario hizo una pequeña.

-notario- en que puedo servirle su majestad.

*bueno al menos tiene modales*

-Isabell- me puede explicar como es posible que permita a la concubina derrochar estas cantidades de dinero?

-notario- s-su majestad es el emperador que deja que ella haga todo lo que desee

-Isabell- pues de ahora en adelante se cortara por completo el abasto de la concubina hasta que se acumule todo lo que gasto en sus lujos se pondrán a la venta la mitad de todo lo que gasto para poder hacer un balance en las cuentas porque el emperador prefirió subir los impuestos a la gente, así que él se haga cargo de ahora en adelante con su dote personal.

Firme un decreto con mi sello real y se lo entregue al notario.

-notario- con su permiso su majestad me retiro a cumplir sus órdenes.

El notario salió rápido de mi oficina creo que hasta una sonrisa llevaba jaja debe de caerle mal la concubina, mire la pila enorme de papeles y me puse a leer uno por uno entre más buscaba más molesta me ponía de lo inútil que es el emperador de pacotilla el manejo del imperio era una basura.

-Isabell- acaso este imbécil no piensa si no es con la cabeza de abajo, si no hago algo rápido el imperio irá a la quiebra.

Seguía metía entre tantos papeles intentando encontrar la solución para tantos problemas cuando escuche como tocaban la puerta le dije que entrara era una de las sirvientas hizo una reverencia y despues me dijo.

-sirvientax- su majestad hay un problema, la concubina está en las puertas del palacio haciendo un escándalo queriendo entrar.

-Isabell- yo me encargo.

Me levanté de la silla y salí rumbo a las puertas del palacio.

*ya se con quien desquitarme tanto estrés ajja*

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