Edjer no entendía el comportamiento tan errático de su hermano, en un momento parecía querer seducir a la diseñadora y al instante siguiente parecía querer matar a todos los presentes, al grado que ya no pudo disfrutar el resto de la velada, a pesar de que la compañía le parecía amena y Libelle había resultado tener un sentido del humor un poco oscuro, algo que le resultaba extrañamente encantador.
Sin embargo Ejder necesitaba estar completamente atento a cada movimiento de Fafner, en cualquier otro momento no le hubiese importado que su hermano acabara con todo, si bien era un fastidio limpiar el desastre cuando todo acababa, él siempre era el más discreto y prolijo de todos ellos. El problema en esta ocasión era que a Ejder también le agradaba la diseñadora de su hermana, y aunque él pudiera protegerla de la furia de Fafner, estaba seguro que saber aniquilada a su familia, no dejaría la mejor impresión, y aunque no entendía con claridad porqué le importaba esa pequeña mujer, podía sentir el impulso de intervenir antes de que ella estuviera en un verdadero riesgo. Todo era demasiado intenso para su gusto, por lo que en ese momento comenzó a extrañar la presencia de Ragnar y Melly, ya que él, estando solo, no se sentía con la capacidad de detener a Fafner, así que si por algún motivo su hermano se llegaba a descontrolar él únicamente protegería a Libelle y a la pequeña.
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Desde que entraron al restaurante Boreas había sentido un peligro latente, su hermano había tenido razón, ese sujeto Fafner era una verdadera amenaza, y aunque su acompañante Ejder, tratara de anularlo con su presencia, era evidente para él que todos podrían estar en riesgo. Él sabía que sus hermanos no podrían percibirlo, a pesar de la intensidad de la situación; ya que era una tensión animal, puramente instintiva como la formación de un huracán en medio del mar, y eso lo dejaba a él como el único responsable de su seguridad esa noche. Así que a lo largo de la velada, y como un acto, en parte instintivo y en parte infantil, apoyaba una de sus manos en el hombro de Woden al tiempo que tomaba de la mano de Aisha; para él era su necesidad inconsciente de cerrar el circulo y de alguna forma volver a ser uno, porque en cualquier momento podrían ser atacados.
Sin embargo esa sencilla acción, que era casi un acto reflejo, era tomada por Fafner como el recordatorio de la traición de la Bruja a su hermano, y para él, completamente cegado por la ira, Boreas junto con Aisha le habían arrebatado el corazón a Ragnar, quedando los Lanira como sus cómplices, por lo que una vez que recuperara lo que le pertenecía a su clan, lo mejor sería exterminarlos a todos, pero no lo haría en ese momento, aún debían mantener la fachada frente a los humanos, por lo que buscaría su oportunidad lo antes posible.
La cena terminó y los Lanira acompañaron a Ejder y Fafner hasta donde se estaban alojando, haciendo que Ejder se pusiera aún más tenso, su hermano podía parecer tranquilo, pero él sabía muy bien que era una bomba de tiempo, él no sabía lo que estaba pasando pero si sabía que los Lanira no estarían a salvo hasta que se alejaran, él no entendía porqué se estaba tomando la molestia de preocuparse por la seguridad de esas personas. Sin embargo la sonrisa de Libelle le hizo sentir una sensación de satisfacción inesperada, como si en un instante su ansiedad y preocupación se vieran recompensadas con creces.
Por su parte Boreas decidió no decirle nada a sus hermanas, que platicaban animadas, ellas deseaban continuar al día siguiente lo más temprano posible, para concluir con la visita antes del cumpleaños de la pequeña Zahori. A él le gustaba verlas sonreír, y preocuparlas por cosas que no podía confirmar todavía, no tenía sentido, sin embargo le avisaría a su tío Lugus, era mejor estar preparados ante cualquier posible amenaza.
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En cuanto Fafner entró a su habitación llamó a su padre, los últimos instantes le habían costado todo su auto control, la temperatura del lugar descendía rápidamente, y aunque aún mantenía su presencia oculta, sus ojos ya brillaban con un azul gélido.
—He encontrado la cura para Ragnar— habló antes de recibir respuesta.
—¿De qué hablas? ¿Qué has encontrado?— preguntó de inmediato Nidhogg, la voz de su hijo se escuchaba intranquila y eso era inusual en él.
—¿Recuerdas que había una persona sospechosa que Ragnar deseaba seguir en aquel torneo?— Fafner hablaba rápido, y con la respiración entrecortada debido al esfuerzo que estaba haciendo para contenerse, él aún se sentía en el borde —Resulta que esa mujer es hermana o cuñada, aún no lo sé, de la nueva diseñadora en la que se intereso Melly. La vi durante la reunión del acuerdo, al principio dude, por éso solicite una reunión en su ciudad, ahora ya no tengo dudas ella es Zari, pero usa otro nombre, y hoy conocí a la hija de Ragnar.
—¿Cómo?— su hijo se oía verdaderamente alterado —No es posible, esa noche tu hermano declaró que el vinculo con su cría había desaparecido y eso sólo puede ocurrir cuando nuestros hijos mueren...
—¡No lo sé!— gritó, para su padre sus afirmaciones comenzaban a sonar a locura —No tengo detalles, pero es Zari, sólo que actúa como si no fuera ella, como si no me conociera... Sé que está mintiendo, que todo siempre ha sido una mentira, aún así la niña es idéntica a su padre, con sólo verla te puedes dar cuenta, no hay dudas de que es la hija de Ragnar— Entonces Fafner soltó un par de sollozos como si fuera un niño pequeño, aquella noche que Ragnar había perdido su corazón, él también había perdido a su hermano y ahora por fin tenía frente a sus ojos la oportunidad de recuperarlo —Yo me encargaré de llevársela cuanto antes, entonces buscaremos a otra bruja que revierta lo que hizo esa maldita y se volverá a establecer el vinculo... y Ragnar podrá volver a ser el mismo.
Al escuchar a su hijo una punzada atravesó el corazón de Nidhogg, durante todos esos años siempre había sentido pesar por Ragnar, pero nunca contempló la posibilidad de que Fafner también había perdido mucho y el dolor que ésto le había provocado, al parecer, por fin había fisurado la cordura de su hijo —¡Espera Fafner!— necesitaba calmarlo antes que hiciera algo irreversible —Aún no hagas nada, la situación es muy extraña, necesitamos saber qué es lo que pasó, saldré ahora mismo para allá y...
—¡No!, lo que necesitamos es recuperar lo nuestro, y destruir a la traidora— y de inmediato Fafner terminó la llamada.
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Comments
Rocio de jesus Navarro
No le puede hacer daño.. Ella perdió la memoria
2025-01-25
2
Sandy De Jesús
p*** madre todos serán así de impulsivos córrele córrele que van a matarla córrele amigo
2024-11-20
2
Sandy De Jesús
amigo no ella no tiene la culpa por favor por favor mira averigua bien averigua bien antes de que cometas una locura sé que es cruel y muy feo que te hayan quitado casi 9 años 10 años de tu sobrina pero respira profundo y por lo que Tu más quieras no la vayas a matar
2024-11-20
2