Capitulo XII "nuevo trabajo"

Los meses pasaron muy rápido y Alana y Dominic cada día se amaban más, a pesar de que sus padres no estaban de acuerdo, Alana decidió defender su amor contra todos los obstáculos. Y tal y como Sofía dijo ellos no la ayudaron más ni con sus estudios, ni nada que ella necesitará, Alana estaba recibiendo más apoyo de los Lombardi que de su propia familia.

— Como amanece la futura médico más atractiva del país y del mundo entero?. — Pregunto Dominic abrazando a su esposa, mientras ella terminaba de cambiarse.

— Excelente, y con ganas de salir de vacaciones por un tiempo. — respondió Alana.

— Ya pronto terminará este año de estudios y entonces serás toda mía por un mes completo. — respondió Dominic sonriendo.

— Ajá!, espero con ansias ese día. — respondió Alana coqueteando.

— No hagas eso, o no te dejaré salir de aquí. — dijo Dominic con voz ronca.

— Lo siento cariño, pero hoy no me puedo quedar, estoy en exámenes. — respondió Alana apartándose de Dominic.

Los dos salieron de la casa, Dominic llevaría a Alana a la universidad, mientras que él se iría al supuesto trabajo que le había dado su padre, las cosas no son lo que parece y el secreto de Laureano iba más allá de negocios ilegales y eso lo tenía claro Dominic, Mauricio en aquel entonces solo descubrió lo que Laureano quería que descubriera.

— No sabes lo feliz que estoy que ahora te ganes la vida honestamente. — dijo Alana orgullosa de Dominic.

— Siempre lo he hecho. — respondió Dominic.

— Ok, te amo, nos vemos en un par de horas.

Alana bajo del auto no sin antes dejarle un beso a su amado, al entrar a la universidad se encontró con Amanda, su prima, está muchacha era una verdadera bruja y la envidia que sentía por Alana no era un secreto.

— Pero miren quién acaba de entrar, la mujer del delincuente. — dijo Amanda en voz alta para que todos la escucharan.

Alana la ignoro y es que desde que empezó su vida con Dominic las personas la calificaron de delincuente al igual que su novio, la razón por la cual no la sacaban de la universidad, era porque los Lombardi eran personas muy poderosas.

Camila escuchó las palabras de Amanda y se acercó a su amiga.

— Pero miren quién rebuzna, nada más y nada menos que la putizorra que quiere llevarse al delincuente a la cama. — grito Camila.

— Camí, ignórala, no vale la pena. — susurro Alana.

— Me molesta que esa gente se las tire de santos y no son más que unos hipócritas de mxxxxx. — grito Camila.

Alana se llevó a su amiga a otro lado para que no siguiera peleando, realmente a Alana le daba igual lo que los demás pensaran, a ella solo le importaba la felicidad que estaba viviendo al lado de Dominic.

— A mí no me molesta lo que Amanda diga, ella es una resentida y no vale la pena pelear con ella. — le dijo Alana a Camila.

— Si, pero a mí sí me molesta y no dejaré que ellos sigan molestándote.

— Mejor vayamos a clases, llegaremos tarde.

Las dos chicas entraron al aula, los presentes se quedaron en silencio viendo a Alana, ya ella no era más la chica popular a la que todos admiraban, ahora hasta miedo le tenían y es que desde hace unos meses la reputación de Dominic se había hecho pública.

El profesor llegó y entrego los exámenes y como era de esperarse Alana fue la primera en terminar.

— Muy bien Alana siempre tan buena estudiante. — le dijo el profesor revisando su evaluación.

Este era uno de los pocos profesores que aún la respetaban por su intelecto y no se metían en su vida privada, una vez el profesor le dio la nota Alana salió del aula muy feliz de haberlo logrado, solo le faltaba un año para recibirse de médico y eso la tenía emocionada, al rato de salir Alana su amiga Camila la siguió, también había logrado aprobar y así las dos amigas habían terminado otro año más de universidad con buenos promedios.

Al salir de clases Dominic estaba esperando a Alana para ir a almorzar, él al verla salir del campus se bajó del auto y fue al encuentro de su amada.

— Hola princesa, qué tal te fue?. — pregunto Dominic dándole un beso a Alana.

— Todo bien amor, ya aprobamos este año y tenemos nuestras merecidas vacaciones. — respondió Alana mirando a Camila.

— Hola Camila, felicitaciones por este logro. — le dijo Dominic a la muchacha que estaba embobada con Dominic.

— Gracias Dominic, y bueno yo me retiro. — dijo Camila.

— Que les parece si las invito a las dos a almorzar para celebrar sus buenas notas. — comento Dominic Mirandina ambas chicas.

— Por mí está bien. — dijo Alana.

— No tengo ningún problema. — contesto Camila.

Los tres subieron al auto y Dominic las llevo a un restaurante muy elegante, pocas personas se daban el lujo de comer en este lugar.

— Amor, este lugar es demasiado costoso, estás seguro de que con tu actual sueldo lo podemos pagar?. — pregunto Alana preocupada.

— No te preocupes por eso mi amor, yo tengo mis ahorros, además soy un Lombardi y ahora que todos lo saben puedo darme el lujo de venir aquí. — explico Dominic.

— Que manera de que el mundo entero supiera tu identidad, me encantó.— dijo Camila emocionada.

— Si, pero también fue muy peligroso, si esa loco te hubiera hecho daño, tú no mides las cosas que haces. — respondió Alana.

— Amor debía ayudar a mi papá a rescatar a mi hermano, por eso lo hice. — explico Dominic.

— Igual estaba aterrada esperando noticias tuyas. — dijo Alana algo triste.

— Te amo bonita, por favor olvidemos ese incidente. — dijo Dominic.

— También te amo. — respondió Alana.

— Siento que soy un mal tercio. — dijo Camila sonriendo.

— Ja, ja, ja, si quieres te presento a alguien, así también hago que tu familia me odie. — dijo Dominic en forma de chiste.

— No es gracioso, amor, no sabes lo que me duele que mis padres no me quieran ver. — respondió Alana con tristeza.

— Lo siento princesa y si sé lo que se siente, mi madre me hizo creer que mi padre no quería saber nada de mí. — respondió Dominic.

— Bueno olvidemos las tristezas y pidamos nuestros almuerzos, muero de hambre. — dijo Camila cómo niña chiquita.

El almuerzo fue una especie de escape para los tres, algo que habían necesitado hace mucho tiempo.