Viaje

Al día siguiente, tenía mi boleto para viajar a California. Es ya de noche, por suerte para mí. Mi amado Leandro tuvo un viaje inesperado por la mañana. Estará dos días y tres noches en España, eso me tranquiliza un poco.

Ya que, tendría tiempo suficiente para regresar de California. Sin que Leandro se de cuenta de que he viajado.

Tomé una maleta que había preparado desde hace tiempo. Era pequeña, sin embargo, tenía las cosas más indispensables para viajar cómodamente.

Al dar las ocho de la noche, empujé mi equipaje afuera. Estaba un auto azul de baja gama estacionado en la entrada. Era el auto de Melissa mi asistente personal.

Al verme acercar a su auto, la chica baja corriendo y me abre la puerta del copiloto. Al estar lo suficiente cerca, deslizó mi maleta por mi mano, hasta que cae al suelo.

No tengo por qué ser amistosa con una de una empleadas. Odiaba a ese tipo de personas que trataban a los empleados como si estuvieran al mismo nivel que uno.

Melissa baja la mirada, y no recoge mi equipaje eso me hace molestar demasiado. Extendí mi mano y la colocó en el antebrazo de la chica. Mis uñas se clavan en su piel; gotas de sangre empieza a salir de su brazo.

___ Recogerla y llévala al maletero. ___ Le ordenó, mientras alejó mi mano y limpió su sangre de mis uñas con una toallita desechable.

Melissa se inclina a recoger mi maleta. Es una chica lenta, odio, que alguien sea tan ineficiente. Tarda como 5 minutos en dejar u a pequeña maleta en el maletero del auto.

Estoy pensando seriamente en despedir a esta niña y contratar otra. Veo la hora en el reloj en mi muñeca.

____ ¿Siempre eres así de lenta? ____ Le preguntó mientras sube al auto.

Ella baja un poco la mirada, avergonzada.

____ Lo siento, señora. Tuve un problema allá atrás ___ Se disculpa y se pone el cinturón de seguridad.

____ Deberías ser más rápida e inteligente para ser mi asistente. No, quiero a mi lado a una chica a la que debo decirle todo lo que haga. Siempre tienes que estar a un paso adelante de mí... ¿Lo entiendes?

Ella solo mueve la cabeza. Ese gesto de su parte solamente me pone de mal humor. Al final termina por disculparse por segunda vez.

____ Esto no volverá a suceder, señora del Bosque. Prometo ser más rápida y eficiente.

No quede conforme con las palabras de esta niña. Sin embargo; el dolor de cabeza se hizo más intenso. Durante el camino, le pregunto a Melissa, si había sacado el boleto para regresar al día siguiente. A más tardar, debo estar en dos días de regreso en Europa.

____ Sabes qué debo regresar a más tardar el jueves por la noche del California. En tres días, tengo una sección de fotos con el fotógrafo Emilio.

La chica baja la velocidad del auto. Notó que se pone nerviosa y eso me hace pensar que no ha hecho bien su trabajo.

____ Eh... Sí... ____ Susurra pensativa.

Ya no dije nada más y solo revisé unas fotos que Emilio me envió a mi correo electrónico. Todas eran bellísimas.

Cada una de las modelos era hermosa, claro, no se podían comparar conmigo... No tardamos mucho tiempo en llegar al aeropuerto.

Luego de largas horas de vuelo, descanse solo unas horas, y fui directamente a la empresa de Aurelio.

Era aún temprano, por lo cual me daba tiempo de hacer varias cosas a la vez. Conocía muy bien la empresa, así que subí hasta el pasillo en donde queda la oficina de mi ex.

Al abrirse el ascensor, caminé hasta donde hay varias secretarias. A muchas de ellas ya no las reconozco, parece que Aurelio a cambiado a todo el personal.

___ Buen día. Quiero hablar con el señor del Villar. _ Dije al llegar a donde está la secretaria de Aurelio.

___ ¿Tiene una cita? ___ Me pregunta la secretaría.

____ ¿Cita? __ Me burlé, era él quien quiere verme, no yo.

____ Yo no necesito una cita, niña.

___ Comunicate con el señor del Villar. Infórmale que Vanesa del Bosque está aquí. ____ Le agregué.

____ Usted es la señora del Bosque. Lamento, no haberla reconocido señora.

____ El señor, no ha venido a la empresa desde hace dos días. Dejó dicho que fuera a su mansión. __ Me informa y eso me hace enfurecer.

¿Quién se cree, Aurelio para traerme de un lado para otro como estúpida? ¡Es un idiota!

Sin esperar nada, me doy la vuelta y caminó al ascensor. Tomó un taxi afuera de la empresa, y me envía a la mansión de Aurelio.

Al llamar a la puerta, me atiende Teresa. La mujer delante de mí, continua sin cambiar nada. El mismo uniforme de hace ocho años, el mismo peinado, y la misma mirada de odio hacia mí.

____ Señora del Bosque. ____ Susurra con dificultad.

____ Parece que viste a un demonio. ____ Comenté con burla.

___ ¿Y, no lo es? ___ Me dice con toda franqueza.

____ ¿Dímelo tú? ___ Respondí, dibujando una enorme sonrisa entre mis labios.

____ ¿Qué la trae por aquí? ¿Hacer más daño?

___ ¡Pingo! Acertaste.

_____ Quiero ver a mi exesposo. Lo he extrañado tanto. ___ Dije pasando mi dedo índice por mis labios.

Teresa mi mira de arriba a abajo como si yo fuera la peor de las mujeres. ¿Y ella qué es una santa? Está lejos de serlo.

____ Creí que ya estarías casada con Aurelio... ___ Me burlé de ella.

____ No todas las mujeres son como usted, señora. ____ Contesta con seriedad.

___ Querida Teresa. Siempre fuiste una mojigata. Por eso, nunca has podido casarte con Aurelio.

___ Mirate, te quedaste a vestir santos y con las ganas de tener en tu cama a un hombre tan ardiente como lo es, Aurelio del Villar.

Ver como esta cuarentena se pone roja de coraje es algo que me fascina. Lo mejor de todo es que ella no me podía hacer nada. Siempre ha estado enamorada de Aurelio.

Me di cuenta desde el primer momento en que llegue a vivir a esta lujosa mansión. En cambio, Aurelio, sólo la ha visto como a una empleada más, y a mí me encantaba ver su cara cada vez que besaba con mucha pasión los labios de Aurelio.

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