Dolor inevitable.

Megan Lowens.

No creí buena idea en que Craig le soltara toda la verdad a Selig, sin siquiera asegurarnos de que todo estaría bien.

Luego de refrescarle la memoria a mi esposo y recordándole aquello que me sucedió a mí en manos de Selig, él aceptó que dejaramos a los trillizos con el abuelo y Lolita, para luego ir a asegurarnos que todo esté bien.

Cabe aclarar que al descubrir que esa mujer era el primer amor de Selig y la causa por la cual viví un infierno a su lado, no sentí más que dolor por ella.

Pues según la información recaudada, ellos fueron separados de la peor manera y hasta puedo jurar que ni Rebeca ni otra mujer, hubiera podido ocupar jamás ese lugar en el corazón de Selig.

—¿Qué pasa? —preguntó mi amado esposo y suspire.

—Cariño, ¿Crees que sería buena idea intervenir entre sus problemas de pareja? —comenté, obteniendo una corta mirada de su parte.

—¿Por qué lo dudas? —indagó —¿Crees que si llegamos y Selig le está dando una paliza a su mujer, tenemos que quedarnos fuera?

—¡CLARO QUE NO! —dije rápidamente, recordando aquellos fatídicos días donde la golpeada era yo —. No se lo permitiré, no dejaré que la marque como lo hizo conmigo.

—Tampoco yo y más aún sabiendo que es mi prima perdida, aquella que mi madre buscó por mucho tiempo —contesto y asentí.

La verdad es que poco me importaba si era o no familia de mi esposo, si veo a una mujer ser maltratada, definitivamente buscaré la forma de ayudarla a salir de allí.

......................

Poco rato después, llegamos a la dirección otorgada por Ronald, notando que habían dos personas fuera de la casa.

—¿Zachary, Tami? —pregunté y ambos voltearon a verme.

—Megan, ¿Qué hacen aquí? —dijo zachary acercándose junto a mi amiga, para luego saludarnos.

—Mi esposa estaba preocupada por una mala reacción de parte de Selig y decidimos venir para intervenir si lo peor sucede —contó mi esposo y asentí.

—Por lo poco que pudimos escuchar solo están discutiendo —contestó mi buen amigo y bajé mi mirada.

“¿En verdad solo era una discusión? ¿Y si aparte de los gritos había golpes? ¿Debería quedarme a esperar lo peor?”

Reaccione a mis preguntas y con pasos firmes me dirigí a la puerta, viendo como esta se abría y cerraba fuertemente, mientras un molesto Selig caminaba rápidamente a su carro.

—¡SELIG! — grité y él se detuvo —¿Donde está Marisol? — pregunté, ganandome una corta mirada de su parte.

Sin responder mi pregunta se montó en su carro siendo seguido por Zachary y Craig, mientras Tamara y yo abríamos la puerta de la casa esperando no encontrar un cuerpo sin vida allí dentro.

—¿Marisol? —Preguntamos ambas, al verla sentada en el piso, cubriendo sus ojos y llorando como si su mundo se estuviera cayendo a pedazos.

—Mar, ¿Qué fue lo que sucedió? ¿Selig se atrevió a golpearte? —preguntó Tami, mientras yo a su lado esperaba la respuesta.

—El no me golpearía jamas —Dijo entre llanto.

...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...

Selig

Aún no me parecía suficiente velocidad, pero entre los gritos de Zachary y el límite de velocidad permitido, tuve que conformarme con golpear una y otra vez el volante.

Solo quería irme lejos, estar solo por un tiempo y reflexionar sobre esto que estaba sucediendo.

Sé que muchas veces lo pedí, volver a verla, tenerla en mis brazos una vez más y oír una explicación de sus labios pero... Esto era completamente distinto a lo que pensé.

Sí, comprendo que estuvo mucho tiempo en coma y no tenía como decírmelo. ¡PERO ESTUVO EN MI BODA, CARAJO! ¡PUDO HABERME DETENIDO, PEDIRME QUE NO LO HICIERA GRITANDOME A LA CARA QUE NO ME HABÍA ABANDONADO!

Tendría que haberme dicho la verdad desde que salió de aquel hospital en el cual jamás supe que estuvo.

Detuve el carro abruptamente en un lugar cualquiera y bajé, dando golpes a la puerta, ventana y todo lo que pudiera. Queriendo sacar de mi interior todo ese dolor y rabia que me estaba consumiendo.

—¿POR QUÉ? —grité, dejando mi cuerpo caer y ese llanto de dolor abandonar mi interior.

Me sentía traicionado por la mujer que más amaba. Viví todos estos años creyendo una tontería y me odiaba por ello, por saber que algo peor pasó y nunca supe como encontrarla, volcándome al camino del alcohol y la violencia.

“Soy tan patético”

—Selig…

—No voy a regresar ahora, así que si quieren volver deberán llevarse mi carro e irse sin mí —hablé rápidamente, interrumpiendo cualquier cosa que estuvieran por decir.

—¿Por qué te enojas? ¿No era esto lo que querías? ¿Recuperar a la mujer de tu pasado sin perder a Mar? —preguntó mi hermano y giré a verlo.

—¡SON LA MISMA PERSONA! —grité.

—¿Y qué mejor? —Cuestionó nuevamente —. No tienes que debatirte entre elegir a una o la otra porque son la misma persona.

—Tú no entiendes nada —dije apretando mis dientes —. Ella supo todo este tiempo lo que pensaba, como me sentía al haberla perdido —conté con dolor —sin embargo, no fue capaz de decirme que ella era a quien buscaba, que siempre supo de mí y estuvo presente el día de mi boda con Megan —aprieto mis puños —si hubiera tenido el maldito valor de decirme la verdad justo allí, si hubiera detenido aquella boda yo...

—Tú hubieras actuado de la misma manera, quizás y hasta te casarías de igual forma solo para lastimarla, porque no la dejarías ni explicarse —interrumpió Craig y no dije nada —. Tienes una nueva oportunidad en tus manos, la vida te devolvió a la mujer que amaste por muchos años. Está en ti bajar la cabeza y seguir adelante o estancarte en tu resentimiento y dolor.

—Estoy herido.

—¿Y crees que ella no? —preguntó —tuvo que bajar la cabeza cuando te veia en el altar y obligarse a no romper con la felicidad que asumía, sentías en ese momento —añadió —. Te amó tanto que prefirió renunciar a ti, para que fueras feliz con alguien que escogiste serlo, Selig.

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