Superar es un reto.

Marisol.

Todos los días siguieron iguales.

Iniciando entre hacer el amor hasta altas horas, luchar para levantarnos el día siguiente para asistir a la universidad, pasarnos el día entero juntos en ella, regresar a casa por una nueva ronda de puro placer, para finalizarla en juegos mientras cocinabamos.

De vez en cuando los padres de Selig nos visitaban, dejándome notar el descontento en la cara de doña bruja por estar con mi hombre. Y su hermano pues, él parece no ser alguien sociable y lo puedo confirmar en las veces que nos hemos visto, pues siempre decía un "hola" y "adiós" nada más por agregar.

—Hoy es sábado ¿Quieres salir a algun lugar? —preguntó mi amado novio, mientras esparcia dulces besos por mi cuello mientras yo preparaba el desayuno.

—Tus padres vendran a almorzar este mediodía, así que no podemos hacer planes hoy —respondí, recordándole que cada vez que venían no se iban sino hasta la noche.

—Hablaré con mi padre y le diré que queremos salir, de esa manera no vendrán y podemos pasar el día fuera de casa —propuso y solo lo vi, para luego servir nuestro desayuno y acomodarnos para comenzar.

—Sabes que tu madre no querrá eso, entre menos tiempo pasemos juntos a solas más feliz se pone —contesté, viendo un gesto amargo en su rostro.

—Amor, ella no es mi madre biológica —contó y de la sorpresa dejé caer la cuchara que tenía en mi mano —. Eleonor, era la niñera que mi madre decidió ponernos a Zachary y a mí cuando ella enfermó —suspira —.Mi hermano apenas tenía 4 años y necesitaba de la atención de alguién debido a que yo no podía estar todo el tiempo con él debido a mis estudios y por ello la contrataron —baja su mirada al tazón frente a él —. Dos años después de la muerte de mi madre, Eleonor sedujo a mi padre y pues... Terminaron casandose.

—Vaya yo... Jamás hubiera imaginado esto.

—Lo sé, no muchos saben de esto ya que su boda fué más entre familiar —respondió y bajé mi.lorada pensativa, llena de curiosidad por saber más sobre mi verdadera suegra —. Nunca la quise —añadió levantando su mirada a mí —ella siempre lastimaba a mi hermano y cuando yo intervenia me decía que se lo buscaba, aunque no importaba si era un pequeño de 5 o 6 años. Pero pese a mi rencor y odio, mi padre decía que tenía que respetarla y así lo hice.

—Lo entiendo —contesté tomando su mano —. No puedo decir que puedo compartir tu mismo dolor, ya que la familia que me había adoptado sólo me beneficiaba con golpes cuando mi madre adoptiva estaba. Pero si de algo estoy segura, es que los malos momentos pueden superarse y podemos encontrar un nuevo inicio fuera del dolor.

—¿Y cual es tu nuevo inicio?

—Tú, Selig —respondi viendolo con ternura —.Mientras te tenga a ti, nada ni nadie más me importa —añadí, grabandome su hermosa sonrisa y verlo ponerse de pie, caminar hasta mí y besarme como sólo él sabe hacerlo, con dulce amor.

...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...

Narradora.

Por fin había llegado el cumpleaños de Selig, por lo cual Marisol, decidió salir por su obsequio y aprovechar a preparar una velada única para su amado.

Estaban a dos días de cumplir su año juntos y la verdad es que todo la llenaba de ilusión, más aún por el echo de que le anunciaría a su amado que serían padres. Que debido al descuido de una noche, su amor se veria reflejado en el rostro del pequeño ser que crecía saludable en su vientre.

Sí, le pareció muy extraño que éste último tiempo Eleonor se acercara más a ella y la tratara como una madre a su hija. Pues desde el comienzo la mujer dejó claro cuanto le disgustaba ella como novia para su hijo y pues.. Resumió todo a que ya llevan un año juntos y prontamente serán padres.

La insistencia de la mujer  no se hizo esperar cuando ella le contó sobre el regalo que quería darle a Selig, el cual se basaba en anunciarle a través de pequeños detalles, su pronta paternidad.

Eleonor estaba insistente con que fuera por lo planeado mientras ella entretenía a Selig para que no sospechara nada y así lo hizo.

Como el complejo de apartamentos se encontraba casi fuera de la ciudad, Marisol decidió conducir con sumo cuidado por la carretera, pues el clima se presentaba feo y no quería que ocurriera una tragedia en éste día especial.

—Cariño, ¿donde estás? —dijo su amado al otro lado de la llamada.

—Sali por unas compras —respondió nerviosa, pues no quería que él descubriera su sorpresa —estaré de regreso en unas horas, ahora estoy conduciendo —agregó, oyendo la tierna risa de su lindo Selig, quien al otro lado de la linea suponía que ella ocultaba una sorpresa para él.

—De acuerdo mi luz, has tranquila tus compras que yo te espero —añadió —te amo.

—También te amo, Selig —y bajando su mirada por un escaso segundo para ver si él había cortado, la vuelve a levantar llevándose con la sorpresa de que frente a ella un carro había derrapado y se encontraba llendo en su dirección.

Intentó frenar, pero al parecer los frenos estaban fallando lo cual sólo la llevó a esquivar el impacto y dar contra un muro, consiguiendo quedar inconsciente mientras poco a poco el carro comenzaba a prenderse fuego.

El conductor del vehículo contrario, salió de éste con gran dificultad y con lo poco que le quedaban de fuerza corrió al de Marisol, notando que las llamas habían alcanzado la parte en la cual se encontraba y si no la sacaba de allí rapido, no solo tendría quemaduras, sino que podría explotar junto al carro.

Ella no entendía lo que pasaba, sus ojos pesaban y su cuerpo dolía. Le costaba poder abrir los ojos y decir que estaba bien, pero lo último que salió de sus labios... Fue el nombre del hombre al que amaba.

—Selig...

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