Es ella

Emma

Ya habían pasado unos días desde que me encontré con Adara en la universidad. He estado en contacto con ella y también con los chicos que me ayudaron con la mudanza; me desearon mucha suerte en la entrevista. En este tiempo descubrí que son muy buenas personas, incluso ya conocieron a mis hermanos.

He estado preparando mi currículum para la empresa y por fin había llegado el gran día. Estaba muy nerviosa, pero mi hermano me dijo que no debía estarlo, pues presentía que me iban a dar el trabajo. La verdad, yo también tengo un presentimiento… aunque no logro descifrarlo.

Al salir tomé un taxi y le di la dirección de la empresa. Todo el camino me la pasé nerviosa; sentía que algo iba a suceder hoy, pero no sabía qué exactamente. No podía distinguir si sería algo bueno o malo… solo esperaba que fuera positivo y que, de verdad, ese trabajo se quedara conmigo.

Al llegar a la empresa me sorprendí bastante: era realmente enorme y muy elegante. Todas las personas que entraban y salían vestían de manera impecable, lo que me hizo sentir un poco avergonzada, ya que yo no llevaba ropa tan sofisticada.

Decidió tener valor para entrar, llegó hasta la recepción y preguntó sobre la entrevista. Le dieron toda la información y una credencial para que pueda ingresar, diciéndole que la entrevista sería en el último piso ya que el jefe personalmente haría las entrevistas.

Emma solo asintió y dio las gracias, y fue directo al último piso donde se encontraban cuatro jóvenes más que, al verla, la miraron de pies a cabeza y empezaron a hablar entre ellas en susurros. Ella se acercó hasta la secretaria y le dio su nombre para que esté en la lista. Por suerte, ella fue muy amable y le informó que el jefe llegaría un poco tarde y tendría que esperar a su llegada, ya que él mismo las entrevistaría.

Emma suspiró, sentándose algo apartada de las demás, solo rogaba a los cielos que el trabajo sea de ella y que el jefe no se dejara ganar con la lujuria y contratara a la que le muestre más piel, ya que si se iba por eso, ella saldría perdiendo.

Chica 1: _Disculpa, tú, la muerta de hambre_ (mirándola).

Emma levantó la mirada: ¿Te refieres a mí?

Chica 2: Sí, a ti, ¿o acaso hay otra muestra de hambre en este lugar? (con burla).

Emma: ¿Y qué les hace pensar que me muero de hambre?

Chica 3: Solo mírate cómo estás vestida, eso deja mucho que pensar (ríe).

Emma: ¿Entonces creen que por venir vestida así estoy muriendo de hambre?

Chica 4: Si no es eso, entonces ¿en qué pensabas viniendo vestida así? ¿Acaso quieres dar pena con tus trapos? (ríe).

Emma: Disculpen, pero vine acá a que me juzguen por mi inteligencia, no por lo que llevo puesto. Y si creen que me muero de hambre por cómo me veo, entonces mírense a un espejo ustedes mismas. *Sí que son unas víboras, se creen mucho por vestir bien, la verdad me pregunto qué hago aquí, desde la entrada vi que no encajo con sus estándares*.

Las chicas, ofendidas, empezaron a hablar de Emma entre ellas, y a ella estaba lejos de importarle, solo podía pensar en que le vaya bien en la entrevista.

Estaba metida en sus pensamiento disimulando con una revista que cuando sintió que la estaban mirando levantó la vista encontrándose con un joven que parecía un dios griego.

Realmente no podía apartar la mirada de él, su mirada intensa le ponía los pelos de punta. Por un momento creyó haber visto mal, ya que sus ojos cambiaron de color, poniéndola un poco nerviosa. Volvió a la realidad cuando la joven a su lado lo jaló del brazo llevándoselo de ahí, entrando a la oficina rápidamente.

Emma: * ¿qué me sucedió? ¿Por qué no podía dejar de verlo? Qué vergüenza, ahora seguro debe estar peleando con su novia*.

Chica 1: Ni te hagas ilusiones, jamás podría fijarse en ti.

Chica 2: _Seguro solo te vio porque no podía creer que una muerta de hambre como tú esté aquí.

Emma: Realmente no se cansan, ¿verdad? Ya me están hartando con sus prejuicios.

Chica 3: Deberías irte antes de que mande a que te saquen, y no solo él, también su novia.

Secretaria: Chicas, deberían comportarse, el jefe ya está aquí y en cualquier momento empezará con la entrevista.

Chica 4: (La ignora) Mejor deberíamos hacerlo nosotras y evitar que el jefe lo haga, ¿no creen? (trata de acercarse a Emma).

Emma: Ni se les ocurra ponerme un dedo encima porque no respondo (se para seria).

Chica 1: Te crees mucho, ¿verdad? Ahora verás cómo te sacamos (se acerca).

Saya: ¿Qué sucede acá? ¿Por qué tanto escándalo?

Chica 2: Señorita, lo sentimos mucho, es que ella es una maleducada, empezó a insultarnos desde que llegó.

Chica 3: No entiendo por qué vino a esta entrevista, solo mírenla cómo vino vestida.

Las demás estaban por hablar, pero Saya las calló con una sola seña que les hizo. Se acercó a Emma y le sonrió, lo cual le pareció muy raro a ella.

Saya: Lu... señorita, dígame qué sucedió, estoy interesada en escuchar su versión (amable).

Emma: Les pido disculpas por el escándalo, pero estas jóvenes de acá querían obligarme a irme, ya que dicen que soy una muerta de hambre y no merezco trabajar acá, o más bien que ni me contrataran por cómo estoy vestida (seria).

Saya: (Malditas humanas arrogantes, si supieran que ella ya tiene ganado más que una simple entrevista, ahora es la Reina Luna y tendrá mucho más de lo que ellas puedan ganar) (mira seria a las otras).

Secretaria: Señorita, el jefe ya empezó, pase la primera, por favor.

Saya: No te preocupes, sé que no es tu culpa y estoy muy segura de que te quedarás con el puesto en esta empresa. No juzgamos la vestimenta, nos vamos más por la inteligencia. Queremos cerebros para salir adelante, no caras bonitas que solo sirvan para adornar la empresa (mira a las otras seria).

Emma sonrió ante su comentario, le agradeció por defenderla, Saya le hizo una reverencia y se marchó. Eso le pareció muy raro, pero no quiso pensar en eso, volvió a sentarse apartada de las demás a esperar su turno.

Mientras veía salir a las chicas, las vio felices. Sabía que le dieron buenas noticias y ya estaba perdiendo la esperanza, solo estaba esperando a que salga la última para que ella entrara, pero al verla salir saltando de la alegría se rindió, supuso que se había quedado con el trabajo. Suspiró profundo, muy triste, ya que ni siquiera tuvo oportunidad de presentarse con el jefe.

Se levantó y se dirigió al ascensor decepcionada cuando escuchó que le hablaron de atrás. Se giró lentamente encontrándose con esa mirada que le ponían los pelos de punta y muy nerviosa.

Buriam: Señorita Miller, ¿a dónde va si aún no la he entrevistado?

Emma: Lo siento, creí que ya no entrevistaría más, señor (nerviosa se acerca a él).

Buriam: La estoy esperando a usted, ¿por qué no pasa? (se hace a un lado).

Emma: Sí, muchas gracias, señor (pasa por su lado).

Emma entró a la oficina nerviosa porque aún podía sentir su intensa mirada en su espalda. No entendía por qué él podía ponerla así de nerviosa, nunca antes le había pasado, se sentó frente a él y le entregó sus papeles.

Narra Buriam:

Estoy de camino a la empresa y tarde porque a última hora hubo un ataque en la manada. Por suerte no hubo muchas bajas, apenas pudieron hacer daño. Al terminar y asegurarme de que todo estaba bien, salí lo más rápido posible junto a Saya para la empresa. Hoy era el gran día que sabría si mi mate es la amiga misteriosa de Adara. ⁰⁰

El camión se me hizo eterno. Al llegar a la empresa entré rápidamente, Saya solo me decía que tratara de controlarme, ya que si es una humana la podría asustar, y tenía mucha razón en eso, así que con Max tratamos de estar lo más calmado posible.

Al abrirse el ascensor, un olor exquisito a vainilla y tierra mojada inundó mi olfato que de inmediato supe de quién se trataba. Al salir de inmediato la busqué con la mirada encontrándola concentrada en una revista.

Max: ¡MATE! ¡MARCA, BURIAM, HAZLO, NO LA DEJES ESCAPAR! (tratando de tomar el control).

Buriam: Max, tranquilízate, ¿no estás olfateando que es una humana? Podríamos asustarla, ella no siente el vínculo al instante como nosotros, tranquilo.

Al parecer sintió mi intensa mirada sobre ella que levantó la mirada y diablos, casi pierdo el control. Mi mate realmente era hermosa, era la mujer más hermosa que haya visto en mi vida, esos ojos verdes con una mirada angelical, quería devorarla en ese momento, me creía el lobo y la Caperucita.

Max ya no podía más al igual que yo, la queríamos para nosotros y no soltarla jamás. Saya desde el momento que salimos del ascensor se dio cuenta de lo que sucedía al igual que mi secretaria que estaban atentas a lo que pueda suceder.

Mis ojos cambiaron de color y eso al parecer lo notó confundiendo la por unos segundos. Saya se dio cuenta que Max estaba por tomar el control así que no le quedó de otra que agarrar de mi brazo fuertemente y arrastrarme hacia la oficina cerrando con seguro.

Max: ¿Qué haces? Déjame salir, ella es mía, solo mía (gruñe amenazante).

Saya: Max, ni se te ocurra tomar el control por completo porque te quedarás sin mate si llegas a hacer eso. Ella es una humana, la vas a asustar y con eso lograrás que se aleje de ti para siempre (voz firme).

Max me entregó el control por completo, sabía que Saya tenía razón y lo último que él quería es perder a su mate o que ella se alejara por su culpa. Una vez que pude tener el control por completo me dejé caer en el sofá.

Buriam: Dime, ¿qué la viste Saya? ¿Verdad que es hermosa? (sonríe).

Saya: Claro que la vi y sí, es realmente hermosa, felicidades por haberla encontrado, ahora debes de cuidarla ante todo y tener mucha paciencia.

Buriam: Claro que lo haré y también voy a conquistarla así pueda amarme como yo ya lo hago (sonríe como bobo).

Saya: Ahora sí te tengo envidia, yo también quiero a mi mate.

Buriam: Lo vas a encontrar pronto, estoy seguro. Ahora sal, tengo que hacer que mi mate se acerque a mí (se levanta y va a su escritorio y ve la lista con los nombres).

Saya: Idiota, ahora sí me corres, pero esta vez lo dejaré pasar solo porque encontraste a nuestra luna, además aprovecharé a hablar con ella (se para y sale).

Saya salió dejándome solo. Luego de poner todo en orden y tranquilizarme un poco empecé con la entrevista. Todas esas jóvenes eran lindas pero no más que mi mate, todas solo pensaban en cómo terminar en mi cama y eso me irritaba.

Pero aún así no podía negar que servirían para algo y las mandé a la empresa de mi madre para que sean modelos. La penúltima pasó, su currículum era muy bueno pero no era mi mate y no la quería así que la contraté para que sea la asistente personal de los mellizos.

Esperé que mi mate entrara pero no sucedió así que me paré y fui a ver qué sucedía y la vi que estaba esperando el ascensor y al parecer estaba triste. Mi lobo de inmediato me dijo que no la dejara ir, que haga algo así que la hablé y ella lentamente se dio vuelta encontrándome nuevamente con esa mirada que me enamoraba cada vez más.

Al parecer creyó que le había dado el trabajo a las otra mujeres y no tenía oportunidad, le dije que no era así y la hice pasar a mi oficina. Cuando pasó por mi lado tenía una ganas inmensas de acorralarla y reclamarla como mía y no podía y eso me estresaba un poco, solo la podía ver por atrás y mirándola bien no está nada mal, es perfecta.

Me senté frente a ella y agarré su currículum. Al parecer sigue estudiando aunque es raro ya que es un año menor a mí, podía sentir su mirada en mí aunque también estaba muy nerviosa. Levanté la mirada y la vi y podía sentir el escalofrío que recorrió por su cuerpo.

Emma: *¿Por qué mi cuerpo reacciona así a su mirada? ¿Qué diablos me está sucediendo?*

Buriam: *Así que con mi mirada puedo hacer que se ponga así* Dime de dónde eres, no pareces ser de Italia (la mira atentamente).

Emma: No lo soy, hace una semana y media me mudé a Italia porque me gané una beca en la mejor universidad de este lugar. Yo soy de Los Ángeles, es la primera vez que estoy viviendo afuera de mi ciudad natal (sonríe).

Buriam: *Con razón te sentí en Los Ángeles, qué bendito es el destino que te puso en mi camino mi luna* Tu currículum es perfecto, estás contratada, de ahora en adelante eres mía, solo mía.

Emma: *Mi corazón está latiendo como loco ante su palabra y esa sonrisa deslumbrante, ¿qué me está pasando?* Muchas gracias por esta oportunidad, señor, no sabe lo feliz que me hace (se levanta y hace una reverencia en forma de respeto).

Buriam: No me digas señor, solo dime Buriam, me haces sentir muy viejo. Siéntate, no hace falta que hagas eso, aún tenemos que hablar de algunas cosas.

Emma: Sí, Se... Buriam, dime qué quieres saber (sonríe y se sienta).

Buriam: Hay algo que deba saber además de que estudias y trabajarás, necesito saber todos los detalles de tu vida incluyendo si tienes hijos o si tienes a alguien en tu vida (lo último lo dijo entre gruñido).

Emma: *Creo que me estoy volviendo loca con este hombre, primero vi que sus ojos cambiaron de color, ahora escucho que gruñe, esto sí que es loco* He no, no tengo ninguna pareja y sobre hijos sí tengo tres, por esa razón estudio y trabajo medio tiempo para poder mantenerlos.

Buriam: *¿Tres hijos? olfatea el aire Pero si su olor me dice que aún es virgen, eso lo sabré más adelante* (serio).

Emma: *¿Acaso está olfateando?* (lo mira).

Buriam: *Creo que mi mate es muy atenta a todo, debería controlarme más en lo que hago*.

Emma: *Creí que las chicas que entraron antes de mí se habían quedado con el trabajo pero no fue así, entonces ¿por qué salieron tan contentas si no obtuvieron el trabajo? Seguro deben haber obtenido su número o una cita, por eso tanta alegría, yo también lo estaría*.

Buriam: *Así que no le soy indiferente a mi luna*. Las otras jóvenes salieron felices porque les di trabajo en otras áreas, ni una cita ni mi número lo obtuvieron (la mira con una sonrisa).

Emma se sintió más nerviosa por su mirada que decidió despedirse pero antes acordaron cuándo volvería para empezar a trabajar. Luego de eso se despidieron y él la acompañó hasta el ascensor.

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