11- Juicio

-Mi señora un juicio de divorcio es complicado, si bien él tiene un amante, eso no es motivo de divorcio.

-Quiero la anulación de mi matrimonio.

-Como dijo, eso solo es posible si usted es...

-Lo soy y quiero la prueba en el templo del ducado.

-Dios si eso es cierto puede ser más fácil.

-No tengo solo eso, en el puerto tengo testigos sobre todo el tiempo que él ha estado con ella, además tengo esto.

Susan le muestra él contrató con eso es más que suficiente.

-Marquesa, esto es un insulto a su persona, como pudo el marqués hacer esto.

-Por amor, él siempre la ha amado, tanto que no consumó el matrimonio conmigo, yo conseguí la finca donde ella vive, pago sus gastos, compro su ropa, incluso le conseguí una maestra.

-Iniciaré los trámites, mi señora quiere quedarse en el templo?

-Quiero ir al puerto, ahí una amiga me espera, solo quiero que usted me brinde el transporte seguro.

-Por supuesto, es más yo voy con usted, la sacerdotisa debe estar enterada.

Así a medio día un carruaje del templo sale hacia el puerto, ahí la amiga de Susan ya ha recibido su mensaje, así como otro halcón vuela hacia la capital, le avisa a su hermano lo sucedido y que iniciara un juicio para su divorcio.

Otra carta va para su amigo, quien al recibirla pide permiso para viajar y sale hacia el sur, si va a caballo no tardará muchos días en llegar

John por la noche está desesperado porque Susan no llega, va al área de carruajes para ver quien llevo a Susan

-Quien es el cochero que llevo a mi esposa?

-Fue mi hijo señor, pero se regresó desde temprano, dejo a la marquesa en el templo.

-Queee! No puede ser.

El toma su caballo y sale al templo, solo hay una razón por la que ella fuera ahí, al llegar arma un escándalo para poder entrar, Pero los guardias del templo no se lo permiten, solo le dicen que vuelva al otro día.

-Solo quiero saber si ella está aquí.

-Así es la marquesa está aquí.

Los guardias tenían órdenes de decir eso, si John iba a buscarla, solo hasta el día siguiente pueden decirle que viajaron, así por más que quiera no podrá alcanzarlos.

John al otro día quiere ir temprano, pero tiene un problema, su amante tiene fiebre y está delicada.

-Que pasa?

-Es por el aborto, en algunas ocasiones pasa, no se preocupe, la están atendiendo.

La doncella de esa mujer está nerviosa, el té que le dio causa abortos, pero es muy fuerte y peligroso, su señora tenía un embarazo de un mes únicamente, ella le mintió al doctor por qué en esas fechas el marqués no había ido, solo así pudo ocultar su engaño.

Después de unas horas John por fin puede ir al templo, espera encontrar a Susan más calmada y él pueda pedirle perdón.

Su sorpresa fue mayor cuando le dijeron que su esposa había salido al puerto.

-Pero si ayer el guardia me dijo que estaba aquí.

-Si estaba, pero salieron a medio día, el guardia no tenía esa información.

-Maldita sea.

John va a su casa por ropa y sus guardias, su amante está un poco mejor la fiebre ha bajado.

-Cuando esté bien la llevan a la finca

-Mi señor, ella preguntara por usted.

-Tengo que ir al puerto, es urgente.

El personal de la mansión no está de acuerdo en atender a esa mujer, no tienes más remedio que hacer lo que les ordenan.

Susan después de un par de días llega a la ciudad del puerto, antes de ir con su amiga va al templo, ahí la gran sacerdotisa la espera, aún tiene el golpe en el rostro, entrega los documentos, reafirma que quiere el juicio y la prueba de virginidad.

La sacerdotisa acepta hacer el juicio en cuanto el marqués llegue, manda la solicitud al Ducado, el duque debe estar presente.

Ester espera en su casa a Susan, cuando la ve bajar del carruaje ve su rostro, lo cual causa que esté enojada.

-Ese maldito idiota, solo deja que lo tenga en frente, como se atreve, ese moretón tardara en quitarse, te rompió el labio.

-Estoy bien, no pensé que lo hiciera, te mentiría si te digo que no me dio miedo.

-Vienes en un carruaje del templo, iniciaste el trámite.

-Sí.

-Te apoyo en todo, pasa debes estar cansada, aquí te puedes quedar el tiempo que guste o te he guardado tu dinero.

-Gracias, después de la anulación me iré a la capital, de ahí iré al norte, nadie debe saberlo.

-Yo jamás le diré nada.

Así Susan descansa de su viaje, John viene lo más rápido que puede, solo descansa lo necesario, pero ni así logro alcanzarlos, él llega mucho tiempo después, llega corriendo a la mansión del puerto pensando que Susan está ahí.

-Señor, no sabíamos que vendría.

Entra corriendo y sube, pero en el cuarto de Susan no hay nadie.

-Donde está mi esposa.

-La marquesa no ha venido aquí.

-Que? Maldita sea, dónde está?

-Quiero un nuevo caballo.

Llega al templo, ahí lo dejan entrar, la misma sacerdotisa lo atiende en su despacho.

-Excelencia, ha llegado.

-Mi esposa está aquí, vino en un carruaje del templo.

-Su esposa no está aquí, ella se queda en un lugar seguro.

-Donde? Debo hablar con ella.

-Marqués, la marquesa solicito el divorcio, así que aquí está la notificación, en dos días será el juicio, le pido que no la moleste, usted la ha golpeado y si la acosa pueden pensar que no es la primera vez.

-Eso fue un error, no fue mi intención.

-Bueno su mejilla morada y su labio roto no indican eso, puede estar enojado, pero eso no le da derecho a golpear a su esposa, sobre todo por un incidente del cual no fue testigo.

-No acepto el divorcio, ella es mi esposa, no firmaré nada, hablaré con ella.

-Como guste, ahora haga el favor de retirarse.

John sale furioso, Susan ni siquiera le dio la oportunidad de disculparse, solo se fue, se va a descansar, no logra saber dónde está Susan, ella tiene muchos conocidos, le da pena preguntar por su esposa, solo manda a alguien que averigüe, pero no tiene éxito, algo que lo pone más enojado.

Después de los tres días él es citado en el templo, en medio está la sacerdotisa con el duque Parker con una mirada sería, del lado derecho esta Susan con su amiga Ester, ahí se da cuenta donde estaba, él tiene que estar del lado izquierdo, a el lo acompaña su asistente y su guardia.

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