Capitulo V La razón de su obsesión

Había caído la noche, Alana y Dominic aún se encontraban en aquel lugar alejado, ellos habían pasado todo este tiempo hablando de cualquier cosa que se le ocurriera.

— Ya es tarde y debo regresar a mi casa. — comento Alana mirando a Dominic con preocupación.

— Vamos te llevo de vuelta a la ciudad. — respondió Dominic sonriendo.

Los dos se subieron en la moto y regresaron a la ciudad, Alana le pidió a Dominic que la dejara cerca de una parada de taxis, pues ni modo que regresará con él en la moto.

— Me encantas, princesa, no sabes lo feliz que me haces, gracias por darme una oportunidad de conocerte.

Dominic volvió a besar a Alana y luego espero hasta que ella se subiera en el taxi, cuando el auto arranco Dominic siguió al taxi hasta que llegó a la casa de Alana, una vez ella entró él volvió a su apartamento.

Llegando a su apartamento, Dominic recibió un mensaje de su padre.

— "Donde has estado todo el día?"

— "En mis asuntos".

— "Espero que sea algo bueno y que al fin quieras dejar esta vida que llevas".

— "No, papá, no pienso dejar esta vida, me gusta lo que hago, por el momento solo me estoy divirtiendo un poco".

— "Ojalá y esa diversión te haga reflexionar sobre tu conducta y puedas vivir una vida sin tantas complicaciones".

— "Después hablamos, me voy a descansar".

Aunque Laureano era un hombre sin escrúpulos, su única razón de vida eran sus hijos y lo que menos querían era que sus hijos estuvieran metidos en esa vida tan despiadada que él llevaba en secreto.

"Si mi padre supiera con quién ando, seguramente le daría un infarto". Pensó Dominic con una sonrisa.

Después de pensarlo un poco, decidió llamar a la razón de su obsesión.

El teléfono de Alana sonó por varios segundos, pero ella no contestaba, imagino que estaría dormida, así que no quiso insistir y sin más se fue a la cama.

Al día siguiente se levantó como todos los días y verifico si tenía algún mensaje, para su sorpresa Alana le había enviado.

— "Disculpa no te contesté ayer, aquí en mi casa se pusieron intensos y bueno me fui a dormir temprano".

— "No te preocupes princesa, yo entiendo, voy por ti para llevarte a la universidad".

— "Está bien, pero ven en tu auto y por favor que no tenga ningún logo de tu familia".

— "Tranquila, yo no uso esos logos, a mí me gusta mi privacidad".

— "Te espero entonces, no tardes!"

Dominic se cambió lo más rápido que pudo y antes de salir le envío a Alana que ya iba por ella.

Mientras tanto Alana salió de la casa sin mirar atrás, sus padres estaban en el comedor y ella simplemente los ignoro, al salir el chófer ya la esperaba.

— Buenos días, señorita. — dijo el hombre amablemente.

— Buenos días, serán para ti, no te molestes en abrir la puerta, yo me iré por mi cuenta. — respondió Alana siguiendo su camino.

— Pero señorita usted sabe que mi trabajo es llevarla.

— No, tu trabajo es informarle a mis padres todo lo que hago, así que nunca más me subiré a ese auto.

Alana siguió su camino y salió caminando de la casa, camino hasta una parada de autobuses y a la distancia vislumbró el auto de Dominic, espero a que él llegara hasta ella y sin ni siquiera pensarlo subió al mismo.

— Hola hermosa!, te ves increíble el día de hoy.

— Gracias, tú tampoco te ves mal.

Dominic extendió su brazo y halo a Alana hacia él dándole un suave beso de buenos días, al cual ella correspondió sin dudar.

— Sabes que esto es una locura, nosotros apenas y nos conocemos. — susurro Alana.

— No me importa lo que esto sea, lo único que me importa es mantenerlo. — contesto Dominic.

— Bueno llévame a la universidad, no quiero llegar tarde.

— Te da tiempo para desayunar?

— No lo creo, voy justo a tiempo.

— Está bien, pero apenas tengas un tiempo libre comes algo, no quiero que mi futura mujer se desnutra.

Alana se puso roja por primera vez en su vida, la oración "mi futura mujer" la hizo estremecerse.

— Mejor vámonos, antes de que salga alguien y nos vea. — comento Alana.

— Te pusiste nerviosa?. — pregunto Dominic con una sonrisa.

— No es eso, es solo que voy tarde y no quiero perder mi primera hora de clases.

— Está bien, pensaré que es eso.

La sonrisa pícara de Dominic demostraba que no creía ni una sola palabra de lo que decía Alana, él sabía que ella estaba nerviosa, eso era una buena señal para él, ya que eso quería decir que Alana sentía algo por él.

Al llegar a la universidad, Dominic volvió a besar a Alana y le dedico una tierna sonrisa, a la cual ella correspondió.

— Nos vemos cuando salgas de clases. — dijo Dominic liberando a Alana de su agarre.

— No es necesario que vengas a buscarme, debes tener mucho trabajo. — respondió Alana arreglando su ropa.

— Mi trabajo puede esperar, tu no, preciosa.

— Está bien, cuando terminen mis clases te envío un mensaje.

— Listo princesa.

Alana salió del auto de Dominic ante la mirada curiosa de sus compañeros de clases, era la primera vez que veían a Alana llegar en un auto diferente al de su familia y eso llamo la atención de muchos, especialmente la de su prima Amanda, quien desde muy pequeña siempre había envidiado a su prima y que por ese motivo quería todo lo que la chica tenía.

— Qué está pasando amiga?, acaso tus padres cambiaron tu auto?. — pregunto Cecilia curiosa.

— Tengo mucho que contarte, te parece si nos vemos en el tiempo libre?.

— Pero si ya quiero saber, te voy a secuestrar ahora mismo.

— Es imposible, recuerda que hoy tenemos anatomía y nos toca a nosotras llevar el procedimiento.

— Bueno, está bien. — Cecilia camino junto con Alana de mala gana, y es que ella quería saber que estaba pasando con su amiga.

Llegaron al salón de clases e hicieron lo que el profesor les pedía, en fin las dos eran buenas estudiantes y por eso tenían un buen futuro en la rama de la medicina.

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